CAPÍTULO 204 - AMANECER (FINAL)

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Tres meses después.

El viento movía su cabello oscuro, la soledad y la tranquilidad que se respiraba en ese sitio era abrumadora, por otra parte, era lo normal en un cementerio. Su único ojo miraba hacia la lápida que tenía frente a él, donde se podía leer con letras doradas el nombre de Oboro Shirakumo.

Aizawa se arrodilló para pasar un pequeño trapo por el relieve de esas letras, cuando oyó pasos tras de él. Se volteó ligeramente sin levantarse y vio como Present Mic, con Eri en brazos caminaba hacia él, la niña portaba un gran ramo de flores azules. Al llegar a un lado, Aizawa se levantó y besó la frente de la niña, para luego Yamada dejarla en el suelo.

—Muchas gracias, Eri —dijo el pelinegro a la niña que le tendía el ramo de flores y este lo dejaba en la tumba.

Ahora los tres estaban arrodillados, con los ojos cerrados.

—Shota, creo que por fin podremos descansar.

—Si, siento que la presión que sentía en el pecho se esfumó.

Tras el enfrentamiento con los villanos, y tras asegurar la zona, los servicios de emergencia rescataron el cuerpo decapitado de Kurogiri, al cual se le aplicaron técnicas regresivas, para de alguna forma volver a darle el aspecto de Shirakumo. Eri se ofreció, como se ofrecería mas adelante a ayudar a mas personas que necesitasen alguna regeneración.

Sin la cabeza era complicado, estuvieron buscándola durante semanas, pero les fue imposible encontrarla, era un peso que quedaría en la memoria de Aizawa, pero sabía que en sus últimos momentos su amigo había hecho lo mejor.

—Muchas gracias por ser amigo de mis papás... —dijo Eri con voz tierna mientras juntaba las manos y hablaba con la tumba.

Aizawa sonrió al escuchar eso, y al volver su cara hacia Present Mic le vio derramar algunas lágrimas, este alzó su mano y se las limpió con el dorso de la mano.

Aizawa pasó su mano por el cabello de la niña, dando un pequeño toque en su cuerno, para acto seguido levantarse y cargarla en brazos.

—Entonces Eri, ¿te gustaría que Yamada y yo seamos tus papás?

—¡¡SI!!, me gustaría mucho.

Mic parecía que iba a ponerse a llorar otra vez, pero Aizawa se acercó y lo abrazó, para al separase darle un tierno beso.

—Ya has oído, papi Mic —dijo Aizawa con voz graciosa —a rellenar papeles, y cuando tengas tiempo me dices si aceptas casarte conmigo.

Aizawa comenzó a caminar dejando a Mic completamente mudo y asombrado por las palabras dichas.

—¿Co-cómo?... ¿eso va en serio? Shota... eh... Shota...

Mientras los tres se dirigían a la entrada, un poco mas alejados, dos personas, una sentada en una silla de ruedas y otra de pie tras de él contemplaban una tumba.

A varios kilómetros de la ciudad, en una prisión de alta seguridad, sonaba la sirena que daba inicio a la hora del descanso, así todos los presos salieron a un gran patio, donde los prisioneros podían tomar el aire, hacer ejercido, leer o demás actividades de ocio.

Por la puerta, una chica rubia, que recogía su cabello en dos pequeños moños, miraba por todo el lugar, hasta que sentados en una mesa vio a sus compañeros.

—¡¡Atushiro-kun!! ¡¡Tenko-kun!!

La chica corría hasta la zona agitanando el brazo, Mr. Compress, ya sin mascara, ni sombrero y ataviado con el uniforme naranja de preso la miró acercarse y se movió par dejarla un lado; frente a él, un chico de pelo negro, ocultaba su rostro entre sus brazos mientras se recostaba en la mesa.

Explosión Verde (BakuDeku) (Katsuki Bakugo x Izuku Midoriya)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora