4. Posos de té.

15 3 2
                                    

Capítulo 4, Posos de té.

Anteriormente:

"Salí del Gran Comedor sintiendo varias miradas, miré de reojo pero ya nadie me observaba. Fui rápidamente a la Sala Común, y subí corriendo las escaleras de caracol, esperando llegar a tiempo a la clase. El aula de Adivinación estaba en el último piso en la torre norte. Tardaría un buen rato en llegar, pero me sobraba tiempo. O eso creía." 

En la actualidad:

Pov's Ivy:

El trayecto hasta la torre norte era largo. Los dos años que llevaba en Hogwarts no habían bastado para conocer todo el castillo, y ni siquiera había estado nunca en el interior de la torre norte. 

- Tiene que ser por aquí... -Miré mi horario unos segundos y luego por una ventana el reloj en el patio.- Tengo tiempo... tengo tiempo... 

Me dispuse a hablar con los cuadros de las paredes. Luego de unos minutos de explicaciones comprendí el camino, les agradecí y salí corriendo en esa dirección. Llegué a un rellano que veía por primera vez, donde lo único que había era un cuadro grande que representaba únicamente un campo de hierba. No había nadie en el pasillo, lo que me hizo dudar si me había equivocado con las indicaciones. Empecé a enumerarlas en voz alta, cuando una voz habló a mi lado.

-Prof. Trelawney- No te has equivocado Hunter. -Di un pequeño saltó y suspiré al reconocerla.- ¿Puedes esperar unos minutos? Tus compañeros aún no encuentran el camino.

- Vale.

Volvió a esconder la cabeza en la sala cerrando la trampilla del techo detrás de ella. Minutos más tarde empezaron a llegar alumnos rezagados. Me preguntaron por Trelawney y yo les dije que ella me había dicho que esperara un rato.  

Los últimos en aparecer fueron Ron, Hermione, y Harry, venían exhaustos. Llegué donde ellos con esfuerzo, era un sitio muy pequeño para tantos alumnos.

  -Harry- Sybill Trelawney, profesora de Adivinación. ¿Allí arriba?

- Si, allí arriba.

-Ron- ¿Cómo vamos a subir ahí? 

Como en respuesta a su pregunta, la trampilla se abrió de repente y una escalera plateada descendió hasta nuestros pies. Todos se quedaron en silencio. 

-Ron- Tú primero Ivy, has sido la primera en llegar. 

Negué, pero subí tranquila, Harry vino después de mi. Fuimos a dar al aula de aspecto más extraño que había visto en la vida. No se parecía en nada a un aula; era algo a medio camino entre un ático y un viejo salón de té. Al menos veinte mesas circulares, redondas y pequeñas, se apretujaban dentro del aula,todas rodeadas de sillones tapizados con tela de colores y de cojines pequeños y redondos. Todo estaba iluminado con una luz tenue y roja. Había cortinas en todas las ventanas y las numerosas lámparas estaban tapadas con pañoletas rojas. 

Hacía un calor agobiante, y el fuego que ardía en la chimenea, bajo una repisa abarrotada de cosas, calentaba una tetera grande de cobre y emanaba una especie de perfume denso.Las estanterías de las paredes circulares estaban llenas de plumas polvorientas, cabos de vela, muchas barajas viejas, infinitas bolas de cristal y una gran cantidad de tazas de té.Ron fue a nuestro lado mientras la clase se iba congregando alrededor, entre murmullos. 

-Ron- ¿Dónde está la profesora?

De repente salió de las sombras una voz suave.

-Prof. Trelawney- Bienvenidos. Es un placer veros por fin en el mundo físico.

Hogwarts no se espera lo que está por llegar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora