Te vienes a mi casa

967 28 1
                                    

Por los exámenes y proyectos finales que tenía que hacer, desaparecí una semana completa y no había tenido ni tiempo para responder mensajes.


(.........)

Terminé de comer y subí a mi habitación, para tirarme a la cama y ver todos los mensajes que tenía mi celular, dentro de ellos se encontraba Pedri en primera fila, el castaño no había dejado de enviarme mensajes todos estos días.

Pedri—Rubia, me vas a contestar?
Pedri—Teníamos una platica pendiente
Pedri—Esterrr, te quiero verrrr contéstame

Sin esperarme más lo llame y a los instantes contesto.

Ester—Hola

Pedri—Te has dignado a llamarme, ¿como te va?

Ester—Lo siento, tenia cosas que hacer en la universidad, no tuve ni tiempo para responder.

Pedri—Vale, pensé que te habías enojado, y no te quise buscar, porque no me diste ni señales.

Ester—¿Estabas molesto?

Pedri—¿Se me nota mucho?

Ester—Ni hola me has dicho, entonces si.

Pedri—Perdona, pero dime ¿cuando nos vemos?

Ester—¿Puedes venir hoy a mi casa?

Pedri—Vale, llegó ahí a las 8, ¿que llevó?

Ester—Nada, sólo llega, que es necesario hablar.





Las horas pasaron, yo me dormí un rato y luego me levante a arreglarme, hasta que llego Pedri.

Al abrir la puerta, veo al castaño con un ramo de flores.

Ester—¡Joder! ¿Y eso?

Pedri—Eso son flores, y son para ti.

Ester—Que si tonto, que si se que son flores, pero en todo este tiempo que llevamos conociéndonos, nunca me diste algo así.

Pedri—Bueno, quiero comenzar arreglando mis errores, y me prometo ser más detallista contigo.

Ester—Pasa.

Pedri entró a mi casa y nos sentamos en el sofá de la sala para platicar.

Ester—¿Por qué serías detallista conmigo, si no somos nada?

Pedri—Pero quiero ser algo más, no me puedo resistir, ni quiero volver a permitir estar lejos de ti. Sabes que siempre te he amado, y aunque tú no me lo digas, yo... yo se que tú sientes lo mismo.

Tome la mejilla del chico y lo hice mirarme s los ojos...

Ester—Nunca me has dejado de gustar, y siempre te he querido, pero tengo miedo de que pase lo mismo, terminar por una tontería y no poderla arreglar.

Pedri—Te he dicho, que eso ya no va a pasar, que nos vamos a entender si nos tenemos que separar.

Ester—Si lo intentó de nuevo contigo, prométeme, que no me lastimarás.

Pedri—Te lo prometo Ester, voy a estar contigo para cuidarte y quererte, voy a volver a corregir mis errores, y no me voy a dejar llevar por mis impulsos.

Ester—Vale... entonces, ¿juntos?

Pedri—Juntisímos.

Pedri se acercó rápidamente a mi, para besarme, y yo me separé de él rápidamente.

Ester—Tengo casa sola.

Pedri—Entonces aprovechemos.

Volví a acercarme al chico para besarlo y fuimos subiendo las escaleras pero el ruido de la puerta nos detuvo.

Oscar—¡Pedri!

Mi padre había entrado con Natasha a la casa.

Pedri—Oscar, ¿que tal?

Oscar—Sorprendido, no sabía que venías, pensé que te ibas a ir con los chicos a la disco.

Pedri—Eh... no, venía a ver a Ester.

Oscar—Ahhh, que ya han vuelto.

Ester—Podrías atender a la servidumbre, en vez de interrogar a Pedri, se ve que está desatendida.

Oscar—¡Ester! Lo siento Nati.

Natasha—No te preocupes, ya sé cómo es.

Ester—Ahh, que ahora ya tiene apodo y todo, muy bien papá, le dedicaste los nueve años perdidos conmigo a ella, en vez de tu propia hija.

Pedri—¿Por qué no vamos al jardín?

Oscar—Si, será mejor que te la lleves.


Pedri POV...

Momentos normales no podíamos tener, siempre aparecía Natasha o Oscar, y Ester cambiaba de actitud al instante.

Ester—No soportó verle con esa tipa.

Pedri—Podrías intentar conocerla, no se ve que sea mala persona.

Ester—Eso crees tú.

Pedri—¿Me estas ocultando algo?

Ester—No ¿por qué?

Pedri—Tú cara me lo dice todo.

Ester—Yo no te estoy ocultando nada, mejor dime porque no me habías dicho que ibas a irte de disco con los chicos.

Pedri—No te dije, porque no iba a ir.

Ester—Ahh, pero si hubieras ido ¿hm? De seguro estarías con otras chicas.

Pedri—Ester ver a esa mujer te hizo ponerte furiosa con todos, mejor tranquilízate.

Ester—Estoy tranquila.

Pedri—No quiero que empecemos a discutir, así que te lo digo de una buena vez, si vamos a estar juntos, queda prohibido desquitarte conmigo o con otras personas que no tienen la culpa de lo que te pasa.

Ester—Dame soluciones, no problemas.

Pedri—Ve al psicólogo.

Ester—¿Me crees loca?

Pedri—No, pero reprimes todas tus emociones, y eso está mal, estás llena de coraje, necesitas liberarte.

Ester—Siempre es lo mismo contigo, vienes a mi casa para arreglar las cosas y terminamos en lo mismo de siempre.

Pedri—Es que tú haces que terminemos así, pero mira, cuando estés más calmadita, me hablas, ya es tarde y me quiero ir a descansar.

Me acerqué a darle un beso en la frente, pero ella se quitó de inmediato para darme un beso en la boca.

Ester—Perdón, ni yo se que me pasa, pero no quiero que olvides nunca que te quiero, aún y así con mis cambios de humor.

Pedri—No se me olvida, pero te quiero ayudar y necesito que te abras, porque así cómo estás no te va a servir de nada.


Pedri siempre queriendo ayudar a Ester y ella no se deja

Díganme que quieren ver en este epílogo, Porfavorrrr, ya voy a tratar de actualizar todas las historias

¡Pero es que tú!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora