16. Aragog.

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Capítulo 16, Aragog.

Anteriormente:

"Ron: En menudo embrollo estamos metidos. Sin Dumbledore. Podrían cerrar el colegio esta misma noche. Sin él, habrá un ataque cada día."

En la actualidad:

Pov's Ivy:

El verano estaba a punto de llegar. El cielo y el lago se volvieron del mismo azul claro y en los invernaderos brotaron flores como repollos. Pero sin poder ver a Hagrid desde las ventanas del castillo, cruzando el campo a grandes zancadas con Fang detrás, no nos gustaba nada, y lo mismo podía decirse del interior del castillo, donde las cosas iban de mal en peor.

Habíamos intentado visitar a Hermione, pero incluso las visitas a la enfermería estaban prohibidas.

-Sra. Pomefrey- No podemos correr más riesgos. No, lo siento, hay demasiado peligro de que pueda volver el agresor para acabar con esta gente.

Ahora que Dumbledore no estaba, el miedo se había extendido más aún, y el sol que calentaba los muros del castillo parecía detenerse en las ventanas con parteluz. Apenas se veía en el colegio un rostro que no expresara tensión y preocupación, y si sonaba alguna risa en los corredores, parecía estridente y antinatural, y enseguida era reprimida.

Harry consultó con nosotros las últimas palabras de Dumbledore, "Sólo abandonaré de verdad el colegio cuando no me quede nadie fiel. Y Hogwarts siempre ayudará al que lo pida." Pero ¿con qué finalidad había dicho aquellas palabras? ¿A quién íbamos a pedir ayuda, cuando todo el mundo estaba tan confundido y asustado?

La indicación de Hagrid sobre las arañas era bastante más fácil de comprender. El problema era que no había quedado ni una sola araña a la que seguir. Las buscábamos adondequiera que íbamos, y Ron ayudaba a regañadientes.

Además se añadía la dificultad de que no nos dejaban ir solos a ningún lado, sino que teníamos que desplazarnos siempre en grupo con los alumnos de Gryffindor. La mayoría de los estudiantes parecían agradecer que los profesores los acompañaran siempre de clase en clase, pero para nosotros era un impedimento.

Había una persona, sin embargo, que parecía disfrutar plenamente de aquella atmósfera de terror y recelo. Malfoy se pavoneaba por el colegio, no comprendíamos por qué Malfoy se sentía tan a gusto hasta que, unos quince días después de que se hubieran ido Dumbledore y Hagrid, estando sentada en clase de Pociones, empezó a regodearse de la situación ante Crabbe y Goyle.

-Draco- Siempre pensé que mi padre sería el que echara a Dumbledore. Ya os dije que él opina que Dumbledore ha sido el peor director que ha tenido nunca el colegio. Quizá ahora tengamos un director decente, alguien que no quiera que se cierre la Cámara de los Secretos. McGonagall no durará mucho, sólo está de forma provisional...

Molestar con Dumbledore no era una novedad en él, por lo que lo ignoré, pero cuando mencionó a McGonagall me giré a mirarlo enfadad, apretando el puño para no golpear, tanto tiempo duré así que Blaise tuvo que darme un codazo para que volviera en mi. 

-Draco- Señor, señor, ¿por qué no solicita usted el puesto de director?

-Prof. Snape- Venga, venga, Malfoy. -No pudo evitar sonreír por un segundo.- El profesor Dumbledore sólo ha sido suspendido de sus funciones por el consejo escolar. Me atrevería a decir que volverá a estar con nosotros muy pronto.

-Draco- Ya. Espero que mi padre le vote a usted, señor, si solicita el puesto. Le diré que usted es el mejor profesor del colegio, señor.

Snape paseaba sonriente por la mazmorra, afortunadamente sin ver a Seamus, que hacía como que vomitaba sobre el caldero.

Hogwarts no se espera lo que está por llegar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora