Ester POV...
Ester—Te creo, se que tú jamás harías algo para lastimarme. Esa estúpida me va a oír, como se atreve a decirte todo eso, le falta dignidad, respeto así misma.
Estaba muy enojada, ganas no me faltaban de darle unas buenas hostias a esa tipa, que no respetaba a Pedri.
Pedri—Te juro, que ahora en adelante no me voy a quedar solo, pediré a alguno de los chicos que me acompañe a todos lados. Esta muy enferma esa chica, tiene una obsesión conmigo.
Ester—No te preocupes, voy a cambiar todas mis consultas por la tarde y te estaré acompañando a los entrenamientos, porque solo no te quedas. Necesito que le quede claro que está jugando con fuego.
Pedri—¿Y los bebés?
Ester—Me los llevó, o le pido a Reni que venga y los cuide, ya sabes que ella tiene toda mi confianza.
Pedri—¿Segura? Es que no quiero que por esta situación pierdas tu tiempo, o no...
Ester—¿Cuidar a mi esposo de una lagartona, es perder el tiempo? No, Pedri, al contrario, así ya no se te va a acercar. Además, no va a ser por siempre, sólo le voy a dar unas pequeñas advertencias.
Pedri—Cuando te pones así, me das miedo.
Ester—Lo sé, no hace falta que lo digas. Mañana me levanto más temprano, levanto a los bebés, llevamos a Alessio al kínder y nos vamos a tu entrenamiento.
Pedri—Perfecto, te quiero, celosa.
Ester—Ámame, te estoy salvando de que te hagan algo.
Pedri se acercó y me dio un beso.
Al día siguiente...
Habíamos llegado al club, no pude dejar a los bebés con Reni, así que los tuve que traer conmigo. Acompañábamos a Pedri en los vestidores, mientras se cambiaba para ir a entrenar.
Ester—Por suerte, Melody está callada, ayer se la pasó llorando.
Pedri—Quería dormir contigo. Son tan diferentes, uno es súper callado y la otra es todo lo contrario.
Ester—Pueden ser iguales, pero tienen diferentes formas de ser.
Pedri—Exactamente, amor, voy por una nueva camisa, está en la oficina de Luis, no tardo.
Ester—Vale, aquí te esperamos.
Me quede meciendo a los bebés en la carriola, cuando escucho que alguien entra, pero por la voz la identifiqué al instante.
Tania—Así que... ya viniste a cuidar a tu esposo. Eres una celosilla ¿eh? Y eso que todavía no le hago nada, imagínate cuando si.
Ester—¿Y que se supone que le vas a hacer, para que me ponga más sobreprotectora con él?
Tania—Eso es algo que Pedri y yo decidiremos.
Ester—Ahh, okey, entonces... ¿el va a decidir?
Tania—Si, oye, por fin usas el cerebro.
Ester—Lo qué pasa es que yo lo uso en momentos adecuados, no cada cinco segundos, como alguien que está enfrente de mi. Cariño, mi esposo, ni en 10 vidas se fijaría en tan poca cosa como tú. No me digas ¿creías que iba a estar solo? Te ha dicho que no Tania, no entiendo porque sigues buscándolo, tente un poco de amor propio, por favor.
Tania—Bueno, es que eso lo dice porque está confundido, lo vengo a buscar porque... porque me gusta verlo, me siento cómoda, la compañía de Pedri, me motiva a querer verlo todo el tiempo. Sus "no te quiero ver" yo los entiendo como "ven a buscarme todos los días". Así que para tu mala suerte, nos vamos a seguir viendo, seguido,obvio, si decides venir todo el tiempo aquí. Además tus bebés me adoran, están tan acostumbrados a verme, juego mucho con ellos cuando Pedri los trae al campo. ¿Verdad lindos?
Tania se acercó a mis bebés, pero rápidamente los hice para atrás.
Ester—Ni se te ocurra tocarlos, estas enferma, medícate por favor, y no crees escenarios ficticios en tu cabecita. Así de loca cómo estás, créeme, que jamás nadie se va a fijar en ti, y si lo que quieres es que Pedri se quede solo, no lo vas a logras, no se... no se como no te sacan de aquí, te debería de demandar por acosadora y estar sexualizando a mi esposo. Lo pones incómodo y te tiene miedo, y te lo advierto, no te quiero ni un centímetro cerca de mis hijos, ¿me oyes?
Tania—Ahh, veo que ya sacaste tu verdadero yo interior.
Ester—No me pongas a prueba Tania, porque por mis hijos soy capaz de cualquier cosa.
Tania—Uy, que miedo.
Ester—Pues más vale que lo tengas, aunque te rías. Tú no me conoces ni un poquito, y no sabes como soy, así que no te metas conmigo, ni con Pedri, ni con mis hijos, ni nadie que tenga que ver con nosotros, porque te va mal. Estas advertida.
Me salí de los vestidores y dejé a Tania sola. Pedri tenía razón, estaba loca, era una persona que no le importaban los demás y no respetaba nada.
Pedri—¡Amor! ¿Por qué te saliste de los vestidores?
Ester—Voy a hablar con mi papá, para que le prohiban la entrada a Tania, y que la despidan de su trabajo. Esta mal Pedri, me la he topado, venía a buscarte, pero no se salió con la suya. Y por cierto ya no vas a traer a los niños al entrenamiento.
Pedri—¿Y eso?
Ester—Me da miedo que se les vaya a acercar. Necesito, pero enserio, necesito que tengas cuidado con ella.
Pedri—Me asustas cuando lo dices así.
Ester—Lo digo muy en serio, si se va a acercar a ti, de inmediato gritas, o te vas con alguien, pero solo no te quiero. Prométemelo.
Pedri—Te lo prometo amor.
Ester—Anda, pues ve a entrenar, aquí te vemos.
Pedri—Pero dame un beso.
Ester—¿Solo uno?
Pedri—Bueno...5
Yo solo le sonreí y me acerqué a besarle. Pude ver como detrás de las canchas estaba Tania mirándonos, esa tipa estaba esquizofrénica, veía tanto odio en su mirada, me quería retar, pero no le convenía.
Ufffff Tania anda de miedo.