32: Juegos de amor

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Cuando llegaron a las puertas de la habitación, Hermione se quedo de pie y mirando a Draco con una sonrisita traviesa… el rubio se quedo expectante.

-¿Qué pasa?

-Estoy esperando…

-¿Qué esperas?

-Que me cargues entre tus brazos y entremos a la habitación…

-¿Por qué?

-¡Porque es mi fantasía y si no lo haces me voy y te dejo con las ganas OTRA VEZ!

Draco negó con la cabeza ¡Mujeres! No le quedo de otra, abrió la puerta y fue a buscar a Hermy, la tomo en brazos y la levanto en vilo, entrando a la habitación, mientras la ex – castaña, daba pataditas de felicidad aferrada al cuello del rubio.

La bajo una vez adentro y la castaña brinco de felicidad, pues el día de su boda, estaban tan ebrios, que apenas y entraron a la habitación para hacer sus fechorías.

-¿Y ahora que? – Le dirigió Draco una mirada ¡No fuera que tuviera otra extraña costumbre!

-Hazme un gran, pero gran favor Draquito… quítate la ropa…

-¿Cómo así?

-Pues si… anda… ¿Qué no te estabas muriendo? ¿O que? ¿Te vas a dar a desear?

-Con una condición…

-¿Cuál?

-Tú también tienes que quitarte la ropa

-¡Los dos al mismo tiempo!

-¿Y que me das si me desvisto primero?

-No lo se ¿Qué quieres?

-Tal vez mi oro, querida

-¡Estás como loquito! – Negó ella – en vista de que mi esposo no me mantiene… tengo que estafarlo… necesito algunas cosas.

-Bueno, no importa, tengo más…

-¡Que bien, tengo muchos gastos!

-Ok – sonrió - ¿Comenzamos?

-¿A la cuenta de tres?

-Uno… dos… ¡Tres!

Y de inmediato, Draco se quito la bufanda, la cazadora y comenzó a desabotonarse la camisa… Hermy que no se había puesto la suya solo se paso el suéter ajustado por la cabeza, dejando entrever el sostén y comenzó a desabrocharse los pantalones, mirando de reojo al rubio.

El cual hacia lo suyo, porque la camisa salía volando, dejando al desnudo sus pectorales delgados y marcados, bajo la cremallera del pantalón y se los quitó de un jalón, así como los zapatos quedándose en calcetines…

Las botas de Hermione fueron aventadas al fondo, quedando solo las calcetas, igual que Draco, quien tiró los zapatos y terminaron por quitarse las medias y quedándose en ropa interior…

Draco con sus calzoncillos poco sexy, en cambio, Hermy con sus bragas y sostén a juego en color blanco. La garganta se le secó al rubio ¿Sería acaso que usaría su varita para arrancarle lo que le quedaba de ropa?

-Ea, Draco, te falta una prenda…

-A ti dos – Murmuró

-¡Ah, sabes contar! – Asintió Hermione ladeando su cabeza haciendo que su cascada de ébano, cayera sobre su hombro…

-¡Hazlo!

-¿Qué?

-Quítate el sostén y luego al ultimo… lo demás…

Solo quédate en silencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora