Capítulo 60: La reunión de los Bruce

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Benjamín Bruce llegó bastante cansado a Michigan

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Benjamín Bruce llegó bastante cansado a Michigan. Su prima residía en un elegante distrito no muy lejos del centro de la ciudad de Lansing. Decidió hospedarse en un elegante hotel y descansar antes de verla. El viaje había sido bastante tranquilo, aunque tenía que admitir que el miedo a los ataques de los alemanes era una constante entre el pasaje. Miedo a que el incidente del Lusitania se repitiera con ellos a bordo. Aunque los alemanes se habían referido al ataque y hundimiento del transatlántico de lujo como un error, él desconfiaba de que fuese verdad. Le parecía imposible que se hubieran confundido de objetivo; ese error se había cobrado la vida de mil pasajeros inocentes cuyos cuerpos fueron rescatados entre las rocas de las costas inglesas no hacía demasiado tiempo. Ben se estremecía de pensarlo. Demasiado dolor. No obstante, cuando desembarcó y vio en el muelle a aquella hermosa joven de cabellos dorados enseguida lo olvidó todo y se centró en el verdadero objetivo de su viaje: Larice. Tenía que encontrarla.

Durante el trayecto en tren desde Boston había estado pensando en el incidente con Thomas Archer. Ben no era persona de perder fácilmente los estribos, pero el hecho de que el viejo Archer se entretuviera insultado gratuitamente a su hermana fue más de lo que había podido soportar. Tampoco la situación con su madre había ido mucho mejor. Poppy no quiso despedirse de él antes de irse al puerto para tomar el transatlántico que lo llevaría hasta Boston. Su padre había depositado en él su confianza. Estaba seguro de que encontraría a su hermana y de que la traería de vuelta a casa.

—Quiero conocer a mi nieto antes de morir, Ben — había confesado James Bruce llevándose una mano al pecho allí donde guardaba la foto de su amor perdido: en el bolsillo interior de su chaqueta de tweed.

—Confía en mí, padre...yo te los traeré de vuelta — había prometido Ben antes de partir.

Su hermana Leticia le abrazó y le deseó buen viaje. No veía bien aquel repentino interés de su padre y su hermano por recuperar a alguien que ya no formaba parte de sus vidas. Compartía con su madre la opinión de ésta por Clarice. Pero no dijo nada. Sabía que era peor contrariarlos. Tampoco veía prudente que su hermano menor, el heredero del título se embarcara en aquella peligrosa travesía para cruzar el mar en busca de su hermanastra. Los alemanes habían dejado claro que el mar ya no era seguro para los civiles y le aterraba que el título de Conde pasara a manos de un pariente próximo, en el caso de que su hermano falleciera durante el viaje. Porque entonces, ella tendría menos privilegios y tendría que volver con su marido a Edimburgo, a la casa de sus suegros. Cosa que ella detestaba.

 Cosa que ella detestaba

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Más allá del hilo rojo [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora