Capítulo 3, El Andén 9¾.
Pov's Ivy:
Esa sensación de preocupación, y de que algo se me estaba escapando volvió de nuevo...
-Ron- Ivy vamos ya hemos llegado...
- Oh cierto disculpa Ron.
Un muggle encargado de los andenes nos trajo unos carros para nuestras cosas.
- Gracias.
-Sr. Weasley- Oiga un momento disculpe.
-Sra. Weasley- ¡Arthur ahora no! -Empujó a su esposo de nuevo al coche.- Venga chicos rápido. No queremos llegar tarde.
Todos caminamos, (bueno corremos) hacia el andén.
{En esos momentos con un chico de gafas y con una cicatriz}
Pov's Narrador:
-Sr. Dursley- Bueno, aquí estás muchacho. Andén nueve, andén diez... Tu andén debería estar en el medio, pero parece que aún no lo han construido, ¿no?
El adulto tenía razón había un enorme nueve de plástico sobre un andén, y un número diez sobre el otro y, en medio, nada.
-Sr. Dursley- Que tengas un buen curso. -Dijo con una sonrisa.-
Se marchó sin decir una palabra más. Harry se volvió y vio que los Dursley se alejaban. Los tres reían. Harry sintió la boca seca. ¿Qué haría? Estaba llamando la atención a causa de Hedwig.
Tendría que preguntarle a alguien. Detuvo a un guarda que pasaba, pero no se atrevió a mencionar el andén nueve y tres cuartos. El guarda nunca había oído hablar de Hogwarts, y cuando Harry no pudo decir en que parte del país quedaba, comenzó a molestarse, como si pensara que Harry se hacía el tonto a propósito. Sin saber qué hacer, Harry le preguntó por el tren que salía a las once, pero el guarda le dijo que no había ninguno.
Al final, el guarda se alejó, murmurando algo sobre la gente que hacia perder el tiempo.
Según el gran reloj que había sobre sobre la tabla de horarios de llegada, tenía diez minutos para coger el tren a Hogwarts y no tenía idea de qué podía hacer.
Estaba en medio de la estación con un baúl que casi no podía transportar, un bolsillo lleno de monedas de mago y una jaula con una lechuza.
Hagrid debió de olvidar decirle algo que tenía que hacer, como dar un golpe al tercer ladrillo de la izquierda para entrar en el Callejón Diagon. Se preguntó si debería sacar su varita y comenzar a golpear la taquilla, entre los andenes nueve y diez.
En aquel momento, nuestro grupo de pelirrojos y la castaña, pasó por su lado y captó unas pocas palabras.
-Sra. Weasley- ... lleno de muggles, por supuesto...
-Ivy- No es para tanto señ-
Harry se volvió para verlos. La adulta que hablaba era una mujer regordeta (La señora Weasley), la chica que le había respondido era una castaña de su edad (Ivy), se dirigían a otros cuatro muchachos, todos con pelo de llameante color rojo. Cada uno empujaba un baúl, como Harry, y llevaban una lechuza u otros animales.
Con el corazón palpitante, Harry empujó el carrito detrás de ellos. Se detuvieron y los imitó, parándose lo bastante cerca para escuchar lo que decían.
-Sra. Weasley- Muy bien, ¿Cuál es el número del andén?
-Ginny- ¡Nueve y tres cuartos! -Respondió la niña dándole la mano.- Mamá, ¿no puedo ir...?
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Hogwarts no se espera lo que está por llegar.
FanficUn curso académico en el lugar más seguro del mundo, ¿qué podría salir mal?