《03》

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Los lobos demoníacos miraban con asombro y miedo a la extraña criatura que había aparecido, sintieron terror cuando esta bestia comenzó a hacer destrozos en el lugar y miraron a las tres personas extrañas que habían aparecido culpandolos de haber traído a la bestia.

-¡Es verdad!¡Mire su cuello y lo comprobará!- exclamó Yoru parándose y mirando con convicción al enorme lobo.

El lobo se detuvo, mirando al osado hombre con enojo y con ira acercó su pata a su cuello tocando un extraño frasco. Lo jaló sin pena destapandolo en el acto, un extraño humo emergió mientras comenzaba a hacer una silueta.

Un chico de 17 años de cabello rizado y ojos rojos miraba al lobo, su rostro serio y sus extrañas ropas de colores verde y plata se alzaban a la vista. El lobo lo reconoció a pesar que ese chico era semitransparente, este comenzó a acercarse a la bestia pero esta retrocedió como si fuera una maldición.

-¡Aléjate, no es cierto!- ordeno mientras su voz se cortaba, eso significaba lo que no quería creer.

-Acéptalo- susurró el chico apretando los dientes y bajando la cabeza.- ¡Harry murió, por culpa de esos imbéciles!¡Grabatelo y busca venganza, idiota!- regañó alzando la cabeza con enojo e ira rondando en sus ojos.- ¡No te quedes en la negación, debes destruirlos!¡Mátalos!¡Vengate!¡Y cuida a tus hijos y dales un lugar donde vivir en paz!¡Esas fueron sus últimas palabras antes de desaparecer!¡No hagas que su sacrificio valga nada por tu negación!¡Te permitió hacer lo que quieras si protegias a los chicos!- dijo con crudeza y con la tristeza en sus ojos.

El lobo se quedó quieto, el chico tomó ventaja de eso y desapareció para fusionarse con su alma principal. Los recuerdos llenaron la memoria del lobo, una lágrima corrió por su pelaje cayendo al suelo y otras más le siguieron cuando las memorias de su pareja viajaban por su cabeza. Soltó un rugido lastimero y gimió con dolor al ver como había muerto, la sonrisa que poseía al ver que podía protegerlos y su aceptación.

¡Mataría a los culpables!

¡La Ruina De Los Dioses Y Grindelwald había llegado!

Hakai y Yoru vieron al lobo sentarse admirando el cielo, comenzó a desintegrarse como hojas al viento hasta que un hombre quedó parado en medio del gran desastre. Sus cabellos ondeaban al son del viento y sus ojos rojos soltaban lágrimas que rodaban por sus mejillas, el dolor estaba impregnado en su cara y la furia estaba tomando posesión de sus sentimientos. Su magia se agitó iracunda y la soltó, una oleada de poder mágico se estrelló contra la multitud provocando que cierto números de personas cayeran al suelo.

-¡Madre, Tío!- exclamó Arvel al ver caer a Micaela y a Tom.

Cecil y Frisk también se desmayaron, Darius y Trish junto a Zack y Marshall cayeron al suelo, Samael, Lucifer, Seiya y Kolly fueron a parar al mismo lugar. Incluso el medio hermano de Micaela cayó junto a su familia, nadie entendía que pasaba o hasta que el Guardián Tom fue el primero en levantarse.

-Me duele la cabeza- gimió de dolor agarrándose del cabello.

Los recuerdos se vertieron como un balde de agua fría y la comprensión le llegó tan pronto acomodo los recuerdos.

-¡Ayuda, idiota!- le gruñó Luke al de ojos rojizos dorado, pero se sorprendió cuando este se levantó con lágrimas en los ojos.

-¿Es.....cierto?- cuestionó el Guardián al tipo de ojos rojos.

Este asintió, provocando que las esperanzas del Guardián se fueran al caño.

-Riddle- gruñó con los dientes apretados Luke y tomando del brazo al Guardián.

Dimensión Extraña ¡¡¿Y Tú?!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora