LXXXI

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La semana en Ibiza había llegado a su fin, pero en vez de estar preparando mi maleta para ir a Alemania, como le había dicho a Jana, estaba rumbo a Barcelona. Ewa estaba a punto de firmar su contrato con el Barça, un movimiento que había sido planeado con total discreción. Nadie podía saber nada hasta que todo estuviera cerrado, y aunque me costaba mentirle a Jana, era necesario. El mundo del fútbol a veces pedía secretismo absoluto, y este era uno de esos momentos.

—No te preocupes, Gala. Todo esto va a pasar pronto y podrás explicárselo —me dijo Ewa mientras estábamos de camino al aeropuerto. Sabía que se refería a mi relación con Jana, a lo que le había dicho sobre ir a Alemania en vez de Barcelona. Pero el peso de la mentira seguía ahí, apretando mi pecho.

—Lo sé, pero… no me gusta tener que ocultarle esto —respondí, mirando por la ventana, viendo cómo el paisaje cambiaba mientras avanzábamos. No me sentía cómoda con la situación, pero entendía la importancia de mantener el fichaje en secreto. Lo que me preocupaba más era cómo lo recibiría Jana cuando lo supiera. Las cosas ya estaban tensas entre nosotras, y lo último que quería era echar más leña al fuego.

Ewa me miró de reojo, intentando calmarme.

—Sabes que lo va a entender cuando se lo cuentes, Gala. Es algo grande para mí, y te agradezco que estés aquí conmigo. Jana lo va a entender, de verdad.Asentí, aunque no estaba del todo convencida.

Los últimos días con Jana habían sido complicados. Nuestras llamadas se volvían más tensas, y aunque intentaba ser yo misma, sentía que cada conversación nos alejaba más. Había momentos en los que ella parecía desconectada, y otros en los que yo misma no sabía qué decir. El silencio entre nosotras estaba cargado de inseguridad y dudas, y ahora esto solo aumentaba mi ansiedad.

No quería que esto empeorara las cosas. Pero, al mismo tiempo, estar ahí para Ewa en un momento tan importante era algo que también me importaba. Era mi mejor amiga, y siempre habíamos estado la una para la otra. Sin embargo, no podía evitar sentir que, de alguna manera, estaba traicionando a Jana, aunque no tuviera nada que ver con infidelidad o algo así. Era la falta de transparencia lo que me carcomía.

Cuando llegamos a Barcelona, el ambiente era diferente. La ciudad vibraba con energía, como siempre, y Ewa estaba emocionada por lo que iba a suceder. Yo, sin embargo, me sentía dividida. Quería estar feliz por ella, compartir su alegría, pero mi mente no dejaba de pensar en cómo se lo tomaría Jana.

—¿Estás bien? —preguntó Ewa mientras nos instalábamos en el hotel. La luz del sol atravesaba las cortinas, llenando la habitación de un cálido resplandor, pero mi ánimo no correspondía.

—Sí… solo estoy pensando en todo. En cómo se lo voy a decir a Jana. —Me senté en la cama, mirando el teléfono como si esperara un mensaje que lo resolviera todo.

—Sabes que no estás haciendo nada malo, Gala. Esto es por mí, y pronto todo será público. No tienes que sentirte culpable-Ewa se sentó a mi lado y me miró con comprensión.

Sabía que tenía razón. Pero ese nudo en mi estómago no desaparecía. Había demasiadas cosas sin resolver entre Jana y yo, y este pequeño secreto solo añadía más presión. Jana ya estaba insegura por lo que veía entre Ewa y yo, y aunque siempre le había dicho que no tenía nada que temer, sabía que los rumores y la distancia no ayudaban.

—Lo sé, pero… siento que entre Jana y yo las cosas no están bien desde hace semanas, y esto… —Suspiré, dejando que mi preocupación saliera al aire—. Esto solo lo va a empeorar.

Jana

Estaba tumbada en la tumbona, con el sol de la mañana brillando sobre mi piel, pero no sentía el calor. Mi mente estaba ocupada, como lo había estado durante días. Las conversaciones con Gala eran cada vez más tensas y, aunque intentaba no dejarme llevar por las inseguridades, algo me seguía atormentando. Especialmente cuando sabía que estaba con Ewa. No es que no confiara en Gala, lo hacía… o al menos quería creer que lo hacía. Pero la cercanía entre ella y Ewa, su mejor amiga desde hacía años, me generaba un nudo en el estómago que no lograba soltar.

Decidí distraerme, así que abrí Instagram, perdiéndome en las historias y publicaciones de mis amigos y compañeros de equipo. No esperaba encontrarme con nada fuera de lo normal, hasta que vi el perfil del Barça Femenino. Habían publicado un vídeo.

Le di play al vídeo, y comenzó con las típicas imágenes épicas de la ciudad de Barcelona, seguidas de tomas de nuestros partidos más recientes. Entonces, lo vi. El nombre que apareció en pantalla me dejó paralizada.

"Bienvenida, Ewa Pajor"

Mis ojos se abrieron como platos, creyendo que de alguna manera esto era una broma pesada. ¿Ewa? ¿Pajor? ¿En el Barça? Seguí viendo el vídeo, en completo estado de shock. La mostraban posando con nuestra camiseta, sonriendo.

Ewa Pajor, la mejor amiga de mi novia, con quien ya me sentía celosa, ahora iba a ser mi compañera de equipo. Y no solo eso… también sería compañera de Gala. Las tres, juntas, en el mismo equipo.

No sabía qué sentir. Una mezcla de sorpresa, incredulidad y algo más oscuro, como si la tierra se estuviera moviendo bajo mis pies. Los celos que había estado tratando de reprimir comenzaron a aumentar de golpe, como una marea que no podía contener. Sabía que había rumores sobre ellas, siempre los había habido, pero hasta ahora había podido soportarlo. Después de todo, solo eran rumores, y Gala me había asegurado una y otra vez que no había nada más que amistad.

Pero ahora… todo era diferente.

Imaginé los entrenamientos, los viajes, los partidos. Las dos juntas todo el tiempo, dentro y fuera del campo. Iban a pasar más tiempo entre ellas que conmigo. Y no sabía cómo iba a lidiar con eso. Era demasiado. Demasiado cerca, demasiado presente.

Además, ¿por qué Gala no me había dicho nada? Habíamos hablado sobre que ella iría a Alemania con Ewa, no sobre que estaba ayudándola con su fichaje al Barça. ¿Era este el verdadero motivo de su viaje? De repente, todas las piezas comenzaron a encajar, y mi frustración creció aún más. Las veces que me había mencionado a Ewa y yo había intentado no sentirme insegura… ¿todo este tiempo había estado planeando su fichaje sin decirme nada?

Cerré Instagram y solté el móvil con brusquedad. El nudo en mi estómago se hizo más fuerte, y mis manos temblaban un poco. Quería hablar con Gala, quería entender qué demonios estaba pasando, pero al mismo tiempo, no sabía si podía hacerlo sin que todo explotara. Mi cabeza estaba llena de preguntas, pero lo que más dolía era el silencio de Gala, esa sensación de que algo tan importante había pasado y yo no había sido parte de ello.

Me levanté de la tumbona y caminé hacia el interior de la casa de vacaciones en la que estaba con mi familia. El aire se sentía pesado, como si algo invisible me aplastara. ¿Cómo iba a enfrentarlo cuando nos volviéramos a ver? Estaba dolida, no solo por la noticia en sí, sino por el hecho de que Gala no me hubiera contado nada.

Sabía que esto iba a cambiar las cosas, de una manera u otra.
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En el siguiente capítulo explota todo 😝

Alguien ya sabe que va a pasar
culo_de_clarke😘😘

𝐒𝐄𝐂𝐎𝐍𝐃 𝐂𝐇𝐀𝐍𝐂𝐄-𝐉𝐚𝐧𝐚 𝐅𝐞𝐫𝐧á𝐧𝐝𝐞𝐳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora