Ester POV...
Era nuestro último día en Grecia, mañana regresaríamos a Barcelona. Honestamente no me quería ir, estaba tan feliz aquí con Pedri, era lo mejor del mundo.
Habíamos salido a comer, estábamos pasándola muy bien, nos reíamos o platicábamos de cosas que nunca nos contamos y eso hacía que nuestra confianza aumentara más. Unos minutos después había llegado el mesero con una bebida que no habíamos pedido.
Ester—Creo que se equivocó de mesa, nosotros no pedimos esta bebida.
Mesero—Se la manda el joven de la mesa de la esquina.
Me dio tanta risa ver como Pedri, casi se le torcía el cuello, por mirar como loco hacia la dirección de ese chico.
Ester—Dígale que no acepto bebidas de extraños, por favor.
Mesero—Entendido.
Ester—Te pusiste celoso ¿verdad?
Pedri—Claro, claro que me pongo celoso, quien se cree ese imbécil para andarte enviando tragos.
Ester—Tal vez piensa que eres mi hermano.
Pedri solo bufo.
Pedri—Por dios, como si tuviéramos un parecido.
Ester—Nuestro hijo.
Pedri—Pero no está aquí.
Después de unos minutos, el mismo chico se había levantado de su mesa y se dirigió hacia nosotros.
—Hola, soy Álvaro, quería saber si me puedes pasar tu número.
Pedri y yo solo le quedamos mirando, pero yo solté una pequeña risa.
Ester—Mira. (Levante mi mano y le enseñe mi anillo).—Estoy casada y él es mi esposo.
La cara del chico se puso blanca, y no pude hacer nada más que sonreírle.
—Ah, vale, no, no sabía, pues enhorabuena.
Ester—No hay problema, cuídate.
El chico nos miró apenado y se fue.
Pedri—Entonces soy muy feo yo ¿o que?
Ester—¿Pero qué dices? Eres guapísimo, tal vez pensó que éramos hermanos.
Pedri—O amigos.
Ester—Puede ser. Pero anda, vamos a disfrutar la comida.
Pedri—Ester, es que eres tan hermosa, como nadie no se va querer fijar en ti.
Ester—Pero yo solo tengo ojos para ti, ¿entonces por que me case contigo? Si no me gustaras yo estaría con alguien más.
Pedri—¿Ah, si? ¿Con quién?
Ester—Mm, con un futbolista, que mide como 1.74, guapo, divertido, y que con solo un beso me enloquece.
Pedri se hecho a reír.
Pedri—Eres tan impredecible, nunca se lo que vas a decir.
Ester—De eso se trata, que nunca sepas que digo, para que cada vez te sorprendas. ¿Te puedo dar un beso?
Pedri—Me puedes dar los que tú quieras.
Pedri se acercó a mi, y me dio un par de besos.
Pedri—Por fin conozco el lado lindo de Ester Expósito, nunca me imagine que fueras así de linda.