Deslicé mis manos por mi cabello, tratando de ordenarlo un poco mientras intentaba calmar la tormenta en mi mente. Finalmente, me levanté de la silla.
Sin pensarlo demasiado, solté la toalla que aún llevaba puesta y me puse la ropa que ellas habían escogido. La tela suave de la pijama que había elegido se sintió reconfortante contra mi piel.
Mis ojos volvieron a Noah, inmóvil en la cama, atrapado en ese estado que lo hacía ver vulnerable. Sus labios murmuraron algo incomprensible, un sonido débil que apenas llegó a mis oídos, pero lo suficiente para hacerme acercar de nuevo.
—Noah... —Susurré una vez más, incapaz de alejarme por completo, mientras un sentimiento que no podía nombrar atormentaba mi ser.
Dos toques ligeros y sutiles. sonaron en la puerta antes de que esta se abriera. Ella entro nuevamente, para dejar toallas húmedas y un plato con comida. No parecía haberme escuchado cuando le dije que no quería nada.
Se acerco a Noah dejando una de las toallas sobre su frente y acomodando bien la almohada debajo de su cabeza. No sé si lo hacía por obligación o porque esa persona en realidad le importaba. Sus ojos se desviaron para encontrarse con los míos y sus palabras fueron muy claras y puntuales.
—No lograras nada si tu cuerpo se continúa debilitando. Regresare pronto para cambiar las toallas húmedas; él estará bien, pero debe estar en reposo. —Sugirió esta vez refiriéndose a Noah.
Asentí con gentileza, reconociendo que, al final, solo intentaba ayudarnos. —Gracias, y no es necesario que regrese, yo cuidare de él.
Ella acepto sin cuestionar. Con movimientos tranquilos dejo una tasa con agua y más toallas limpias en una mesa al lado de la cama. Dio una última mirada a hacia Noah y salió de la habitación cerrando la puerta detrás de ella.
El leve clic del cierre resonó en el aire, dejándome sola con él y con el silencio que parecía aumentar la presión en mi pecho. Miré hacia la cama, y un suspiro pesado escapó de mis labios.
Me acerqué a la cama con pasos lentos, observando a Noah mientras luchaba contra algo más que la fiebre que lo mantenía inmóvil. Parecía atrapado en un sueño inquieto, su respiración pesada y sus labios murmurando palabras que no lograba descifrar.
—¿Qué está pasando contigo? —murmuré para mí misma, sintiendo una mezcla de frustración e impotencia.
Con cuidado, tomé la toalla húmeda que la mujer había dejado y la cambié por una nueva sobre su frente. El contacto con su piel me dio una sensación de alivio, su calentura había disminuido, aunque fuera un poquito.
Me senté al borde de la cama, observándolo por unos segundos que se sintieron como una eternidad. Las palabras que había dicho antes, tan confusas, tan cargadas de algo que no podía nombrar, seguían resonando en mi mente. Había mencionado a mi hijo, pero... ¿Cómo sabía él sobre eso?
Un nudo se formó en mi garganta mientras los recuerdos intentaban emerger desde un rincón oscuro de mi mente. No podía permitirme pensar en eso ahora, no mientras Noah estaba en este estado. Pero las preguntas seguían acumulándose, cada vez más pesadas.
—Noah... —llamé nuevamente, más para sentirme acompañada con la esperanza de que él respondiera.
Mi mano se posó en la suya, fría y rígida a pesar del calor que irradiaba su cuerpo. No era típico verlo así, tan lejos de esa presencia fuerte y controladora que siempre proyectaba. En este momento, parecía un hombre común, vulnerable, roto.
—Vas a salir de esto, ¿me oyes? —dije en voz baja, casi como una promesa. No sabía si me escuchaba, pero quería creer que sí. Que, de alguna manera, mis palabras le alcanzaban en el lugar donde estuviera atrapado.
Me recosté brevemente en el borde de la cama, agotada, con la mirada fija en el techo. Las emociones que había intentado reprimir durante todo este tiempo amenazaban con desbordarse, pero debía mantenerme firme. Por él. Por mí. Por todo lo que aún quedaba por resolver.
Y mientras la noche avanzaba, con el tenue brillo de la luna filtrándose por la ventana, su respiración finalmente pareció calmarse, aunque el peso de sus palabras seguía presionando contra mi pecho como una sombra que no podía ignorar.
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Dark and Light
Misteri / ThrillerElla es un punto intermedio entre la luz y la oscuridad. Ellos son la perfecta combinación del bien y él mal. ¿Quieres saber que pasará en esta historia? Acompaña a Sara en su viaje lleno de incertidumbres, donde cada elección podría cambiarlo tod...