Hogwarts no se espera lo que está por llegar.

9. Felix Felicis.

Capítulo 9, Felix Felicis.

Anteriormente:

"Dumbledore: Muy astuto, Harry, pero la armónica sólo era una armónica."

En la actualidad:

Pov's Ivy:

A primera hora del día siguiente, tuvimos clase de Herbología. Durante el desayuno Harry no les contó a Ron y Hermione en qué había consistido su clase con Dumbledore, pero lo hizo mientras atravesábamos el huerto, camino de los invernaderos. 

-Ron- ¡Uf, qué miedo debía de dar el joven Quien-tú-sabes! -Murmuró mientras se sentaban alrededor de una de las retorcidas cepas de Snargaluff, el objeto de estudio de ese trimestre, y se enfundaban los guantes protectores.- Pero lo que sigo sin entender es por qué Dumbledore te enseña todo eso. Ya sé que es muy interesante y demás, pero ¿para qué sirve?

-Harry- No lo sé. Pero, según él, es muy importante y me ayudará a sobrevivir. -Se puso un protector de dentadura.-

-Hermione- Yo lo encuentro fascinante. Es fundamental reunir el máximo de información acerca de Voldemort. Si no, ¿de qué otro modo podrías descubrir sus debilidades? Tú opinas igual, ¿no Ivy?

- Humh... -Asentí sin interés.-

-Harry- ¿Qué tal estuvo la última fiesta de Slughorn? 

-Hermione- ¡Ah, pues muy divertida! -Contestó mientras se ponía las gafas protectoras.- Hombre, se pasa un poco hablándonos de ex alumnos famosos y le hace un montón la pelota a McLaggen porque conoce a mucha gente influyente, pero nos ofreció una comida deliciosa y nos presentó a Gwenog Jones.

-Ron- ¿Gwenog Jones? -Preguntó abriendo mucho los ojos.- ¿La famosa Gwenog Jones? ¿La capitana del Holyhead Harpies?

-Hermione- Exacto. Personalmente, la encontré un poco creída, pero...

-Prof. Sprout- ¡Basta de cháchara! Os estáis retrasando. Vuestros compañeros ya han empezado y Neville ha conseguido extraer la primera vaina.

Negué levemente, últimamente no se estaban centrando en las clases, pero seamos sinceros. ¿Cuándo lo han hecho? Neville, con un labio ensangrentado y varios arañazos en la mejilla, aferraba un objeto verde del tamaño de un pomelo que latía de forma repugnante.

-Ron- ¡Sí, profesora, ahora mismo comenzamos! -Pero luego añadió en voz baja.- Tendrías que haber utilizado el muffliato, Harry.

-Hermione- ¡De eso nada! -Saltó y puso cara de enfado, como hacía siempre que el Príncipe Mestizo y sus hechizos salían en la conversación.- ¡Vamos, vamos! Pongámonos a trabajar...  

Todos respiramos hondo y nos abalanzamos sobre la retorcida cepa. La cepa cobró vida al instante y de su parte superior brotaron unos tallos largos y espinosos como de zarza. Uno de ellos se enredó en el cabello de Hermione, pero Ron lo rechazó con unas tijeras de podar. Harry consiguió atrapar un par y les hizo un nudo. Entonces se abrió un agujero en medio de las ramas con aspecto de tentáculos. Hermione metió un brazo en el agujero, que se cerró como una trampa y se lo aprisionó hasta el codo. Harry y Ron tiraron de los tallos y los retorcieron, obligando al agujero a abrirse otra vez, de modo que Hermione logró sacar una vaina igual que la de Neville. De inmediato los espinosos tallos volvieron a replegarse y la nudosa cepa se quedó quieta como si fuera un inocente trozo de madera muerta.

-Ron- ¿Sabéis qué os digo? Que cuando tenga mi propia casa no creo que plante ningún bicho de éstos en el jardín...

-Hermione- Pásame un cuenco.