Solo quédate en silencio

76: Solo fueron 14

Y el dolor nunca pasó…

Afortunadamente el amor prevaleció… y dio sus frutos… (Y no pasaron 20 años como en la Madrastra) aquí solo pasaron 14 largos y pesados años…

¿Qué había pasado con ellos?

Hermione y Draco, seguían juntos, después de tantos años buscando a Hope y pese a que no se perdían sus esperanzas porque no había un cuerpo al que llorar… Los dos habían procreado dos hijos más, otra niña… que ahora tenía 12 años e iba en segundo año de Hogwarts, se llamaba Destiny Jane… que se parecía mucho a Hope, pero con cabello castaño.

Y otro niño más, que ahora tenia 9 años, Drake y que era todo el retrato de su padre… claro, la nostalgia siempre se apoderaba de ellos y las lágrimas resbalaban en silencio… los niños sabían lo que pasaba, su hermanita perdida…

Por eso, pese a que todo estaba tranquilo por el momento, Destiny y Drake no salían sin un auror vigilando, aún después de tantos años, solo en Hogwarts parecía estar a salvo.

Harry y Ginny habían tenido gemelos, contaban con 13 años, James y Sirius, solo uno de ellos con ojos verdes y el otro con ojos castaños, eso los diferenciaba y se parecían mucho a Harry. 

Luna, tenía dos terribles criaturas, Dominic que era extremadamente guapo y ya tenia 14 años e iba a Hogwarts, como un estudiante cualquiera y Paris Jr, de once años que apenas iniciaba y era menos terrible que Dominic, éste era rubio de ojos grises claros, con una tez parecida a la del Paris cuando era rubio.

Ron se había casado con Ángela, y tenía una hija, Sabele de once años… vivían en los suburbios pero tampoco bajaban la guardia, Ron creía que en cualquier momento se rompería la aparente paz.

Y creía bien…

Porque en una región alejada en Alemania, se confabulaba el golpe que se daría… al frente, Teodore Nott… a su lado, Pansy Parkinson y un grupo de unos treinta magos oscuros, todos encuartelados en una vieja casona, aprendiendo magia oscura avanzada… a un costado, sobre una ventana, se hallaba Andrew Donovan… la joya de los magos oscuros…

El orgullo de Pansy Parkinson al descubrir sus habilidades, decidiendo no matarlo cuando podía, ahora, era el que los protegía a todos, pero a el, nada le importaba…

Andrew era hermoso, tenía 16 años, era bastante alto y delgado… poseía un rostro divino, sus ojos castaños eran impresionantes, y es que Líam había sido un hombre guapo, pero su hijo lo superaba por mucho, el pelo castaño lo tenía largo, medio ondulado que le caía sobre su rostro… Pero pese a todo, había melancolía en sus ojos… él no olvidaba, no olvidaba que su madre mato a su padre y que también a él lo había amenazado con tal cosa.

-¿Tienes hambre? – le pregunto Goyle

-No – respondió sin dejar de mirar la ventana…

-¿Qué tanto haces? – Espetó Pansy

-Vigilar y proteger… es lo que siempre hago madre…

-Regresaremos a Londres… atacaremos cuando estemos listos… haremos de nuevo lo que Lord Voldemort no pudo… y acabaré con el poquito de felicidad que le queda a los señores Malfoy.

-¿Sigues con eso? – Murmuró sin desgano

-¡Eso es mi problema!

-Ojala y te maten – dijo alto, contemplando el paisaje helado y sombrío

-JAJAJA – soltó una risotada pretenciosa y cruenta - ¡Ese es mi hijo! Le desea la muerte a su propia madre… me encanta que seas cruel y despiadado… cuando regresemos a Londres… podrás destruir lo que quieras…