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Buenas///

No se cuanto desaparecí esta vez, pero les traje un capítulo más.

Espero les guste~

Xxxx

Proteus miraba el exterior de mansión en trance, llevaba rato escuchando una extraña voz que le ordenaba llevarse a alguien, no entendía al completo la orden pero estaba empezando a entrar en pánico, sentía el enorme impulso de obedecer gracias al miedo que esa voz le daba.

No quería lastimar a nadie, pero sentía un absoluto terror ante la persona que le hablaba, sus orejas se aplastaron sobre su cabeza y palidecio terriblemente. Estaba empezando a entrar en alguna clase de crisis existencial.

-Proteus- escuchó la suave voz que lo llamaba de los pasillos.

Empezó a despertar de su trance, sintiéndose seguro ante la calidez que sentía ante el llamado, como su corazón acelerado se tranquilizaba al sentir esos brazos rodearlo, sintiéndose seguro, a salvo de cualquier peligro del exterior.

Harry abrazaba con ternura a su hijo, dándole cariño y protección, lo había visto temblar ante algo y sus ojitos se cristalizaron, no sabía que pasó pero iba a matar al imbécil que se haya atrevido a meterse con uno de sus bebés.

Algo que caracterizaba a Harry Potter, a parte de su carácter pacifista y alegre, era el hecho de que podía destruir el mundo a pedazos si alguien tan siquiera pensara tocar a uno de sus niños. Harry podía ser incluso más peligroso que su mismo esposo si tocaban a su familia.

-No pasa nada, mi niño- habló dulcemente mientras besaba la frente de Proteus, la encantadora sonrisa que vino después le hizo reafirmar sus propósitos.

Proteger a sus hijos de todo y todos, a pesar que ellos fueran unos diablillos.

Xxxx

Draco miraba a la Diosa Raquel, si es que no se confundía de nombre, con los labios apretados, no contento con la nueva persona en el lugar.

-Así que, ¿A que te dedicas?- preguntó Raquel con una tenue sonrisa, un tanto nerviosa por la insistente mirada intensa del rubio.

El Malfoy arrugó la frente, no podía confiar al completo en la Diosa si no sabía sus intenciones, no solo podía estar en peligro él, estaba su familia y la familia de Tom Riddle, principalmente por Potter quien era el ancla de toda esa manada disfuncional que tenía su completa lealtad.

-Escucha, hay reglas que debes seguir y con el tiempo se decidirá si eres de confianza- empezó Draco dejando los puntos claros.

Raquel asintió, entendiendo perfectamente que representaba una amenaza, ya que no la conocía hasta hoy.

-Primer punto, y el más importante, Harry Potter no se toca, a menos que de verdad quieras ser su amiga, no lo molestes. Segundo punto, no provoques a sus hijos, son unos demonios cuando se lo proponen. Tercer punto, Tom Riddle no es alguien de mucha paciencia, no lo enojes. Y último, no te metas en problemas con mi familia- advirtió el rubio muy serio, dándole a entender un poco las consecuencias de meterse en problemas con ellos.

-Ok, pero tengo una pregunta- dijo como niña en escuela frente a su profesor.

-Dila- consintió Draco.

-¿Quién es Harry Potter?- preguntó curiosa, tal vez era un tipo fuerte e imponente y de pocas palabras.

Malfoy se quedó pensativo, tratando de ordenar sus pensamientos y ver que decía primero.

- Bueno- murmuró Draco pensativo pensando que decir.- Potter es el esposo de Tom Riddle, el tipo que los trajo aquí mientras los regañaba- respondió conciso y Raquel entendió la leve advertencia en el tono.

Dimensión Extraña ¡¡¿Y Tú?!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora