இ o98. Senju Tobirama

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El campo de batalla era un caos controlado

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El campo de batalla era un caos controlado. Mientras los ninjas de la Alianza Shinobi trabajaban juntos para coordinar estrategias contra el ejército de Zetsus blancos, Tobirama Senju no desaprovechaba oportunidad para dejar salir su lengua afilada.

—¿Es esta la gran Alianza Shinobi? —decía con un tono frío y burlón mientras cruzaba los brazos y paseaba la mirada entre los ninjas—. He visto genin recién graduados con mejor coordinación que ustedes. ¿Quién diseñó esta estrategia? ¿Un niño con un set de bloques de madera?

Un murmullo incómodo recorrió a los ninjas presentes. Ino apretó los puños, Kiba frunció el ceño, y hasta Shikamaru dejó escapar un suspiro de cansancio mientras evitaba responder. Nadie se atrevía a replicar al legendario Segundo Hokage, aunque su paciencia ya estaba al límite.

—Tobirama, no seas así... —intervino Hashirama, tratando de calmarlo como de costumbre—. Recuerda, están dando su mejor esfuerzo.

Tobirama lo miró con una mezcla de incredulidad y lástima.

—¿Su "mejor esfuerzo"? Si este es su mejor esfuerzo, entonces no me sorprende que la aldea haya tenido tantos problemas desde que te fuiste. Qué desastre.

Mientras tanto, Hashirama, al ver que una figura conocida se aproximaba por detrás de su hermano, tuvo que contenerse para no reírse. [T/N] Yamanaka caminaba con paso firme y decidido, sus ojos brillando con una mezcla de autoridad y fastidio que incluso hizo que el Primer Hokage comenzara a sudar de nervios. Esto iba a ser bueno.

Tobirama, demasiado absorto en su diatriba, no notó la sombra que se alzaba detrás de él.

—¿Y ustedes? —continuó, señalando a un grupo de ninjas de la Niebla—. ¿Es demasiado pedir que mantengan una formación básica? ¡Parece que nunca han entrenado un día en su vida! Francamente, ¿cómo han sobrevivido tanto tiempo? ¿Pura suerte?

De repente, una voz firme y autoritaria se escuchó desde su espalda.

—¡Tobirama Senju!

El Segundo Hokage se quedó congelado en su lugar. La sangre se le heló al reconocer ese tono, tan familiar y tan intimidante como siempre. Lentamente, giró la cabeza, encontrándose cara a cara con [T/N], quien lo miraba con los brazos cruzados y una ceja levantada.

—[T/N]... yo... —intentó decir, pero fue interrumpido de inmediato.

—¿Yo? —repitió ella, avanzando un paso hacia él mientras los ninjas observaban con asombro—. ¿"Yo" qué, Tobirama? ¿Yo decidí comportarme como un niño malcriado en medio de una guerra? ¿Yo pensé que sería una gran idea insultar a los únicos ninjas que tenemos para salvar al mundo? ¿Eso, yo?

Un coro de ¡Ohhh! recorrió a los ninjas de la Alianza. Incluso Naruto, que estaba absorto contemplando a las aves que danzaban en el cielo, volvió su cabeza hacia los grandes héroes revividos para observar y escuchar mejor.

—Mira, yo solo... —intentó nuevamente Tobirama, dando un paso hacia atrás.

—¡No te atrevas a interrumpirme! —gritó [T/N], señalándolo con un dedo como si estuviera regañando a un niño travieso—. He esperado años para darte este regaño, y no pienso desperdiciar la oportunidad. Así que cierra esa boca antes de que la cierre yo.

Hashirama estaba agachado detrás de un tronco, apretándose la boca con ambas manos para no estallar en carcajadas. Sus hombros temblaban mientras murmuraba para sí mismo:

—Esto es glorioso... absolutamente glorioso.

—Dime algo, Tobirama —continuó [T/N], empezando a caminar en círculos a su alrededor mientras él parecía encogerse de vergüenza—. ¿Qué te hace pensar que tienes derecho a tratar así a estas personas? ¿Qué no has aprendido nada en todos estos años? ¡Están peleando contra un enemigo que ni tú podrías derrotar solo!

Los ninjas intercambiaron miradas de asombro, incapaces de procesar lo que estaban viendo. Kiba incluso se inclinó hacia Hinata para susurrar:

—¿Ella está regañando al Segundo Hokage?

Hinata, con un leve sonrojo, asintió nerviosa.

Mientras tanto, [T/N] seguía.

—Si quieres criticar, Tobirama, primero recuerda que tú no eres perfecto. Sí, claro, eres un genio, pero ¿cuántas veces me tuviste que pedir ayuda para resolver un rompecabezas? ¿Y qué me dices de aquella vez que quemaste el arroz porque olvidaste apagar el fuego?

—¡Eso fue hace décadas! —protestó Tobirama, visiblemente sonrojado.

—¿Y? El punto es que tú también cometes errores. Así que, a partir de ahora, vas a comportarte como un adulto responsable, ¿entendido?

Tobirama, completamente derrotado, asintió con la cabeza.

—Sí, entendido...

—¡Más fuerte! —dijo [T/N], poniendo las manos en las caderas.

—¡Sí, entendido!

Hashirama ya no podía contenerse y soltó una carcajada tan fuerte que incluso los ninjas de la Niebla rieron nerviosos. Naruto se llevó ambas manos a la cabeza.

—¡Esto es increíble! ¡El viejo Tobirama no puede contra ella!

Cuando [T/N] finalmente terminó, Tobirama suspiró profundamente y se giró hacia la Alianza Shinobi. Aunque su expresión seguía siendo rígida, el leve rubor en sus mejillas era inconfundible.

—Mis disculpas a todos —dijo, claramente avergonzado—. No fue correcto de mi parte hacer comentarios tan innecesarios.

El campo quedó en silencio, completamente perplejo. Shikamaru parpadeó un par de veces antes de decir:

—¿Acaba de... disculparse?

—Creo que el mundo realmente está llegando a su fin —agregó Temari, con una expresión incrédula.

Después de las disculpas, Tobirama giró hacia [T/N] y, antes de que ella pudiera decir algo más, la envolvió en un fuerte abrazo.

—Te extrañé —susurró, ignorando las miradas de los demás.

Ella lo miró sorprendida, pero luego le devolvió el abrazo, una sonrisa suave en su rostro.

—Y yo a ti. Pero eso no te salva de más regaños si sigues comportándote así, Tobirama.

—Lo sé —murmuró él, antes de inclinarse y besarla, un gesto tan inesperado que dejó a todos boquiabiertos.

—¡Esto es hermoso! —exclamó Hashirama con lágrimas en los ojos.

Naruto asintió, emocionado.

—¡Hasta los gruñones tienen corazón!

Mientras la pareja permanecía unida, el campo de batalla, al menos por un momento, se llenó de risas y alivio. Tobirama, aunque derrotado en el ámbito del regaño, había recuperado algo que ni siquiera la guerra podría quitarle: el amor que había perdido hace tanto tiempo.

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𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 ; 𝐍𝐀𝐑𝐔𝐓𝐎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora