Las camaras

1.2K 68 3
                                    

Ester POV...

Estaba en casa de mi padre, cuidando a los niños, cuando alguien timbra. Decido dejar a mis hijos un segundo y abrí la puerta.

Ester—¡Pili! Hola.

Pili—Hola, Ester, ¿podemos hablar?

Ester—Claro, pasa.


(............)

Pili—Quiero decirte, que yo vi todo, se que Pedri no beso a Tania, y se que ella lo drogo. Pablo me contó lo qué pasó con ustedes, así que hablé con el dueño de la discoteca, es amigo de mi hermano, me han enseñado las cámaras, y en el video se ve claramente que Tania planeo todo.

Ester—¿Cómo? ¿Pero tú porque estabas ahí?

Pili—No, no estuve, sólo quise ayudarte, Gavi, me ha dicho que Pedri la está pasando mal, y bueno... esa zorra, puede ir en cualquier momento a la cárcel por lo que ha hecho.

Ester—No me lo puedo creer, esta obsesionada con Pedri, y él aveces es muy estúpido y no ve las cosas con claridad, si le digo, vete cuando esté ella, es irte, no cambiarte de lugar, porque tarde o temprano iba a pasar algo así.

Pili—Así son los hombres, muy tontos, pero hasta que les pasa algo, ahí es cuando se dan cuenta. ¿Qué vas a hacer?

Ester—Lo que debí haber hecho antes. Voy a ir a buscar a esta mujer, y la voy a poner en su lugar.

Pili—Pero...

Ester—Pero nada, ya se donde puede estar, no creo que sea difícil encontrarla.



Después de un rato, Pili se fue de mi casa, y yo me decidí por ir a buscar a Tania, al gimnasio donde iba Pedri.

Había llegado, al principio no me dejaban pasar, así que tuve que inventar que venía a dejarle algo a Pedri, aunque sabía que él no estaba ahí.

Comenzó a buscar por todos lados, hasta que la vi, en una esquina, sola, y haciendo ejercicio.

Ester—Veo que no tienes ni un poquito de pena ¿eh?

La chica me miro de inmediato por el espejo, y volteó a verme.

Tania—¡Ester! Que sorpresa, no sabía que venías a visitarme. ¿Cómo te va con tu vida de soltera?

Yo solo sonreí sarcásticamente.

Ester—¿Como te va a ti, con tu vida de futura criminal?

La sonrisa de la chica desapareció en un segundo.

Ester—La verdad, nunca entendí tu obsesión tan innecesaria con Pedri. ¿Por qué querrías hacerle daño a mi familia? Mírate, eres joven, guapa, y por mucha vida por delante, bueno, ya no creo que tú vida vaya a seguir, pero pudo haber sido mejor. De tantos hombres en el mundo, decidiste meterte con uno, que ya estaba casado y tenía tres hijos.

Tania—Todo lo que quiero lo obtengo, y yo quería besarlo, es más quería tener sexo con el.

Me acerqué a ella y le di una bofetada.

Ester—¿Si te escuchas? Pero es que eres tonta, ¿como porque no te tienes un poquito de respeto, hm? ¿Por qué no puedes quererte?

Tania—Ester... tú me quitaste al amor de mi vida, antes de que tú conocieras a Pedri, él y yo éramos felices, tú no sabes nada de él, mientras que yo se todo.

Ester—El corazón no se manda, y bien se sabe qué hay que respetar cuando la gente está en una relación y tú no lo hiciste. Es más, lo drogaste, para que él te pudiera besar, ¿si te das cuenta del daño que hiciste? Imagínate el daño que le pudiste haber hecho, se pudo haber muerto, porque él jamás a consumido una droga en su vida, y tú hubieras tenido la culpa. Solo te quiero pedir una cosa, y es que te alejes de Pedri y de mi familia y de todos los que nos rodean, yo no voy a dejar que una estupidez, como la que hiciste, terminé con mi matrimonio.

Tania—¿Y si no quiero?

Ester—Bueno... si no quieres, fácil, te mato. Así que estate con cuidado, porque yo no soy de dar segundas oportunidades, pero sé que tú puedes cambiar. Lindo día.

Salí del gimnasio y me dirigí a ver a Pedri a la casa, ya llevaba días sin hablarle y creo que ya era tiempo.

Abrí la puerta del departamento y lo encontré en la sala, se había quedado dormido, así que me acerqué a él.

Era tan lindo cuando dormía, parecía un bebé, acariciaba su mejilla, mientras me quedaba pensando, en porque siempre la gente, tenía que destrozar nuestra felicidad.

Después de unos minutos, una de las manos del chico, toma mi mano con la cual estaba acariciando su mejilla. Pedri abre los ojos, y me sonríe de inmediato.

Pedri—¡Ester! ¿Qué haces aquí?

Pedri se movió un poco del sillón, para yo poder sentarme junto a él.

Ester—Tengo que hablar contigo. Ya me enteré de todo, y se que no tuviste nada que ver.

Pedri—Yo te lo dije, pero te entiendo, sé que te ibas a enojar, yo no sé cómo hubiera reaccionado si veo una foto de ti besándote con otro chico. Pero se que los dos no somos capaces de hacernos daño, la gente es la que nos hace todo esto para que no seamos felices.

Ester—Lo se, ya lo he comprobado, de hecho fui a hablar con Tania.

Pedri—¿Cuando?

Ester—Hace unas horas, le advertí que no se volviera a meter con nuestra familia, porque no sabe con lo que se va a encontrar.

Pedri—Ester... yo jamás te haría daño, yo pensé que podía solucionar el problema, cuando Tania apareció, no me pasó por la cabeza que me fuera a drogar.

Ester—Lo sé, lo sé, yo entiendo que actúe muy impulsiva, sin dejarte dar una explicación, pero es que no me lo esperaba.

Pedri—Tú y yo... siempre juntos. Te lo he dicho desde que te conocí, yo te amo más que a mi vida, si te pasa algo, me muerto, si te veo triste, yo también voy a estar triste, por que te amo, te amo demasiado, amo a nuestra familia, todo lo que hemos construido, no lo podemos mandar a la mierda, por una hija de puta, que no nos quería ver feliz. ¿Lo tienes claro?

Ester—Lo tengo clarísimo.

Me acerqué a Pedri y lo bese, ambos necesitábamos este beso, cada vez que lo besaba era imposible que me separara de él.

Ester—Te amo.

¡Pero es que tú!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora