Jana
Mientras salía del hospital, sentía un nudo en el estómago que no se deshacía, como si las palabras de Gala aún resonaran en mi cabeza, frías y distantes. Sabía que no debía tomármelo tan a pecho, que estaba herida y probablemente en shock, pero no podía evitarlo. Me dolía que me apartara de esa manera. Siempre había sido tan cercana, tan dulce... y ahora, justo cuando más me preocupaba por ella, me cerraba las puertas. Me pasé una mano por el pelo, intentando despejarme. Necesitaba respirar.
Las puertas automáticas del hospital se abrieron y el aire fresco de la tarde me golpeó el rostro, pero el alivio que esperaba no llegó. Todo se sentía pesado, confuso. Mientras caminaba hacia el aparcamiento, escuché pasos rápidos detrás de mí, y poco después, la voz de Aitana me alcanzó.
—Jana, espera-Me detuve, sin darme la vuelta de inmediato.
Sabía que probablemente había visto mi cara al salir de la habitación, ese dolor que trataba de disimular, pero que sin duda no había pasado desapercibido. Tomé aire y me giré para enfrentarla, aunque no estaba segura de qué decirle.
Aitana llegó hasta mí, con una mirada mezcla de preocupación y algo de culpa.
—Lo siento mucho —dijo de inmediato, su voz más suave de lo que esperaba—. Lo siento por cómo Gala te ha tratado.
Sus palabras me tomaron un poco por sorpresa. Me quedé mirándola, intentando procesar lo que acababa de decir. Aitana siguió, como si sintiera la necesidad de explicarse.
—No está enfadada contigo, lo sabes, ¿verdad? —dijo, dando un paso más cerca—. No es eso. Es solo... Gala es así. Se cierra en banda cuando las cosas se ponen mal. Siempre lo ha hecho.
Mi corazón latía con fuerza. Quería creerlo, quería pensar que Aitana tenía razón, que no era algo personal. Pero no podía evitar recordar la mirada de Gala, tan fría y distante, cuando yo solo quería estar allí para ella.
—Es difícil, Aitana —dije, sintiendo cómo mi voz se quebraba un poco—. Sé que no está enfadada conmigo, pero... no puedo evitar sentir que me está alejando.
Aitana asintió, comprensiva, como si supiera exactamente a lo que me refería.
—Lo entiendo —contestó—. Créeme, sé lo frustrante que es. Han sido incontables las veces que ha hecho esto, tantas veces que ya he perdido la cuenta. —Hizo una pausa, respirando profundamente, como si recordar todo aquello la cansara—. Nuestros padres... —Aitana soltó una pequeña risa sin humor—. Nuestros padres la han regañado mil veces por ser así en momentos como este, pero nunca cambia.
Sentí una mezcla de alivio y tristeza al escucharla. Alivio, porque significaba que no estaba sola en esto, que Aitana también lo había vivido muchas veces antes. Pero tristeza, porque eso significaba que probablemente Gala no cambiaría tan fácilmente, que esta era una parte de ella que tendría que aprender a aceptar.
—Es solo que... —Aitana continuó, buscando las palabras adecuadas—. Gala siempre ha tenido este miedo a mostrarse débil. Incluso con la gente que quiere. A veces, especialmente con la gente que más le importa.
Me crucé de brazos, tratando de procesar todo lo que me decía. Sabía que Aitana tenía razón, lo había visto antes, en pequeñas cosas. Pero ahora, viéndola lesionada y tan cerrada... dolía más de lo que había anticipado.
—No sé qué hacer —confesé en voz baja, sin poder evitar que mi frustración saliera a la superficie—. Quiero estar para ella, pero si sigue apartándome...no sabré que hacer.
Aitana me miró, con esa misma mirada que Gala a veces tenía, como si supiera exactamente lo que sentía.
—Lo único que puedes hacer es ser paciente —dijo finalmente—. Gala te quiere, lo sé. Pero también sé que esto no va a ser fácil. Tienes que darle tiempo, espacio... pero también hacerle saber que vas a estar allí cuando esté lista. Esa es la parte difícil.
Asentí lentamente. Sabía que tenía razón, pero no lo hacía más fácil de aceptar. Sabía que quería a Gala, y estaba dispuesta a esperar, pero ver cómo me apartaba en un momento así... dolía, y mucho.
—Gracias, Aitana —dije finalmente, agradecida por su honestidad y por estar allí cuando más lo necesitaba—. No sé qué haría sin ti en este momento.
Aitana me dio una leve sonrisa y puso una mano en mi brazo, un gesto de apoyo que agradecí más de lo que podía expresar con palabras.
-Te prometo que, aunque sea difícil, vale la pena estar a su lado. Solo... ten paciencia. Gala no siempre lo demuestra, pero necesita más apoyo del que quiere admitir-Me aseguró con una sonrisa.
Con esas palabras, supe que no estaba sola en esto. Gala era complicada, pero valía la pena. Y aunque el camino no sería fácil, estaba dispuesta a recorrerlo, paso a paso.
Gala
No pude dormir en toda la noche. No solo por el dolor constante que se extendía por mi abdomen cada vez que intentaba moverme, sino porque mi mente no dejaba de dar vueltas, atormentada por lo que había pasado con Jana. El golpe en el partido había sido duro, pero lo que más dolía en ese momento era la culpa que me quemaba por dentro. Había sido injusta con ella. La manera en que la aparté...
Giré con cuidado en la cama, soltando un pequeño gemido de dolor al hacerlo. No había ninguna posición que me resultara cómoda con las costillas rotas. A cada respiración sentía una punzada aguda, recordándome el impacto contra el palo, pero también la expresión en el rostro de Jana cuando le pedí que se fuera. Esa mirada herida y confusa... la tenía grabada en mi mente como una espina que no podía quitarme.
Suspiré, mirando al techo del cuarto del hospital, iluminado solo por una tenue luz que venía del pasillo. El silencio de la noche era interrumpido solo por el zumbido de las máquinas a mi alrededor. Todo estaba en calma, excepto dentro de mí.
Jana había venido a verme, preocupada, dispuesta a estar conmigo después de lo que había pasado. Y yo, en lugar de agradecerle su apoyo, la había alejado, justo como hacía siempre que me sentía vulnerable. ¿Por qué era tan difícil para mí aceptar la ayuda de los demás, incluso de alguien como Jana, que solo quería estar ahí para mí?
Sabía que Aitana estaba decepcionada. Pude verlo en sus ojos antes de que se fuera, aunque no me dijo nada directamente. Pero era Jana la que no podía sacar de mi cabeza. Esa sonrisa tímida que siempre me dedicaba, su paciencia infinita con mi forma de ser, y yo la había tratado como si no me importara.
Pero sí me importaba. Me importaba más de lo que nunca había querido admitir, incluso ante mí misma. Había algo en Jana que me hacía sentir diferente, algo que me hacía bajar la guardia, aunque no quisiera. Y eso me aterraba. No sabía cómo gestionar lo que sentía por ella. Las cosas entre nosotras habían ido creciendo, evolucionando, y aunque lo disfrutaba, también me asustaba el nivel de vulnerabilidad que traía consigo.
Apreté los ojos, intentando calmar mi mente, pero solo conseguí recordar los besos que nos habíamos dado durante las últimas semanas, los abrazos, los momentos juntas, todo de nosotras. Esa sensación suave de sus labios sobre los míos. Lo había pensado tantas veces, reviviendo el momento una y otra vez. Jana me hacía sentir segura, incluso en medio del caos de mis propios pensamientos. Y ahora... la había apartado justo cuando más la necesitaba.
No sé cuánto tiempo me quedé así, en la oscuridad, dándole vueltas a todo. Pero sabía una cosa: había sido injusta con Jana. No podía seguir actuando de esa manera, no con ella. Jana merecía más, mucho más de lo que yo le estaba dando. Necesitaba arreglar esto, pero... ¿cómo?
Con otro suspiro, me giré de nuevo, esta vez más despacio para evitar el dolor, aunque eso parecía imposible. Me quedé mirando la puerta del cuarto, deseando que fuera de día, deseando poder hablar con ella y pedirle perdón. Porque sabía que lo tenía que hacer. Jana no se merecía esa frialdad, esa distancia que le había impuesto sin ninguna razón más que mi propio miedo.
Lo único que esperaba es que no fuera demasiado tarde. Que Jana me diera otra oportunidad, aunque después de cómo la había tratado... no sabía si lo haría.
____No odieis a Gala😔
¿Cuánto durará este drama?😬
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𝐒𝐄𝐂𝐎𝐍𝐃 𝐂𝐇𝐀𝐍𝐂𝐄-𝐉𝐚𝐧𝐚 𝐅𝐞𝐫𝐧á𝐧𝐝𝐞𝐳
RandomGala es una chica que desde pequeña tiene el sueño de convertirse en una gran futbolista, está en el camino de conseguirlo junto a su hermana cuando sufre una grave lesión, esa lesión hace que los caminos de ambas hermanas se separen de una manera c...