Tras haber recibido las últimas noticias por parte de su hombre de confianza respecto a Neal su salud se había resentido. A la señora Elroy le dolía la cabeza intensamente.Su nieto estaba tras la venta de información que había causado el descalabro económico que les había hecho perder millones y había provocado la huida de importantes inversores. Aquel daño, había herido de gravedad a las finanzas de los Ardlay y beneficiado a la competencia.
Sus enemigos debían estar afilando los cuchillos para lanzarse como buitres. Y aquello no la dejaba dormir. Todo por lo que había luchado estaba en peligro. La ansiedad la devoraba pero también la decepción, la pena...
Elroy había llorado como nunca.Por su familia, por su marido fallecido, por Neal...pero sobre todo por su sobrino William. Sentía que había decepcionado a su familia, fallado a la memoria de su hermano menor.
El mensaje urgente que había recibido de su sobrino la había llenado de congoja. Su viejo corazón comprimió en el pecho y tuvo que servirse un vaso de agua de la mesilla de noche para poder hidratarse. De pronto sentía la boca seca. Todo, todo por lo que había luchado había estado a punto de desmoronarse.
Pero ella era una Ardlay. Había manejado situaciones mucho más difíciles en el pasado. Y si tenía que escarmentar a su hija, a su yerno y a sus nietos, lo haría.
Así que aquella mañana se había sobrepuesto a los mareos, al dolor y decidió convocar una reunión de crisis con su familia después del desayuno.
Habían acudido todos excepto Neal, que estaba en los calabozos de la comisaría del distrito a la espera de que la familia se hiciera cargo de su fianza. Elroy estaba tan furiosa que pensó que una noche en los calabozos quizá lo iba a hacer reflexionar a cerca de su comportamiento aunque Sara estuviese histérica y se hubiese negado.
Ella, la matriarca, quería legarles algo de su fortaleza e integridad antes de que fuese demasiado tarde. El peso de haberse sabido manipulada por ellos durante tanto tiempo, la estaba pasando factura. Habían atacado a William, al hijo menor de su hermano y ella no iba a consentir semejante comportamiento. No podía.
Aquella mañana había tenido dificultad para mantener el equilibrio y su coordinación le había fallado. Había necesitado la ayuda de su asistente para poder llegar a la sala de reuniones de la mansión y sentarse .
Lo peor de todo era la decisión de William...Sentía mareos. Tenía en su mano la carta firmada de puño y letra del jefe del clan. Los dedos le temblaban cuando la volvió a releer:
"Por la presente, yo William Albert Ardlay comunico mi decisión de rescindir todo privilegio, toda relación comercial o personal de las que ha venido gozando el matrimonio Lagan. Los motivos que me impulsan a tomar tan dolorosa y difícil decisión han sido proteger no sólo los intereses de la familia, sino para apartar de su perniciosa influencia a la única persona que siempre se ha mantenido a mi lado, me ha protegido y cuidado sin importarle cuán importante fuera mi apellido.
ESTÁS LEYENDO
Más allá del hilo rojo [Libro 1]
FanfictionCandice White Ardlay está viviendo un sueño: luego de ser adoptada y descubrir la identidad secreta de su príncipe de la colina está trabajando de enfermera en la clínica que Albert construyó para ella y el Doctor Martin. También ayuda a la Srta. P...