Capítulo 1, La Carta.
Pov's Narrador:
Albus Dumbledore estaba de camino al Santuario de Criaturas Mágicas de los Hunter donde Ivy Hunter, la última con vida estaba cuidando de las criaturas.
*Toc Toc Toc*
-Ivy- ¿S-si? -Dijo mientras abría la puerta.- Oh, señor Dumbledore, ¿qué hace aquí?
-Dumbledore- Vengo a entregarle esto señorita Hunter, aunque con un poco de retraso
Una carta es puesta en las manos de la chica.
-Ivy- ¿¡Qué?! Pero, ¿quién cuidará del refugio? ¿Y por qué no ha enviado una lechuza?
-Dumbledore- Por eso no se preocupe señorita Hunter, le asignaremos un elfo doméstico, y además prefería entregársela yo mismo.
-Ivy- No, no puedo aceptar, no es justo para los elfos domésticos.
-Dumbledore- Sabía que diría eso señorita Hunter, por eso la animo a que intente hacerse amiga del elfo doméstico seguro que después aceptará cuidar del Santuario de su familia.
-Ivy- Buena idea señor Dumbledore, recibirá mi respuesta en un par de días, cuando haya conseguido ser amiga del elfo doméstico.
-Dumbledore- Me parece bien señorita Hunter, el elfo doméstico estará aquí mañana. Esperamos con ansias su respuesta.
-Ivy- Por supuesto señor Dumbledore. Tenga cuidado.
El director de Hogwarts se marchó con una sonrisa en su rostro.
Pov's Dumbledore:
-Minerva- ¿Será seguro para el resto de estudiantes tener a una Hunter y a un Potter entre los muros de Hogwarts?
- Esta chica es especial. La fama destructiva de sus antecesores no tiene nada que ver con ella, cada uno es diferente. Minerva, lo que sí debo pedirte es que evites que se cruce demasiado con Harry, eso sí sería peligroso.
-Minerva- Lo intentaré Albus, pero si el destino lo ha decidido es por algo.
- Tiene razón pero cuánto menos interactúen más a salvo estarán ambos.
Pov's Ivy:
No me esperaba la visita del señor Dumbledore, normalmente nadie viene a verme, a excepción de los Weasley, ellos vienen cada fin de semana para comprobar que estoy bien, al no tener a mis padres ni a ningún familiar ellos se encargan de cuidarme, aunque me negué a dejar el Santuario Hunter.
Me cambié de ropa y salí a encargarme de las criaturas. Es muy divertido.
- ¿Dónde se han metido?
Saqué de mi bolsillo unas monedas de oro y las hice sonar entre ellas en mi mano. En menos de un segundo aparecieron dos Escarbatos que intentaban subir por mis pantalones, suerte que los hice especialmente para que no pudieran romperlos con sus garritas.
- Tranquilos chicos. -Me agaché a su altura.- Tomad.
Les di las monedas y salieron corriendo hacia el nido donde sus crías esperaban. Les di de comer e iba a continuar con mis tareas pero escuché el timbre sonar. El señor Dumbledore dijo que el elfo doméstico vendría mañana así que... ¡los Weasley! Salí corriendo hacia la casa y luego hacia la puerta. Me detuve, respiré hondo y me arreglé un poco los pelos rebeldes. Entonces abrí la puerta.
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Hogwarts no se espera lo que está por llegar.
Fiksi PenggemarUn curso académico en el lugar más seguro del mundo, ¿qué podría salir mal?