LXXXIII

495 67 11
                                    

El silencio entre nosotras era tan denso que podía sentirlo apretándome el pecho. Me esforcé por reunir valor para hablar, sabiendo que lo que estaba a punto de decir podía cambiarlo todo. No quería ser honesta con ella, porque sabía que lo que sentía no tenía sentido, pero también sabía que si no lo decía, la distancia que había crecido entre nosotras solo empeoraría.

—Gala… —empecé, sin saber bien cómo continuar—. Es solo que… desde que te fuiste de vacaciones con Ewa, me he estado sintiendo muy insegura. No dejo de pensar en vosotras dos, tan cercanas… No puedo evitarlo. Me pone mal.

Gala se quedó helada por un segundo, como si no pudiera procesar lo que acababa de decir. Y luego, antes de que pudiera detenerse, soltó una risa. Era una mezcla de sarcasmo y confusión, una risa que no tenía nada de alivio ni comprensión. Me dolió escucharla reír así, como si lo que estaba sintiendo no tuviera importancia.

—¿Estás... celosa de Ewa? —dijo, casi incrédula, sacudiendo la cabeza—. ¿De verdad? Jana, eso es una tontería. Es mi mejor amiga. Es como si yo me pusiera celosa de Bruna.

Su tono estaba lleno de incredulidad, como si no pudiera creer lo que estaba escuchando. Cada palabra suya me dolía más, como si me estuviera minimizando, como si lo que yo sentía no fuera válido.

—Pero no es lo mismo —le respondí, sintiendo cómo el calor del enfado empezaba a subir por mi cuerpo—. Ewa y tú sois... diferentes. No sé, siempre estáis tan cerca. Las fotos, los mensajes… No sé qué pensar.

Gala frunció el ceño, su confusión se convirtió en algo más.

—¿Diferentes? ¿Cómo que diferentes? Jana, ,es una tontería, Ewa es mi amiga desde hace años. Y tú lo sabes. Nunca ha sido nada más que eso. ¿No confías en mí?-Dijo con su voz rompiéndose en la última pregunta.

—¡Claro que confío en ti! —respondí, mi voz subiendo un poco más de lo que me gustaría—. Pero no puedo evitar sentirme así cuando veo cómo te comportas con ella. Y, para colmo, ni siquiera me dijiste que ibas a Barcelona, me entero por un vídeo del Barça. Parecía que me estabas ocultando algo.

Gala abrió los ojos, claramente molesta.

—No te lo dije porque no es algo que pudiese contar—exclamó, levantándose del sofá—. ¿En serio crees que te estaba ocultando algo? Jana, si te dijera todo lo que pasa por mi cabeza, te darías cuenta de que lo último que me interesa es ocultarte algo. Y además, yo nunca he dicho nada sobre tus amigas.

Me quedé en silencio, sin saber cómo responder. Sabía por dónde iba.

—Siempre acepto que en los viajes del equipo te vayas con Bruna en vez de conmigo. Nunca te he dicho nada, ni te he reprochado que prefieras estar con tu mejor amiga antes que conmigo. Pero ahora, ¿tú te pones así por Ewa? Es ridículo-Dijo riendo sarcásticamente.

—¡No es lo mismo, Gala! —grité, sintiendo cómo la rabia y el dolor se mezclaban—. Bruna no es como Ewa. Con Bruna nunca he sentido esa conexión que tienes tú con ella. Tú y Ewa parecéis tan cercanas, tan… cómplices.

—¿Cómplices? —repitió Gala, cruzando los brazos—. Jana, estás viendo cosas que no existen. Es tu inseguridad, no es lo que está pasando de verdad, y me estás haciendo sentir mal por algo que no tiene sentido.

El enfado en su voz me golpeó de lleno. Sabía que ella no entendía lo que yo estaba sintiendo, pero no podía evitarlo. No podía dejar de imaginarla con Ewa, tan cercana, mientras yo estaba aquí, lejos y sin poder hacer nada.

—¿Y qué quieres que haga? —dije, mi voz rompiéndose—. ¿Que me quede callada y siga tragándome todo esto? ¿Qué siga fingiendo que no me importa? Gala, no puedo más. Me siento tan insegura, y no sé cómo sacarlo de mi cabeza.

𝐒𝐄𝐂𝐎𝐍𝐃 𝐂𝐇𝐀𝐍𝐂𝐄-𝐉𝐚𝐧𝐚 𝐅𝐞𝐫𝐧á𝐧𝐝𝐞𝐳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora