57: El Encuentro...

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Efectivamente...

Dumbledore, Arthur, Ronald, Harry y el propio Paris a petición del director tuvieron que entrar en la antigua morada de Aragog, bajando hasta las cuevas más profundas, donde estaban los nidos de las crías de arañas...

Aquel lugar no podía ser mas horrendo, las paredes de la cueva tenían cadáveres de animales, algunos ya cadáveres, otros se pudrían lentamente y el hedor era insoportable... y muchos, muchos huevos de arañas apostados por el piso, algunos abiertos, otros no...

-Los aurores no bajaron aquí – Dijo Arthur

-Esto es el nido... - chilló Ron cuya aversión por las arañas era evidente

-Tengan mucho cuidado y varitas listas, aparentemente las arañas salieron a cazar, tenemos que dar con Ginny y salir de inmediato de este sitio...

-¿Cómo supiste como dar con Ginny? – Se adelanto Harry a preguntarle a Paris – Es obvio que tu supiste...

-No tengo porque responderte...

-¡Pero como es que tu sabes!

-¡Harry! – Se volvió Dumbledore – Deja de preguntarle cosas a Paris

-¡Pero es que como sabe!

-Harry, Kavner no te va a decir nada, el y yo sabemos lo que pasa, mejor no te entrometas...

-¡Aquí apesta! – Gruñó Ron

-Si, estamos en su alacena... aquí es donde ponen todos sus alimentos, para las crías...

-¡Ah! – Señaló Harry de repente al techo - ¡Es ella!

Solo el cabello rojo sobresalía de un capullo echo de telaraña, por un momento, los pensamientos volaron mas allá y pensaron en lo peor... quizás Ginny estaba...

-Habrá que bajarla... pero con mucho cuidado, está muy alto...

-¿Profesor Dumbledore?

-Yo la bajaré, los demás vigilen por favor, no se sabe cuando volverían las arañas, sobre todo, cuando vean, que dos de sus hermanas murieron...

Los demás asintieron...

-Um – Murmuró Dumbledore – al levantar su varita y murmurar algunos conjuros

-¿Qué pasa profesor?

-Tiene un hechizo protegiendo el capullo, como si alguien hubiera querido que las arañas tuvieran dificultades para ingerirlo... es por eso que aún sigue viva...

-¿Podrá bajarla?

-Si Harry, no te preocupes, anda, no pierdas de vista a las crías, no vaya a ser que algunas comiencen a nacer.

Relativamente, fue fácil para el director, quitar el hechizo protector, bajando a Ginny con facilidad, primero un hechizo para romper la telaraña que sostenía el capullo con Gin al techo, con otro encanto levitatorio la deposito en el piso pedregoso.

No dejo que se acercaran por el momento... porque si Ginny ya no estaba viva, seria un golpe terrible para los Weasley y Harry... así que él, se encargo de abrir el capullo y vio a Ginny como petrificada, si estaba viva, pero petrificada.

-Esta viva – dijo el director

-¡Oh! – Arthur corrió hacia su hija, pero al vio en ese estado tan lamentable - ¡Ginny!

-Esta bien Arthur, solo tenemos que llevarla a la enfermería para quitarle este hechizo... necesitamos jugo de mandrágora quizás, no lo puedo saber en este momento, hay que sacarla de aquí...

Solo quédate en silencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora