55. Lucha de gigantes (Nacha Pop)

12 5 0
                                    

Coger aire.

Uno, dos, tres, cuatro.

Aguantar aire.

Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete.

Soltar aire.

Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho.

Llevaba repitiendo aquella técnica de relajación durante el tiempo suficiente como para darme cuenta de que, por mucho que la recomendasen en Internet, no daba resultado alguno.

Me senté en el taburete que había frente al espejo del camerino y contemplé mi reflejo. El antifaz parecía sacado de una mala parodia del Zorro y, pese a cumplir su función, no dejaba de hacerme sentir un poco ridículo.

Hablar con mi hermana acerca del tema había sido bastante más sencillo de lo que pensaba. Ya era conocedora de mi vuelta al equipo, así que estaba convencido en que no tendría problema en guardarme un secreto más.

- Me alegro muchísimo de que vayas a hacer esto –dijo cuando se lo conté-. Estoy muy orgullosa de ti.

El eco de sus palabras resonando en mi cabeza fue lo único que impidió que no escapase corriendo cuando la amiga de María vino a avisarme de que saldríamos en apenas diez minutos.

Coger aire (uno, dos, tres, cuatro).

Decir que estaba completamente aterrorizado era quedarse muy corto al lado de la tormenta de pánico que me sacudía por dentro.

Aguantar aire (uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete).

No sería capaz. No iba a hacerlo bien.

Soltar aire (uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete...).

- ¿David? –Ámbar seguía en la puerta, mirándome con preocupación-. ¿No crees que deberíamos ir subiendo?

Soltar aire.

Aguantar aire.

Espera, no era así.

- Sí, sí, vamos.

Y fuimos. Ella, yo y un puñado de viejos fantasmas.

El momento perfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora