58: Idiota

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-¡Ginny Weasley fue encontrada!

-¡Estaba en el nido de las arañas, esta petrificada!

-¡Ginny Weasley está viva!

El rumor se esparció por todo el colegio... en menos de lo que canta un gallo...

Pansy Parkinson salió de la sala común de Slytherin y fue al encuentro de Líam Donovan... el chico estaba pálido como la cera, sabía lo que significaba...

-¡Eres un perfecto imbécil! – Dijo entre dientes

-¡No quiero ir a Azkaban! – chilló

-¿Por qué no la mataste?

-¡Me dijiste que la dejara unos días viva para que no encontraran rápido su cadáver!

-¡Si, pero no sabia donde la dejarías! ¡En la cueva de esas bestias no hubieran quedado ni sus huesos!

-¿Y ahora?

-¿Tú que crees?

-Mis padres... van a matarme... si me llevan a prisión yo... yo...

-Toma, lo que mas valores Líam, tienes menos de una hora, porque no se cuanto tiempo le lleve a Madame Pomfrey o a Dumbledore, quitarle ese hechizo a Weasley y ella, sin duda, hablará...

-Pero... ¿A dónde vamos?

-¡Prepara tus cosas! Te espero afuera en menos de una hora, si no llegas, lo siento mucho, me escapo yo sola y tú... tú puedes irte al infierno...

Líam lanzo una maldición y se alejo corriendo a su sala común, aprovechando la conmoción de que la pelirroja había sido encontrada, ellos podían escapar...

Por otro lado, Harry, Ron, el señor Wesley y Paris llegaban al colegio, de inmediato se trasladaron a la enfermería... los tres primeros, fueron directo a donde Ginny yacía inspeccionada por Dumbledore, Snape y Madame Pomfrey, mientras que Paris, miro de reojo la cama en donde yacía Luna.

La rubia estaba muy pálida, pues había perdido sangre, había muchas pócimas sobre su buró y su pierna estaba cubierta con una venda sobre emplastes... Por un momento tuvo la extraña sensación de que no era la primera vez que la veía así...

Era una chica insignificante... de todas, la que menos se le pasaría por la cabeza de mirarla siquiera... su ropa era ridícula, su modo de hablar, tan lento, pausado, como contando las palabras y la sarta de estupideces sobre animales imaginarios... ¿Quién podría fijarse en esa monita tan desparpajada? ¡Ni siquiera era guapa, ni siquiera tenia un buen cuerpo! Era todavía una mocosita, insípida, insignificante... seguro no sabia besar y no se dejaría manosear y... ¿Y que demonios hacía el ahí contemplándola como un completo idiota?

Maldijo y se alejo de la enfermería... directo a su sala común porque las clases estaban suspendidas. Pero a la entrada se encontró a Pansy con su baúl personal.

-¡Ah!

-¿Te vas de viaje?

-¡Que te importa Kavner!

-¿Huyendo Pansy?

-¡Si! ¿Por qué? ¿Acaso me vas a acusar?

-No... los pecados cometidos son solo tuyos... Yo no soy quien para acusarte... claro – sonrió irónicamente – Se que tu me acusarías de inmediato si fuera yo el culpable...

-¡vaya, gracias!

-Tú si eres vil y traicionera... Parkinson...

-Si yo fuera lo que tú eres... Estaría tomando el te con el diablo a estar en este mugrero... pero claro, como te gusta jugar con los humanos, estás aquí, perdiendo el tiempo...

Solo quédate en silencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora