Primero de Agosto...
—Así es, después de mucha insistencia y querer evitar el irme de Miami, no funciono, al parecer mi papá si le envío un primer aviso a mi madre y yo no pude hacer nada más que tener que ir a la fuerza.
—Mi madre y mi nana hicieron la maleta por mi, ya que yo y mi humor me obligaron a no hacer nada, sino era algo que yo quería.
—En mi vida había ido a España, prácticamente mis abuelos, mis tíos, toda mi familia estaba haya, pero ellos eran los que venían a visitarme, claro cuando mis padres no estaban divorciados. Me conocía el otro lado de Europa, pero en España jamás había puesto un pie.
(...........)
—Estaba en el aeropuerto junto con Marta y Sergio, honestamente no se que iba a hacer con ellos. Estaba tan molesta que no me despedí de mi madre, sólo de Mati. El chofer llegó por mi, pero quería pasar los últimos minutos con mis amigos, así que fuimos por ellos.
—Me encontraba en una de las sillas de la sala de espera con los dos chicos a mi lado.
Sergio—Por favor dime que con esa cara no te vas a presentar con la gente allá.
Ester—No, claro que no, me presentaré con una cara mucho peor.
Marta—Muy bonita, muy bonita, pero con un carácter...
Ester—Que ni hasta un perro se me acerca. Honestamente no se que haré allí.
Marta—Bueno puedes tomarte fotos, subirlas a insta, hacer FaceTime con nosotros, contarnos que cosas hay, y traernos algún recuerdito.
Sergio—O varios, ya que te vas algunos meses.
Ester—Los voy a echar muchísimo de menos, y no me olviden por favor, ojalá y pueda regresar para graduarme con ustedes, oh en mi cumpleaños mínimo.
Marta—Si no, nosotros volamos a España, vi que Ibiza tiene buenas discotecas. Y a ti te gusta la fiesta.
Ester—Pues si.
A los segundos escuché como la mujer que anuncia los vuelos, anunciaba el mío y eso me puso más triste.
—Pasajeros que van de Miami a España, favor de comenzar a hacer check in.
Ester—No, no, no me quiero ir. (Unas lágrimas salían de mi rostro).
Sergio—Guapa no llores, vas a ver que todo irá bien. (Mis amigos se acercaron a abrazarme, así nos quedamos unos minutos hasta que me tuve que separar).
Marta—Pero con una sonrisa, no quiero que vayas triste. (Voltee a ver a Marta y le sonreí falsamente para luego reír).—Esa es mi amiga.
Horas después...
—Había llegado a España, mi padre me había enviado un mensaje.
Oscar Exposito —¿Hija has llegado?
Ester Exposito —Ajá.
Oscar Exposito —Vale. Estoy en la entrada del aeropuerto, parado en la camioneta.Solo lo dejé en visto y seguí con mi camino. Recogí mis maletas y me dirigí hacia donde el estaba y lo vi. Vi a mi padre esperándome en su camioneta con una sonrisa en la cara, mientras la mía era de seriedad sin ninguna mínima expresión.
Oscar—¡Hija! (Oscar se acerca a Ester y le da un abrazo el cual su hija rechazó al instante).
Elisa—¿Nos vamos? Hace frío aquí.
Oscar—Sisi, sube.
Ambos se subieron al coche y Oscar comenzó a manejar. El padre nunca dejó de hablar en todo el camino, tal vez lo hacía para ver si su hija se dignaba a hablarle, pero fue todo lo contrario, Ester se puso sus auriculares durante todo ese tiempo y espero a llegar a casa de su padre.