Capítulo 61: La dirección de Clarice D. Bruce

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Tras la recogida de Patty en el puerto de Boston Candy sintió cómo la felicidad de sus amigos alegraba su espíritu  y el viaje de regreso a Chicago se hizo más corto de lo que pensaba

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Tras la recogida de Patty en el puerto de Boston Candy sintió cómo la felicidad de sus amigos alegraba su espíritu  y el viaje de regreso a Chicago se hizo más corto de lo que pensaba.  Patty permaneció dormida junto a Stair la mayor parte del trayecto con una dulce sonrisa en el rostro. 

Los jóvenes permanecieron callados durante  largo rato, todos sumidos en sus propios pensamiento..

Archie miraba de vez en cuando a su hermano, quien tiernamente acariciaba los cabellos de Patricia. Ya nada los separaría, estaba convencido de ello. También pensaba en Annie, en todo lo que habían pasado juntos. Y... en Candy. Todavía albergaba sentimientos por ella, pero ya no eran tan apasionados, sino más tranquilos y tiernos. Archie había aprendido a silenciar su corazón cuando entendió que Candy nunca lo vería como él quería que lo hubiese visto tras la muerte de Anthony. Su hermano Stair había sido más rápido en darse cuenta de ello. ¿Cómo no? Stair era mayor que él y aunque su espíritu era más inquieto y juguetón siempre había tenido ventaja.

Pero, se había dado cuenta de que había sido muy difícil para ambos dejar de amar a Candy.

Ahora tenía a otra joven en su vida y quería hacerla feliz. Pero ¿Cómo no amar a Candy? Para él había representado lo más hermoso y sagrado, desde que aquel día lo rescatara de la corriente del río que inclemente lo habría arrastrado;  de no ser por ella y su habilidad con el lazo...Tonta vanidad la suya, porque no estaba dispuesto a echar a perder su camisa de seda lanzándose a nadar en el rio. Se sonrió recordándolo...

Él junto a Stair y Anthony se habían jurado lealtad en cuanto a sus sentimientos por ella. Siempre iban a estar a su lado, pasara lo que pasase. 

 Archie se preguntaba si Candy alguna vez había sido consciente de lo que había provocado en el corazón de los tres. También se preguntaba quién era la persona que ahora ocupaba su corazón. Pensó en Terry, pero luego lo descartó desde su separación en Nueva York, en aquellas circunstancias tan penosas  hacía tiempo que no hablaba de él .

Y pensó en el Tío William...Sabía que tenían una relación de amistad muy especial ¿Podría ser que estuviese enamorada de él?

Candy suspiraba. Tenía ganas de llegar a la mansión de Chicago, de dormir en la habitación verde que Albert había decorado especialmente para ella. También deseaba organizar una merienda para recibir a Patty en la debida forma. 

Habría que invitar a los padres de Stair y de Archie, por supuesto. No sabía si la tía Elroy estaría dispuesta a acudir después de que se hubiese retractado de su postura sobre el compromiso de Archie y de Annie. Esto último iba a confiárselo a Albert, él sabría la mejor manera de proceder puesto que sabía que él había sido el responsable de que los jóvenes enamorados pudiesen formalizar su compromiso ante la familia.

También quería ver a Annie y se preguntaba qué tal se habría tomado el descubrimiento de la verdadera identidad de sus padres.

Cuando finalmente llegaron se había hecho de noche y los jóvenes tomaron un refrigerio antes de irse a dormir que el servicio muy diligentemente preparó para ellos. Patty estaba muy cansada y apenas probó bocado. Las emociones habían afectado a su apetito así que se tomó un baño caliente y enseguida se fue a dormir a una de las habitaciones de invitados que había sido especialmente preparada para ella.

Más allá del hilo rojo [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora