Había terminado de conocer a mi hijo, bajaba las escaleras cuando veo a Jessica en la sala.
Jessica—Ester...
Ester—No me tienes que decir nada, tú no sabías quien era su mamá.
Jessica—Te prometo que si hubiera sabido de ti yo...
Ester—El hubiera no existe y enhorabuena por tu compromiso, estoy segura de que van a ser una gran pareja.
Jessica—Gracias.
Ester—Bueno... este departamento yo lo compré, entonces...
Jessica—Se que estoy haciendo mal en vivir aquí, pero te prometo que mañana mismo busco otro lugar, pero déjame quedarme aquí, por hoy.
Ester—Si, no te preocupes, aquí vive mi hijo, no lo voy a correr, mañana vengo para ver cómo va todo, pero bueno me voy. Chao.
Jessica—Te acompañó.
Ester—No hace falta.
Pedri POV...
No pude ni bajar a despedirla. ¿Por qué? ¿Por qué tenía que regresar ahora y no antes? ¿Por qué me hacía esto a mi? ¿Por qué volvió a provocar algo en mi? No iba a mentir que Ester era otra persona, ella tenía razón cuando me dijo que necesitaba tiempo, pero yo no pensé que mucho y además que se iba alejar de todos.
Escuché que la puerta de la casa se cerró, así que de inmediato fui abajo.
Pedri—¿Ya se fue?
Jessica—Necesitamos hablar.
Pedri—Lo sé.
Jessica—¿Por qué nunca me dijiste que Ester era la mamá de Alessio?
Pedri—Porque no podía. Cuando te decía que esa persona me había dejado marcado de por vida es porque era ella, causó algo muy fuerte en mi, que no podía ni mencionar su nombre.
Jessica—¿Y por que se fue? ¿Por qué los dejo solos?
Pedri—Le dio depresión pos parto. No podía más con el bebé, así que un día que no estábamos Alessio y yo, empaco sus cosas y nos dijo que se iba. No pensé que fuera abandonarnos, pero lo hizo, y ahora que está aquí, yo...
Jessica—¿Sientes algo por ella?
Pedri—No, no. Solo me tomo de sorpresa es como algo raro, te prometo que esto no va a interferir en nosotros.
Ester POV...
No tuve otra opción, más que ir a casa de mi padre, no me iba a quedar en el departamento, ni tampoco iba a tratarlos mal, yo solo venía a recuperar a mi hijo, sólo eso.
Había pedido un taxi, me llevo hasta la casa de mi padre y enseguida me baje del auto para ir a tocar la puerta.
En cuestión de minutos mi padre mí abrió y yo lo único que pude hacer, fue abrazarlo.
Oscar—Ester, hija. ¿Cuanto tiempo?
Ester—Perdóname, por no decirles nada, de verdad perdóname, me sentía muy mal y no podía seguir en esta ciudad ni un minuto más.
Oscar—Ven, pasa.
Mi padre y yo nos sentamos en un sofá de la sala y comenzamos a platicar.
Oscar—Estas cambiadisíma. ¿Que te has hecho?
Ester—Nada, sólo tome muchas terapias y me estuve medicando, fue todo. ¿Cómo te va? ¿Si has podido ver a Alessio?