Un mes después...
Hoy tenía una consulta muy temprano, así que me levante a las 7, aliste a Alessio y lo lleve conmigo al trabajo. No estaríamos por mucho tiempo, sólo dos horas, después lo llevaría con Pedri, porque hoy le tocaba estar con él.
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Habíamos llegado al consultorio, Alessio, se estaba durmiendo. Así que lo acosté en uno de los sofás, por mientras de que yo arreglaba el lugar para el paciente.
El timbre de la oficina comenzó a sonar, así que salí a recibir al paciente.
Ester—¡Hola! Buenos días.
—Hola, ¿qué tal?
Ester—Muy bien y usted ¿me recuerda su nombre?
—Si, soy Charles Leclerc.
Ester—Okey Charles, mucho gusto, yo soy la doctora Ester, hoy voy a estar trabajando contigo, así que aquí pasa dentro por favor.
Era un chico joven, yo le calculaba unos 25 años, y no se porque se me hacía conocido, pero no iba a preguntarle eso, mi trabajo era ayudarle.
Ester—Alessio, voy a estar adentro, si necesitas algo, tocas.
Charles—¿Es tú hijo?
Ester—Si.
Charles—Es lindo. ¿Cuántos años tiene?
Ester—Va a cumplir cuatro.
Charles—¿Mamá joven?
Ester—Así es, pero bueno, ya habrá tiempo para que tú me conozcas un poco. Ahora quiero saber de ti. ¿Que te ha traído aquí?
Charles—Bueno, pues... hace unos años perdí a mi padre, murió de cancer. Fue algo muy traumático porque lo perdí antes de ganar una importante carrera que me costó muchísimos meses de práctica y él estuvo siempre para mi.
Ester—¿Eres piloto?
Charles—Em... si ¿no me conoces?
Ester—Te he visto, es que a mi hijo le gustan mucho los autos y muy seguido se pone a ver las carreras. ¿Como supiste de mi?
Charles—Tengo un amigo que vive aquí, se llama Carlos y me ha dicho que varios de sus amigos vienen aquí contigo.
Ester—Ah, vale, ahora lo entiendo.
Charles—Bueno continuó. Después de la muerte de mi padre he conseguido muchísimas cosas, pero eso no me llena ni un poco. Algo dentro de mi me consume, tengo mucha culpa, porque mientras yo gozo de las cosas, el hombre que me ayudo a salir adelante... esta muerto.
Ester—Mira... nuestros padres son nuestro motor, y entiendo que puede ser doloroso perder a un ser querido, pero... tú no debes de sentir culpa. Tú papá hizo todo esto, porque quería que estuvieras en la sima, el no lo hizo con otra intención, más que ayudar a su hijo a ser el mejor, y aunque no este aquí contigo, él desde arriba se esta sintiendo orgulloso de ti.
Charles—Si pudiera volver atrás, probablemente disfrutaría más el tiempo, los pequeños momentos que pasaba con él, los momentos normales.
Ester—Lo sé, por eso hay que aprovechar al máximo a nuestros padres, porque un día se van y empiezas a ver como la vida ya no es color de rosa.
Charles—¿Perdiste a tus padres?
Ester—No, pero si se alejaron de mi por mucho tiempo, tú has tenido la suerte de tenerlo hasta en su último momento de vida, te vio crecer y convertirte en lo que eres, en cambio yo... mi infancia fue complicada, pero es una larga historia. Yo lo único que quiero que sepas es que no debes sentirte culpable y debes seguir con tu vida, feliz y agradecido por ser quien eres ahora.