இ1o3. Uchiha Sasuke.

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—Entonces, ¿debo quedarme en casa mientras tú te vas a una misión de dos meses? —preguntó Sasuke, mirando a [T/N] como si acabara de anunciarle el fin del mundo

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—Entonces, ¿debo quedarme en casa mientras tú te vas a una misión de dos meses? —preguntó Sasuke, mirando a [T/N] como si acabara de anunciarle el fin del mundo. Su tono era seco, pero había un brillo de incomodidad en sus ojos.

—Exacto, querido esposo. —[T/N] sonrió mientras ajustaba los sellos de su mochila—. Vas a encargarte de la casa, de la limpieza, las compras y, claro, de no intimidar a medio Konoha.

—Hmm. —Sasuke giró la cabeza hacia un lado, con los brazos cruzados, como si fuera un niño obligado a hacer algo que no le gustaba—. ¿Qué tan difícil puede ser?

[T/N] se acercó a él y acarició su rostro con una sonrisa burlona.
—No es tan difícil. Solo debes mantener el orden y la calma en nuestro querido hogar. ¿Podrás con ello?

Sasuke levantó una ceja, pero no dijo nada. Su orgullo Uchiha no le permitiría admitirlo, pero en el fondo, sentía que un campo de batalla lleno de shinobis enemigos sería más fácil que esto.

Con [T/N] ya en su misión, Sasuke decidió que lo primero era abastecerse de comida. Al llegar al mercado, su imponente figura y mirada severa de siempre provocaron un silencio generalizado entre los aldeanos. Las pocas veces que alguien lo había visto en la aldea, siempre estaba de paso y con su cara totalmente carente de emoción. Verlo caminar tranquilamente por el mercado era tan raro como ver a Naruto comiendo verduras.

—¡Es Sasuke Uchiha! —susurró una vendedora de manzanas.

—¿Qué hace aquí? ¿No se supone que vive en el bosque o algo así? —preguntó un hombre mayor, apretando su cesta con fuerza.

Sasuke ignoró los murmullos y se dirigió al primer puesto que vio. Señaló con un dedo unas bolsas de harina.

—Quiero esa mercancía.

El vendedor, un joven inexperto que apenas comenzaba su turno, abrió los ojos de par en par.
—¿Me... mercan... qué? —balbuceó, claramente nervioso.

—La mercancía. —Sasuke frunció el ceño, como si estuviera hablando de algo serio y peligroso—. ¿Cuánto cuesta el paquete de polvo blanco?

La mención de polvo blanco hizo que algunos aldeanos dejaran caer sus compras al suelo y retrocedieran varios pasos. Una anciana incluso se desmayó cerca de un puesto de rábanos.

—Eh... Sasuke-san, la harina es gratis. ¡Lléveselo, por favor! —gritó el vendedor, lanzándole la bolsa como si le estuviera entregando un botín para salvar su vida.

Sasuke, aunque confundido por la reacción, decidió no cuestionarlo.
—Hmm. Gracias. —Agarró la bolsa y siguió su camino hacia el siguiente puesto, sin darse cuenta de que los rumores sobre él estaban creciendo exponencialmente.

En el puesto de verduras, señaló unas zanahorias y unos rábanos.
—Necesito esta mercancia para la sopa.

La vendedora, una anciana que parecía temblar con cada palabra, se escondió detrás de un barril.

𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 ; 𝐍𝐀𝐑𝐔𝐓𝐎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora