69: Devuélveme mi corazón

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Luna estaba acostada en el césped pedregoso, con los ojos cerrados, y con el alma torturada, escuchando el suave siseo del riachuelo a un costado... parecía una muñeca, se notaba pálida, sin vida y aparte tenia un gorro y un chal tejido de varios colores chillantes, un vestido rojo a cuadros escoceses y botas cerradas con calcetas de dos colores...

El pelo rubio estaba todo desparramado... apenas y se escuchaba respirar... sus ojos estaban muy cansados de llorar y el dibujo que había echo de Paris, estaba roto y desparramado a su alrededor.

De repente, una sombra se acercó a ella y por un momento detuvo su silencioso andar, hubo un golpeteo en su pecho ¿Estaría muerta? ¿Acaso finalmente los humanos completos podían morir de amor? Temió acercarse... No... imposible... él lo hubiese sabido... si ella estuviera muerta...

Un gemido débil se escuchó de los labios secos de Luna... y entonces el se acercó a su lado, inclinándose con lentitud, de repente, Luna abrió los ojos hinchados por el llanto, sus largas y espesas pestañas se fijaron en esos ojos oscuros que le miraban atónitamente...

No lo esperaba...

Realmente aquello fue...

Sorprendente...

Porque Luna de repente se asió a las piernas de Paris apretándose a ella como si éste fuese a desaparecer de un momento a otro... emitió un sollozo escandaloso y lo mantuvo así por largo rato, ella abrazándose a sus piernas... Paris se sintió muy avergonzado.

-Luna – Murmuró el mientras alargaba el brazo para que se quitara de ahí... era como si ella le estuviese pidiendo perdón por algo... y claro que era demasiado.

Pero ella se aferraba, se negaba a soltarlo y el chico casi le arranca las manos... pero vio el rostro compungido y descompuesto de la rubia... eso lo lleno de dolor.

-Por favor Luna...

Luna se abrazó a su talle mientras se incorporaba y sintió un fuerte mareo, pegada a su pecho, jadeó al sentir el corazón semihumano de Paris, latir con avidez, ella pequeña y frágil, apenas y le llegaba al hombro...

Aspiró ese olor... canela y chocolate, dulce y picante... no quería, no debía, pero estaba demasiado débil y sucumbió, se desvaneció entre los brazos de Paris sintiendo rabia porque no deseaba desmayarse ahora que estaban ahí...

O quizás...

Quizás estaba soñando...

Si... eso era... ¡Que estúpida! Soñaba con que Paris aparecía y la abrazaba ¿Por qué pensaba que soñaba? Porque sentía que volaba en ese momento... estaba volando...

Unas manos...

Unas cálidas manos... rozaban su rostro... ella lanzo un quejido y entreabrió los ojos... ¡Oh! Maravilloso... perfecto... ¡Estaba muerta! Porque la hermosura de Paris estaba a unos centímetros de su maltrecha cara.

Ella sonrió tontamente y alargo la mano para acariciarlo...

-Paris...

-Luna... estoy aquí – Susurró el chico

-¡Oh!

-¿Estás bien? ¿Quieres que llame a tu padre? No lo vi cuando llegué ¿Por qué te quedas sola?

Luna reaccionó, estaba en su habitación... recostada en su cama y con Paris a un costado mirándolo interrogante... ¡Pero estaba tremendamente guapo! Aun con esos ojos chispeantes y ese semblante adusto...

-¿Qué... que?

-¡Te desmayaste!

-Si... yo... pensé que había muerto...

Solo quédate en silencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora