𝐒𝐄𝐂𝐎𝐍𝐃 𝐂𝐇𝐀𝐍𝐂𝐄-𝐉𝐚𝐧𝐚 𝐅𝐞𝐫𝐧á𝐧𝐝𝐞𝐳

LXV

Jana

Gala ya mismo volvía a jugar, pero había algo más importante en juego relacionado con ella.

Gala se estaba duchando después de entrenar, a mi lado, Bruna revisaba su móvil, entretenida, cuando decidí contarle lo que llevaba días planeando.

—Estaba pensando en organizar una fiesta sorpresa para el cumpleaños de Gala —le solté de golpe, sin demasiados rodeos.

Bruna levantó la cabeza, sus ojos brillaron con curiosidad, y una sonrisa traviesa apareció en su rostro.

—¿Una fiesta sorpresa? Eso suena... interesante —dijo, guardando su móvil y girándose hacia mí—. ¿Qué tienes en mente?

—Quiero que sea algo grande, con todas las personas importantes para ella —le expliqué, mientras sacaba mi propio móvil para enseñarle la lista de ideas que había estado anotando—. Pensaba invitar a las chicas del equipo, a su familia... y también me gustaría invitar a algunas de sus amigas de Alemania.

Bruna me miró un segundo, sorprendida, como si procesara la última parte.

—¿De Alemania? ¿Te refieres a Ewa y... todas esas jugadoras con las que estuvo en el Wolfsburgo?-Asentí, sintiendo una mezcla de emoción y nerviosismo.

Organizar una fiesta ya era un reto, pero traer a sus amigas del extranjero parecía casi imposible. Aún así, la idea me emocionaba.

—Sí, justo. Sé que significan mucho para ella, y si pudieran estar aquí... sería el mejor regalo —dije, mirando el horizonte mientras imaginaba la reacción de Gala.

Bruna frunció el ceño ligeramente, pensativa, y luego soltó una pequeña risa.

—Eso sería genial, pero... Jana, ¿cómo piensas traerlas? No es como si estuvieran a la vuelta de la esquina —señaló, aunque su tono no era negativo, más bien práctico.

—Lo sé, lo sé... —respondí, mordiéndome el labio—. Pero estaba pensando que quizás podamos hacerlo. Sé que Gala está en contacto con ellas, y no sé... podría hablarles, ver si estarían dispuestas a venir aunque sea un par de días.

Bruna se quedó en silencio un segundo, y luego me dio una suave palmada en la espalda.

—Vale, ya entiendo por qué me estás contando esto a mí. Quieres que te ayude a organizarlo, ¿verdad? —preguntó con una sonrisa cómplice.

Me reí, sabiendo que tenía razón. Bruna era una de las mejores para organizar cosas en el equipo. Siempre sabía cómo manejar las situaciones, y además tenía contactos por todas partes.

—Exactamente —respondí, mirándola con una sonrisa de alivio—. Necesito tu ayuda para que esto funcione. No tengo ni idea de cómo traer a gente de Alemania, pero sé que tú puedes ayudarme a averiguarlo.

Bruna asintió, asumiendo el reto sin dudarlo.

—Está bien-Diji con una pequeña risa.

El solo hecho de pensar en la cara de Gala al ver a Ewa, a Lena y al resto de sus amigas de alemania entrando en la fiesta ya me hacía sonreír. Sabía lo importante que habían sido para ella durante su tiempo en Wolfsburgo.

—¿Crees que lo conseguirás? —le pregunté, con un tono más esperanzado que de duda.

—Confía en mí, Jana —respondió Bruna, guiñándome un ojo—. Haremos que esta fiesta sea inolvidable.

Suspiré, aliviada de tener a alguien como Bruna ayudándome con esto. Había mucho por hacer, pero cada paso que dábamos me hacía sentir más emocionada. Gala se merecía el mejor cumpleaños, y yo estaba dispuesta a hacer lo que fuera necesario para verlo hecho realidad.

—Gracias, Bruna. De verdad, significa mucho para mí —le dije, mientras guardaba el móvil.

—Para eso estamos, Jana. Además, no puedo esperar a ver la cara de Gala cuando se dé cuenta de que has traído a todas sus amigas de Alemania. Va a flipar-Añadió riendo de nuevo.

Bruna y yo estábamos tan metidas en la conversación sobre la fiesta sorpresa que no notamos cuando Aitana se nos acercó. Justo estábamos hablando de la decoración y de cómo podríamos sorprender a Gala con la llegada de sus amigas de Alemania, cuando la voz de Aitana nos interrumpió.

—Oye, chicas… no sé si es buena idea hacer una fiesta sorpresa —dijo, cruzándose de brazos con una expresión de duda en su rostro.

Bruna y yo nos giramos para mirarla. Al principio pensé que estaba bromeando, pero el tono serio de su voz me hizo fruncir el ceño. Aitana, que siempre había sido directa, parecía incómoda al hablar de esto.

—¿Por qué no sería buena idea? —le pregunté, genuinamente sorprendida. Después de todo, Aitana conocía a Gala mejor que nadie. Si alguien debía saber lo que le gustaría, era ella.

Aitana bajó la mirada y respiró hondo, como si estuviera debatiéndose si decir algo o no.

—Es que... —comenzó a decir, pero se interrumpió un segundo, como si hubiera algo que no quería compartir—. Gala nunca ha sido fan de las fiestas sorpresa. No desde...

Se quedó callada de repente, y mi estómago se hundió un poco al notar que algo raro pasaba. Aitana, que siempre había sido clara y confiada, ahora evitaba mi mirada.

—¿No desde qué? —le pregunté, mi voz un poco más suave, tratando de no presionarla pero al mismo tiempo sintiendo la necesidad de entender.

Aitana se removió, claramente incómoda. Bruna también la miraba, esperando una respuesta, pero Aitana no parecía dispuesta a continuar.

—No es nada —dijo rápidamente, intentando cortar el tema con una sonrisa forzada—. Solo... tal vez podéis pensar en algo más pequeño. Algo que no la pille tan desprevenida.

—Aitana... —insistí, un poco desconcertada—. Si hay algo que deba saber, dímelo. ¿Qué pasa?

Aitana desvió la mirada y se frotó la nuca, claramente arrepentida de haber dejado escapar esa frase. Sabía que le estaba poniendo en una situación incómoda, pero mi mente ya no podía dejar de girar en torno a lo que no me estaba diciendo.

¿Qué había pasado relacionado con una fiesta sorpresa ? Nunca me había mencionado nada, y eso me hacía sentir que había algo importante que no sabía de ella. ¿Era una razón para evitar la sorpresa? No quería hacerle daño ni ponerla en una situación incómoda, pero tampoco quería dejar de darle un cumpleaños especial.
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¿Opa?😝