14. Yule Ball.

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Capítulo 14, Yule Ball.

Anteriormente:

"Blaise: Mírate, ¿quién no querría estar contigo? Eres bonita, valiente y tienes uno de los corazones más amables. Cualquiera se sentiría afortunado de estar contigo. Y créeme, en serio, vales mucho, muchísimo más de lo que piensas. Sé que lo sabes, pero se te olvida. Pero no te preocupes, aquí estaré para recordártelo."

En la actualidad:

Pov's Ivy:

A pesar del sinfín de deberes que nos habían puesto para Navidad, pude terminarlos para tener todas las vacaciones libres. La torre de Gryffindor seguía casi tan llena como durante el trimestre, y parecía más pequeña, porque sus ocupantes armaban mucho más jaleo aquellos días. Fred y George habían cosechado un gran éxito con sus galletas de canarios, y durante los dos primeros días de vacaciones la gente iba dejando plumas por todas partes. 

No pasó mucho tiempo, para que los Gryffindor aprendieran a tratar con muchísima cautela cualquier cosa de comer que les ofrecieran los demás, por si había una galleta de canarios oculta, y George nos confesó que estaban desarrollando un nuevo invento. Su madre los mataría.

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En aquel momento nevaba en el castillo y sus alrededores. El carruaje de Beauxbatons, parecía una calabaza enorme, helada y cubierta de escarcha, junto a la cabaña de Hagrid, que a su lado era como una casita de chocolate con azúcar, el barco de Durmstrang tenía las portillas heladas y los mástiles cubiertos de escarcha. Abajo, en las cocinas, los elfos domésticos se superaban a sí mismos con guisos calientes y sabrosos, y postres muy ricos. La única que encontraba algo de lo cual quejarse era Fleur.

-Fleur- Toda esta comida de "Hogwag" es demasiado pesada. ¡No voy a "podeg lusig" la túnica!

-Hermione- ¡Ah, qué tragedia! Vaya ínfulas, ¿eh?

-Ron- ¿Con quién vas a ir al baile, Hermione?

Ron le hacía aquella pregunta en los momentos más inesperados para ver si, al pillarla por sorpresa, conseguía que le contestara. Sin embargo, Hermione no hacía más que mirarlo con el entrecejo fruncido y responder:

-Hermione- No te lo digo. Te reirías de mí.

-Malfoy- ¿Bromeas, Weasley? ¡No me dirás que ha conseguido pareja para el baile! ¿La sangre sucia de los dientes largos?

Harry y Ron se dieron la vuelta bruscamente, pero Hermione saludó a alguien detrás de Malfoy:

-Hermione- ¡Hola, profesor Moody!

Malfoy palideció y retrocedió de un salto, buscándolo con la mirada, pero Moody estaba todavía sentado a la mesa de los profesores, terminándose el guiso.

-Hermione- Eres un huroncito nervioso, ¿eh, Malfoy? -Dijo mordazmente, y subimos por la escalinata riendo con ganas.-

-Ron- Hermione, tus dientes...

-Hermione- ¿Qué les pasa?

-Ron- Bueno, que son diferentes... Lo acabo de notar.

-Hermione- Claro que lo son. ¿Esperabas que siguiera con los colmillos que me puso Malfoy?

-Ron- No, lo que quiero decir es que son diferentes de como eran antes de la maldición de Malfoy. Están rectos y... de tamaño normal.

Hermione nos dirigió de repente una sonrisa maliciosa.

Hogwarts no se espera lo que está por llegar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora