Scott Archer, alarmado por las noticias dejó el periódico en la mesa de su despacho, cogió su abrigo y dijo a su secretaria que estaría fuera. Su hijo estaba trabajando, él no iba a tardar mucho tiempo en enterarse. La reyerta se había saldado con varios muertos y el hombre sintió cómo la sangre abandonaba su rostro.
"Maldita sea...
Se dio prisa, tomó un coche de caballos y se presentó en el hospital de Chicago en busca de los dos pacientes que habían ingresado hacía pocas horas.
Y de pronto, las vio, llorosas, abrazadas en el pasillo...visiblemente asustadas.
—¡Papá!...— exclamó Candy arrojándose a sus brazos tendidos.
—Tranquila, cariño. Tu padre está aquí— dijo acariciando sus rubios cabellos.
Miró a Clarice, que aguardaba aguantándose las lágrimas. Ojos brillantes del color de las turquesas parecieron clavarse en el corazón de Archer. Tragó saliva, aún la amaba y era hermosa.
—¿Cómo? ¿Quiénes?—preguntó conteniendo sus emociones.
Clarice sintió que las palabras se le atragantaban, era incapaz de aguantar las lágrimas que rodaron por sus mejillas.
Apretó los labios con rabia.
— Han sido...han sido Mc Bride y sus hombres— dijo con la voz quebrada— querían llevársenos, Scott...la querían a ella, a nuestra niña— añadió ella abrazándolos a su vez.
—Tranquilas...tranquilas. Yo os protegeré. No pasará nada mientras estemos juntos— prometió Scott besando el pelo de Clarice— me encargaré de protegeros de ese malnacido.
Entonces pensó en lo que le había propuesto Ardlay.
Tenía los papeles con la renuncia a la patria potestad de Candy. Legalmente quedaba vinculada a él, era su hija y el deber de un padre era velar por su seguridad, por su integridad, darle amparo.
Un amparo que le había sido negado durante su infancia.
—Pero ¿Cómo? ¿Y qué hacía Ardlay con vosotros?— preguntó a Clarice
—Fue tan amable, Scott. Había venido a entregarnos uno de los pasajes en primera que había comprado para nosotros...
—El de Gilbert.— Añadió Candy llorosa— Se le había olvidado...—Dijo mirando hacia el suelo incapaz de contener las lágrimas.—Oh...papá— dijo ella sintiendo que las emociones la desbordaban— Fue horrible...Yo... yo no creo que lo pueda olvidar nunca.
Candy levantó la mirada hacia su padre. Estaba pálida. Todavía sentía el miedo, la ansiedad, el terror. Aquel hombre que había muerto por un disparo certero de Georges y caído a sus pies. Ella creía que iba a tardar mucho tiempo en olvidar su cara.
Scott dedujo por qué había enviado todos los pasajes a los Bruce. Si hubiese querido podría haberle enviado el suyo y el de su hijo a su oficina. William amaba a Candy, estaba claro: su socio se había sacado una excusa de la manga para verla.
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Más allá del hilo rojo [Libro 1]
FanfictionCandice White Ardlay está viviendo un sueño: luego de ser adoptada y descubrir la identidad secreta de su príncipe de la colina está trabajando de enfermera en la clínica que Albert construyó para ella y el Doctor Martin. También ayuda a la Srta. P...