Drogado

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Ester POV...

Sira y yo preparábamos el desayuno para los bebés, mi teléfono se encendió dejándome ver un mensaje de un número desconocido. Tal vez era alguno de mis pacientes, así que lo abrí.

Tú esposo no es lo que dice ser.
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Al instante abrí la foto, porque no me iba a quedar con la curiosidad. Mi cara, mi humor, todo de mi cambio al ver una foto de Pedri besándose con Tania. ¿Pero que cojones?

Sira—Ester, ¿todo bien?

Ester—Sira, tengo que ir a casa, por una emergencia, ¿puedes cuidar a los niños?

Sira—Emm... si, tú tranquila, yo me encargo de ellos.

Ester—Regreso más tarde.

No podía creérmelo, esa hija de puta me las iba a pagar, y sobre todo Pedri ¿como porqué la besó?
Iba manejando como loca, ya ni estacione el coche dentro de la casa.

Me baje del coche y entré rápidamente a la casa, gritando el nombre de Pedri.

Ester—¡Pedri! ¡Pedri!

Pedri—Voy.

Pedri estaba bajando las escaleras, así que me acerqué y le di una cachetada.

Pedri—Oye, ¿que te pasa?

Ester—¿Como que, que me pasa? Eres idiota, mira esto.

Le mostré la foto a Pedri, y rápido me quito el celular.

Pedri—Amor, pero yo nunca hice eso. No recuerdo ver a Tania ahí.

Ester—Pero ¿como no la vas a recordar? Si te estás besando con ella.

Pedri—Yo... yo no recuerdo nada, se que vino a la cena, pero no estuve con ella.

Ester—¿Y como porque Tania estaría en la cena?

Pedri—Es hermana de uno de los amigos de Marcos. Además de seguro es Photoshop.

Ester—¿Como fuiste capaz de hacerme esto, Pedri?

Pedri—Yo no hice nada de eso.

Ester—Te pedí una cosa, y era que estuvieras lejos de ella, y no lo cumpliste. Seguramente, ella lo planeo todo, y si hiciste lo que hiciste, fue por que no pusiste un alto. La voy a ir a buscar ¿eh? Me va a oír esa, estúpida.

Pedri—No, no, no. Tranquila. (Pedri me toma del brazo, pero yo lo aparte).

Ester—¡No me toques!

Pedri—Mira, lo único que recuerdo es que estaba en la discoteca, con los chicos, había ido al baño, y cuando regrese me comencé a sentir mal.

Ester—¿Te drogo?

Pedri—Como voy a saber, si no me acuerdo de nada. Ester, te juro por mi vida, que yo estuve lejos de ella, jamás me le acerqué. ¿Puedes confiar en mi? Por favor.

Ester—No se, cuando me demuestres que todo lo que me estás diciendo es verdad, ahí veré, por lo pronto, necesito espacio.

Pedri—Ester, no, por favor, no te vayas.

Ester—Solo unos días, tú encárgate de encontrar pruebas para que te crea. Me voy a casa de mi papá, a los niños los ves cuando yo te diga.

Pedri—No puedes hacerme esto, yo te he dicho que no hice nada.

Ester—Pedri, no estoy tonta, que he mirado mil veces la foto para ver si tiene algún fallo, pero no, se ve claro, que los dos se están besando.



Después de una larga discusión, pase de nuevo por los niños, Sira ya me esperaba en la entrada de su casa, solo para subirlos al coche.

Sira—¿Qué pasó? ¿Todo bien?

Ester—Pues no, que... me mandaron una foto de Pedri, besando a Tania.

Sira—¿Cómo?

Ester—Si, eso, y que no sé, el me ha dicho que lo han drogado, pero no se si creerle.

Sira—Pues que demuestre que si estaba drogado.

Ester—Eso fue lo que le dije, pero por lo pronto me iré a casa de mi papá, unos días, para que ambos nos calmemos, porque no quiero que por una tontería, esto se termine.

Sira—Tienes razón, como quiera voy a hablar con Ferran, para que me cuente todo, tal vez el sabe algo y ya que me platiqué te hablo.

Ester—Te lo agradecería mucho.

Sira—Oye... ¿pero te sientes bien?

Ester—Si, mira, no me puedo poner a discutir, por mi bien, y el de mis hijos, simplemente, necesito que demuestre que lo que me dice es cierto. Porque, sólo le pedí una cosa, Sira, le dije que no estuviera cerca de Tania, y es lo primero que hace.

Sira—No se que decirte, lo siento mucho, pero mira si te sirve de consuelo, Pedri, jamás te ha mentido, así que, tal vez podrías creerle.

Ester—Ha mentido muchas veces, pero es que ni siquiera me dijo que Tania estaba con el, eso es lo que me molesta.

Sira—Si, yo sé, Pero, tal vez no te lo dijo por qué pensó que no iba a pasar nada.

Ester—Da igual como haya sido, no estoy de ánimos, sólo quiero que mis hijos estén bien, y que jamás se enteren de lo que hizo.

Sira—Sabes que si se te ofrece algo, aquí voy a estar.

Ester—Si, lo se, pero bueno, llámame si sabes algo. Chao.

¡Pero es que tú!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora