5. La Casa de los Gaunt.

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Capítulo 5, La Casa de los Gaunt.

Anteriormente:

"Este libro es propiedad del Príncipe Mestizo."

En la actualidad:

Pov's Ivy:

En las clases de Pociones del resto de la semana, Harry siguió poniendo en práctica los consejos del Príncipe Mestizo, de modo que en la cuarta clase, Slughorn ya deliraba sobre las habilidades de Harry y aseguraba que pocas veces había tenido un alumno de tanto talento. 

Pese a que Harry nos había ofrecido compartir su libro, a Ron le costaba mucho descifrar la caligrafía y Harry no podía estar leyéndole las anotaciones. Hermione se mantuvo firme y siguió trabajando con las instrucciones del libro, aunque no daban tan buenos resultados como las del príncipe, y a mi, honestamente me parecía mejor seguir manteniendo mis buenas notas en pociones por mérito propio que subir mi promedio de repente por seguir las instrucciones de ese libro. Harry estaba dándole vueltas a quien era el misterioso príncipe todo el tiempo, pero por suerte gracias a la cantidad de deberes no era demasiado insistente en el tema, pero lo poco que había podido ojear era que no todas las anotaciones estaban relacionadas con la elaboración de pociones, sino que algunas parecían hechizos inventados por el propio príncipe.

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Estábamos en la Sala Común el sábado después de la cena, y era obvio que no iban a dejar de hablar del tema del príncipe mestizo.

-Hermione- O por "ella". A lo mejor era una chica. Creo que la letra parece más de chica que de chico.

-Harry- Firma "el Príncipe Mestizo". ¿Cuántas chicas conoces que sean "príncipes"?

- ¿Sabes lo que es un pseudónimo? -Levanté la vista de mi cuaderno, y vi su cara, por lo que suspiré.- Reformulo la pregunta... ¿Sabes que cuando escribes una historia, documento o trabajo, a las mujeres se les da menos crédito por el simple hecho de serlo, y por ello muchas mujeres firmaban con pseudónimos másculinos o incluso acrónimos? -Al ver las expresiones de Harry y Ron supe que no.- Bien, nunca te vas a dormir sin aprender algo nuevo, me voy a la cama. 

-Harry- Pero son las ocho menos cinco... la cita con Dumbledore... 

- ¿Tengo que ir yo?

-Harry- Si, Ivy, si.

- Puñetas... -Refunfuñé mientras seguía a Harry.-

-Hermione- ¡Oh! ¡Buena suerte! Os esperaremos levantados, estamos ansiosos por saber qué quiere enseñarte Harry, y bueno Ivy... asegúrate de que Harry preste atención. 

- Niñera veinticuatro horas a su servicio...

-Ron- Que os vaya bien.

Salimos por el retrato y  caminamos por los pasillos vacíos, pero al doblar una esquina Harry tiró de mi y nos escondimos detrás de una estatua, la profesora Trelawney iba murmurando mientras mezclaba una baraja de viejas cartas y las leía.

-Prof. Trelawney- Dos de picas: conflicto. Siete de picas: mal augurio. Diez de picas: violencia. Jota de picas: un joven moreno, preocupado y... a quien no le cae bien la vidente. -Se detuvo en seco.- No puede ser... -Volvía a barajar las cartas y se ponía de nuevo en marcha.- 

Tras comprobar que la profesora se había marchado, salimos corriendo hacia el pasillo del séptimo piso donde había una única gárgola pegada a la pared.

-Harry- Píldoras ácidas.

La gárgola se apartó y la pared de detrás, al abrirse, reveló una escalera de caracol de piedra que no cesaba de ascender con un movimiento continuo. Subimos a unos escalones y nos llevó hasta la puerta del despacho de Dumbledore.

Hogwarts no se espera lo que está por llegar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora