Capítulo 98: Los temores de Annie

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Casa Pony, Oldtown

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Casa Pony, Oldtown. Febrero 1917

Patty estaba triste, no quería que Candy se fuese a Escocia. No entendía por qué el tío William había decidido enviarla tan lejos. La guerra se estaba recrudeciendo y tenía miedo por ella. 

Tras su regreso de Londres, había decidido seguir con sus estudios en Estados Unidos a fin de mantenerse cerca de Stair. Su padre, un importante abogado, tenía propiedades en América y su madre, famosa columnista de revistas de sociedad, finalmente había aceptado que su hija viviera su propia vida. La abuela Martha, la había ayudado a hacerle cambiar de parecer y sus padres le pasaban una pequeña paga con el fin de que pudiera mantenerse hasta conseguir su primer empleo.

Patty se sentía una joven con suerte por tener en su familia a alguien como su abuela. Era una mujer que no parecía hija de su tiempo, todo lo contrario. Tenía que haber sufrido mucho tras ser educada en la puritana y conservadora sociedad del siglo XIX. Ahora, recién entrado el siglo XX los valores prometían ser distintos. Patty estaba segura de que sería un siglo de cambios, de evolución para las mujeres y revoluciones tecnológicas para la sociedad. Sin embargo, la guerra...esa constante terrible, seguía manifestándose. ¿Era una condición vinculada a la naturaleza humana? Patty apretó la mano sana de Stair. Tenía miedo. Tenía miedo por Candy.

—¿Qué sucede, mi amor?—preguntó Stair con la boca llena de crema. Se estaba divirtiendo mucho.

—Nada...nada— respondió Patty palideciendo de pronto. Era la fiesta de despedida de Candy y de su hermano y no quería que sus temores se impusieran.

—¡Hagamos un brindis ...!—Propuso Archie.

Todo el mundo levantó sus copas y brindaron por que tuvieran un buen viaje de ida. Annie y Archie habían decidido posponer la fecha de su fiesta de compromiso hasta que llegase el momento en que todos pudiesen celebrarlo juntos. 

Annie quería conocer mejor a su familia biológica: los Bennet, quienes habían entablado una relación afable con los Brighton. Ellos comprendían que su hija quisiera pasar más tiempo con ellos aunque su madre adoptiva a veces se quejaba de que ahora no les dedicase tanta atención como antes. La joven entendía que eran celos, pero creía que podía hacerse cargo de la situación sin que ninguna de las partes saliera herida. 

Sin embargo, había descubierto que le encantaba jugar con sus hermanos pequeños: Antonia y Clarence, los mellizos que había empezado a adorar. ¡Cuánto había anhelado tener una familia!  y ahora, Dios le había dado dos familias a las que amar...y un hombre que la quería. El fantasma del amor de Archie hacia Candy  se había ido diluyendo en el tiempo pero estaba segura de que él no la iba a olvidar nunca. ¿Cómo podría?  ella había sido su primer amor.  

"Rezaré por ti, Candy. Porque llegues sana y salva: tú y los tuyos...", pensó mientras la veía sonreír a todo el mundo.  Luego miró hacia Archie, que la observaba con la tristeza escrita en el rostro. Estaba claro que él la seguía queriendo. Pero ya no era lo mismo, estaba segura de que ahora la amaba a ella ¿Por qué si no se había enfrentado a la oposición de su familia, si no la amase? Archie había luchado como un león por su amor.  

Más allá del hilo rojo [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora