1 año después...
Alessio había comenzado la primaria, así que hoy, Pedri y yo lo fuimos a llevar al insti. Me regrese con Melody y Mateo a casa y Pedri se fue a entrenar.
Al abrir la puerta, rápidamente note la presencia de mi madre, que no veía desde hace mucho tiempo y estaba sentada en mi sala.
Reni—¡Ester! Ha venido tú madre, y pues la he dejado entrar.
La sonrisa en mi rostro desapareció de inmediato, al verla, era una herida que no podía sanar, como se atrevía a irse, no volver y luego quería venir como si nada.
Ester—Reni, llévate a los bebés a arriba y quédate con ellos.
Reni—Vale.
Reni tomó a los bebés y los llevó a su habitación.
Lorena—¡Hija! (Mi madre quiso abrazarme, pero yo la aparte).
Ester—¿Qué haces aquí? Pensé que ya no te importaba, hasta hiciste una familia ¿no?
Lorena—Claro que me importas, pero, tenía que seguir con mi vida.
Ester—¿Y lo dices así? O sea, preferiste irte con tu nuevo marido, y abandonar a tu hija, aun cuando todavía estaba mal de su accidente y luego vienes aquí ¿a que?
Lorena—Quiero arreglar las cosas contigo, quiero que conozcas a mi familia, a tu hermana.
Ester—Lorena, ya soy una mujer adulta, tengo tres hijos, que por cierto son tus nietos, y ni siquiera, te dignaste a venir a verlos cuando más te necesitaba, al único que te puedo decir que he perdonado, es a mi padre, él se esforzó, y mucho, me demostró que se había equivocado, pero lo perdoné porque no me volvió a abandonar más, en cambio tú, tú me has abandonado, no una, no dos, varias veces. ¿Cómo te atreves? Si tuvieras tantita dignidad, te hubieras ido para siempre de mi vida y con el estúpido de tu marido.
Lorena—Yo me he hecho cargo de ti, aunque no lo creas, no estoy contigo, pero te cuido desde lejos.
Ester—Mientes, quien se ha hecho cargo de mi todos estos años es mi papá, no tu, solo has regresado, porque de seguro tú conciencia no te deja tranquila. Solamente tenía nueve años cuando me abandonaron, me dejaron completamente sola. ¿Te importó mi dolor? ¿Te importó que me quedara huérfana? ¡Aquí la única víctima soy yo!
Lorena—Yo se, yo se que no estuvo correcto, y me arrepiento muchísimo, se que ni tú papá ni yo te debimos dejar sola desde tan chica. Además nunca te falto nada.
Ester—Me falto amor. Amor, lo que una niña necesita, amor, cuidado. (Las lágrimas en mi mejilla, cada vez se deslizaban con más frecuencia).
Jamás me había abierto con mi madre, nunca le dije, en verdad lo que sentía.
Ester—¡Los dos prefirieron hacer su vida, en vez de estar conmigo. Se convirtieron en personas crueles, de un día para otro me dieron la espalda, fueron fríos conmigo, así que no solo me quede huérfana de padre, sino de madre también, tú me dijiste que ibas a cuidar de mi, he hiciste todo lo contrario. De la noche a la mañana, echaron a la basura todo lo que teníamos. Para mi eran los mejores papás del mundo, ambos eran mis héroes, nos adorábamos, éramos felices los tres. Hasta que entró ese maldito hombre en tu vida, y engañaste a mi papá, y todo ese amor, se esfumo y preferiste irte con él. Yo no tenía la culpa de nada, y me dejaron sola. Si no se hubieran ido, tal vez hubiera crecido con un poquitito de amor, pero me arrebataron lo que más amaba.
Lorena—Cuando me fui, también me dolió mucho dejarte.
Ester—¡No! ¡No te dolió nada, porque te fuiste con el hombre con el que te casaste! Mientras disfrutabas de tus viajes, a no se donde, y yo sola, sin tener a nadie a quien contarle lo que me pasaba, y eso jamás te lo voy a perdonar.
Lorena—¡Ya basta, Ester, por favor!
Ester—Si, ya basta, ya basta de tanto abuso. Y si tienes un poquito de vergüenza, regrésate a tu casa, porque aquí no eres bienvenida. Ahora que tengo tres hijos y me doy cuenta que nunca hay que dejarlos solos y voy a procurarme de hacer que crezcan en un ambiente donde haya amor, y que se sientan libres de expresarse como quieren, para que cuando crezcan, no sufran como yo. Así que te pedo que desaparezcas de mi vida para siempre, pero bueno, no lo vas hacer, eres tan patética, que ojalá que te pudras en el infierno.
Solo mire a mi madre sin decirle ni una palabra más, y me fui a encerrar a mi habitación.
Pedri POV...
Había llegado a casa, los niños me recibieron en la entrada, pero no vi a Ester...
Pedri—Reni, ¿y Ester?
Reni—Se encerró en su habitación y no ha salido.
Pedri—¿Se siente mal?
Reni—No sé, toque varias veces la puerta, pero me ha dicho que no quiere salir. Puedes ir a verla, tal ves ya está más calmada.
Pedri—Si, ahora vuelvo.
Subí rápidamente a la habitación, y entré sin tocar, necesitaba ver que le pasaba.
Al entrar vi a Ester, en la cama, llorando, he ida.
Pedri—¿Qué ha pasado?
Ester—Me hace daño verla, ¿por qué tenía que regresar?
Pedri—¿Tú madre ha venido?
Ester—Si, llevó años guardando todo lo que le dije. Acumulando todo ese odio, todo ese rencor, esa rabia.
Lágrimas no dejaban de caer de las mejillas de Ester. Me senté junto a ella para poderla ver, me dolía que estuviera así. Yo sabía que para ella, siempre iba ser difícil poder perdonar a sus padres por completo.
Ester—Quizás por eso soy como soy ¿no? Pero es que el saber que mis papás me abandonaron, para mi es un trauma, no lo puedo superar, y eso que ya pasaron muchos años. Por su abandono, por todo su desamor, me hice fría, dura, calculadora, y juré que nadie me volvería hacer daño, nunca más.
Pedri—Ester, no, no digas eso, el pasado se queda en el pasado, ahora estás en el presente, es tiempo de cambiar, se que es duro, y yo jamás voy a hacer menos tus sentimientos, porque yo se lo que se siente. Es un vacío inexplicable, pero si estás con las personas que más amas, llega la calma, y tú sabes que yo siempre voy a estar contigo ¿me oyes?
Ester asintió con la cabeza, y me acerqué a darle un pequeño beso.
Pedri—Ya, por fin lo sacaste, le dijiste todo lo que sentías, y lo mejor de todo es que ya no lo guardas, eso es un gran paso. Ahora lo importante aquí, es mantener a nuestra familia unida, que a nuestros niños nunca les falte nada, que crezcan con mucho amor, y que sepan que los amamos, porque es la verdad.
Ester—No quiero que te vayas nunca. (Ester se levanta de la cama y se acerca a abrazarme).
Un abrazo en el que se desahogo, mucho, dejo mi hombro mojado de todo lo que lloro, pero me daba gusto, que conmigo ya se sintiera tranquila, y que supiera que siempre iba a estar con ella.
Pedri—Eres la única persona que ilumina mi vida, con solo verte, todo mejora, y quiero que tú pienses lo mismo. Quiero que entiendas que cuando te digo que es para siempre es para siempre.
Ester se separó de mí y volvió a besarme.