103: La huída

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-¡No tengo porque contestarte vieja bruja! – Y sonrió ante el insulto un tanto bobo, ella también era bruja – deja en paz a estos chicos y vete de aquí.

-Drake Malfoy es mío y tú sobras – chilló aquella mujer  y le dio un bebedizo a Sandrus quien en menos de un minuto y ante los atónitos ojos de Drake y Paris se convirtió en un feroz lobo dispuesto a atacarlos, pero Jenne no se inmutaba.

-¡Ese perro es un inútil! – Gruñó Jenne - ¡avada kedavra! – dijo y el chorro de luz verde salió disparado de la punta de su varita directamente hacia el lobo, el cual con solo unas zancadas cayo inerte en el hielo...muerto...a Drake sobre todo se le helo todo el cuerpo y a Pansy le dio tal disgusto.

-¡LOS VOY A MATAR ESTUPIDA MOCOSA, TU PODER NO PUEDE SER MAS GRANDE QUE EL MIO, Y SUS CADÁVERES SE LOS MOSTRARE A SU INFAME PARENTELA!

-Tenemos que irnos de aquí – susurró Jenne – Presiento que están por llegar mas súbditos de esta vieja…

-Yo no... – Paris se sintió muy culpable – no me siento bien – Murmuró – No he podido quitar mi protección y mi abuela no sabe… ella no sabe… luego Drake…

-Lo se, estan sangrando...

Avada Kedavra! – y Pansy echo la maldición a los tres y al que le diera sería bueno

Riktusempra! – Jenne contraatacó y los rayos luminosos se encontraron chocando y disparándose por distintos lugares.

Los corazones infantiles comenzaron a alborotarse… Pansy ahora tiraba a matar y ellos que no podían hacer nada… Paris no lo pudo evitar… una lágrima atravesó su sucia mejilla… Si Drake moría, sería por su culpa…

Remolinus adversus! – volvió a atacar Jenne y una chispa tronó en la punta dejando escapar un rayo dorado que se convirtió en un remolino y que tomó por sorpresa a Parkinson, el cual la arrojó violentamente hacia el interior del bosque, calculándole como quince metros.

El otros sujeto que la acompañaba, no hizo nada por atacarlos, solo corrió hacia donde Pansy había caído… suponía que el no estaba al nivel de ella…

-No podré concentrarme para transportarnos, estoy nerviosa y cansada – gimió Jenne con desesperación – tu estas muy débil para ayudarme – le dijo a Paris y le ayudó a desenredar su varita del bolsillo.

-Lo siento...fue mi culpa – dijo Drake sin fuerzas, seguía perdiendo sangre – No debí pensar en salir solo en busca de Hope… No estoy preparado… Paris, no llores… tu no tienes la culpa…

¡Pero ya los dos niños lloriqueaban!

-Esa mujer esta muy molesta y en pocos minutos vendrán sus compañeros para atacar...tengo que llevarlos... suerte que el otro que la acompañaba tuvo miedo…

-No puedo correr...pero lo intentaré – Murmuró Drake, pero el dolor en el hombro y en la pierna era insoportable

-Yo… yo también – Susurró Paris

-Eso no sirve... escucha, haré algo, no te asustes Drake, Paris, tu ya habrás visto esto y confíen en mi ¿vale?

-Si...

Entonces Jenne se fue un poco mas adelante, guardo su varita y alzo los brazos y comenzó a hablar en un idioma que él no conocía, de pronto, todo el lugar se puso muy oscuro y Drake sintió que se mareaba, luces de colores se convirtieron en horribles caras bestiales y gritos de terror se dejaron escuchar…

-¡Ah, si, se que es! – Dijo Paris

Pero Drake estaba un poco aterrado…

Y con asombro vio como del cielo bajaba un humo púrpura y un viento gélido que comenzaba a envolver el cuerpo de la chica y se comenzaba a transformar en un enorme pájaro negro que desplegaba sus alas y sus ojos amarillentos parecían echar fuego, lanzó un alarido y de pronto todo se desvaneció.

-¡Ah! – Gimió Drake

-Maravilloso – Murmuró Paris

El ave era casi del tamaño de un dragón, por una cabeza…

A lo lejos, a algunos kilómetros, Hope se detuvo al sentir la magia de Jenne y se extrañó, como estaba en una colina alta, miró el bosque oscuro y observó una luz extraña…

-¿Jenne? - Pensó

Jenne ahora transformado en un ave de rapiña gigante, se volvió hacia los niños e inclinó su cabeza, el chico entendió, pero dudo por un momento, estaban débiles y cansados, pero no había tiempo, se montaron en su lomo, el ave lanzó nuevamente el alarido y remontó el vuelo, pero no era muy agradable, el viento era frío y helaba.

Y luego la sangre que aun escurría…

El dolor que los dos sentían…

El paisaje era extraño y había muchos árboles con nieve abajo, no se veía nada conocido, ni el colegio ni el pueblo ¿dónde estaban? Pero reaccionaron al darse cuenta que ella tenía razón, comenzó a escuchar gritos y maldiciones lejanas, al voltear vio a tres personas sobre sus escobas y venían a toda velocidad.

-¡Nos siguen!

-“Maldición” – pensó Jenne – “Use mucha magia en esta transformación”

Pero Jenne no era tan rápida, tal vez por el peso de los chicos, por eso fue que las maldiciones que les lanzaban los estaban alcanzando, con mucho terror Paris y Drake sentían que los rayos le rozaban y el trataba de enviar algunos hechizos, pero estaba débil y su visión no era tan buena por la sangre y aguanieve.

-“¡Papa, donde estás!” – Pensó Drake aterrado

-¡Tengo que quitar la protección, mi abuela tiene que ayudarnos y prometo portarme bien! – Pensaba también Paris y entrecerraba los ojos buscando la conexión…

Pero estaba rota…

Desafortunadamente algunos hechizos alcanzaron un ala del ave, una pata y parte del lomo, emitiendo un chillido doloroso y la sangre comenzaba a emanar, como la de Drake.

-¡Jenne! – Gimió Paris al ver que perdían altura

-¡La hirieron!

-¡No!

Así continuaron en algunos metros, pero claramente la debilidad les empezó a ganar y poco a poco, Jenne descendía y perdía altura, Paris solo pensó en que caerían y que era preferible morir de la caída que a manos de Parkinson, sobre todo por Drake…

Era el más inmune de todos…

Pudo Paris ver que el ave en que se había convertido Jenne, entrecerraba los ojos, seguramente ya estaba muy débil al punto del desmayo como ellos, quienes ya estaban hasta perdiendo el conocimiento, veía todo nublado y sentía el frío, estaban cayendo en picada, morirían… bueno… Drake…

Porque estaba seguro que su abuela llegaría al momento en que su cabeza estallara en el suelo.

De pronto Jenne realzó el vuelo haciendo un segundo esfuerzo… y luego los chicos comenzaron a ver hechizos… luces de colores… pirotecnia…

-¿Qué sucede? – susurró Drake de repente al sentir una calidez en su interior y en el ambiente, alzó el rostro, el cual estaba hundido entre el espeso plumaje.

A su alrededor se formaba un aura dorada y plateada que parecía haber detenido la caída y los elevaba nuevamente, manteniéndolos a flote, los ojos del ave estaban cerrados, probablemente desmayada, pero el no sabia lo que le pasaba, tal vez ya estaba muerto y estaba entrando en el paraíso.

-Pero ella no viene – pensó Paris sintiendo al calidez

-“¡Perdóname, mami, papi, Tiny…Hope!” – Pensaba Drake

Pero sus dudas se despejaron, cuando a su alrededor estaban cuatro aves igual de grandes, tres negras y una blanca, que protegían a Jenne y como entre sueños, observó como esas aves se transformaban en los hermanos de la muchacha.

¿Acaso estaban flotando, no volaban con escoba y levitaban?

-¿Qué pasa? – Murmuro Drake

-Estamos a salvo – Susurró Paris

También alcanzo a ver como sacaban luces de las palmas de sus manos en torno al enemigo y como los hechizos que iban hacia ellos rebotaban...después ya no supo mas...todo se volvió oscuro, caía en un pozo profundo y...

Solo quédate en silencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora