14. El Rencor de Snape.

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Capítulo 14, El Rencor de Snape.

Anteriormente:

"Hubo un silencio total, roto por un leve grito de terror. Neville, temblando desde los pies calzados con zapatillas de tela hasta la cabeza, levantó la mano muy lentamente."

En la actualidad:

Pov's Ivy:

Nadie pudo dormir aquella noche. El castillo estaba volviendo a ser rastreado y todo el colegio permaneció despierto en la Sala Común, esperando a saber si habían atrapado a Black o no. McGonagall volvió al amanecer para decir que se había vuelto a escapar.

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Por cualquier sitio por el que pasáramos al día siguiente encontrábamos medidas de seguridad más rigurosas. Flitwick instruía a las puertas principales para que reconocieran una foto de Sirius Black. Filch iba por los pasillos, tapándolo todo con tablas, desde las pequeñas grietas de las paredes hasta las ratoneras. Sir Cadogan fue despedido. Lo devolvieron al solitario descansillo del piso séptimo y lo reemplazó la Dama Gorda. Había sido restaurada magistralmente, pero continuaba muy nerviosa, y accedió a regresar a su trabajo sólo si contaba con protección. Contrataron a un grupo de hoscos troles de seguridad para protegerla. Recorrían el pasillo formando un grupo amenazador, hablando entre gruñidos y comparando el tamaño de sus porras.

La estatua del tercer piso seguía sin protección y despejada. Parecía que Fred y George estaban en lo cierto al pensar que ellos, y ahora nosotros, eran los únicos que sabían que allí estaba la entrada de un pasadizo secreto.

-Harry- ¿Crees que deberíamos decírselo a alguien? 

-Ron- Sabemos que no entra por Honeydukes. Si hubieran forzado la entrada de la tienda, lo habríamos oído.

Ron se convirtió de repente en una celebridad. Por primera vez, la gente le prestaba más atención a él que a Harry, y era evidente que a Ron le complacía. Aunque seguía asustado por lo de aquella noche, le encantaba contarle a todo el mundo los pormenores de lo ocurrido.

-Ron- Estaba dormido y oí rasgar las cortinas, pero creí que ocurría en un sueño. Entonces sentí una corriente... Me desperté y vi que una de las cortinas de mi cama estaba caída... Me di la vuelta y lo vi ante mí, como un esqueleto, con toneladas de pelo muy sucio... empuñando un cuchillo largo y tremendo, debía de medir treinta centímetros, me miraba, lo miré, entonces grité y salió huyendo.

-Ron- Pero ¿por qué se fue? -Preguntó en nuestra dirección.-

-Harry- Quizá se diera cuenta de que le iba a costar salir del castillo cuando gritaste y despertaste a los demás. Habría tenido que matar a todos para salir a través del retrato... Y entonces se habría encontrado con los profesores...

Neville había caído en desgracia. McGonagall estaba tan furiosa con él que le había suprimido las futuras visitas a Hogsmeade, le había impuesto un castigo y había prohibido a los demás que le dieran la contraseña para entrar en la torre. El pobre Neville se veía obligado a esperar cada noche la llegada de alguien con quien entrar, mientras los troles de seguridad lo miraban burlona y desagradablemente. Ninguno de aquellos castigos, sin embargo, era ni sombra del que su abuela le reservaba; dos días después de la intrusión de Black, envió a Neville lo peor que un alumno de Hogwarts podía recibir durante el desayuno: un "Howler".

{...}

Hagrid nos invitó a ir a tomar el té con él. Pero en la nota que le envió a Harry especificó que el vendría por nosotros y que esperáramos en el vestíbulo. A las seis de la tarde nos presentamos allí y Hagrid ya nos estaba esperando. 

Hogwarts no se espera lo que está por llegar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora