Capítulo 21

49 6 1
                                        

Ya está por cumplirse el tiempo que Noah, me dio para guardar mis cosas, o bueno las cosas que él compro para mí.

Entre toda esta ropa sólo guarde lo más cómodo y lo que suelo usar, jeans y camisetas y algunos tenis, el resto que son vestidos y zapatillas altas prefiero dejarlas, obviamente no voy de viaje por gusto y me da una leve impresión que estaré encerrada en cualquier sea el lugar al que vamos.

Me levanto de la cama porque escucho la puerta abrirse.

Sí, esa maldita costumbre de abrir sin tocar es de Noah.

—Puedes entrar —ordena a un hombre para que entre a la habitación y se lleve la maleta, claro después de asegurarse de que yo no estuviera desnuda o algo así como ha pasado en otras ocasiones.

Con sus manos me hace seña para que salga de la habitación.

Él no me habla y yo tampoco menciono ni una palabra, solo sigo al hombre que lleva la maleta y Noah, se dispone a seguir después de mí.

Ya estando aquí afuera enfrente del auto y muy cerca de la acera, me dan unas ganas de irme, de correr, de intentar huir. Pero es claro que mis posibilidades para lograrlo son mínimas y no puedo ser tan tonta como para no notarlo, a nuestro alrededor ahí al menos más de 10 hombres y todos traen armas consigo mismo.

Las ganas de irme cada vez más aumentan y las posibilidades de lograrlo son casi imposibles.

Suspiro y sin poner ningún tipo de restricción me adentro al coche en completo silencio y sin realizar algún tipo de gesto.

—Espera, falta Noah ¿Él no viene con nosotros? —incurro inquietante porque el auto ya esta en marcha y él aun no subió.

Sin embargo, el hombre que va al lado mío, es como si fuera un robot, no habla, no parpadea, no nada y eso me está comenzando a intranquilizar un poco más.

¿Qué quiere decir todo esto? No tengo la más mínima idea, y al no obtener repuesto giro mi cabeza para ver a Noah, antes de perderlo de vista, pero noto él ya no está ahí.

Tal vez nos seguirá en otro coche o eso es lo que pienso.

..................

Ya ha pasado una hora desde que salimos de la casa y hemos llegamos a un aeropuerto, el viaje será en un avión privado, el hombre que venía al lado mío y yo somos lo únicos que entramos al avión. ¿Dónde esta él? No lo veo, busco por todas partes con mi vista y él solo no está aquí.

Me desconcierta un poco que Noah, no esté, donde se suponía yo iría con él.

Dos horas...

Finalmente llegamos y estamos en lo que parece ser un hotel, digo parece porque el lugar tiene el estilo de uno como tal, debido a las tantas habitaciones que cruzamos para llegar a donde me encuentro yo, sin embargo, el lugar se ve muy abandonado por la escasez de personas ya que sólo una empleada y un señor de algunos 50 años nos recibieron.

Me encuentro caminando de punta a punta en la habitación, estoy desesperada y él no tener idea de que hago aquí me carcome por dentro.

Muchas cosas se vienen a mi cabeza y el sólo pensar que pueden llegar a ser reales me causan náuseas, peor aún, él tipo este no se me despega ni un minuto y ha estado todo el tiempo observando cada uno de mis movimientos.

¿Qué hago?

—¡Ya basta, podrías de una maldita vez dejar de dar tantas vueltas y sentarte! —grita él.

—¡No! No puedo hacerlo, no entiendo qué demonios hago aquí ¿Dónde está, Noah?

—Ya estas agotando mi paciencia, podrías por favor callarte y quedarte sentada o no responderé —amenaza.

Aprieto mis manos a mi costado y frustrada solo hago lo que dijo porque lo que menos quiero es empeorar todo, pero pienso que este es el momento de escapar, necesito hacerlo antes que pase algo peor con mi vida.

Él estaba sentado a una distancia prudente lejos de mí, yo miro a todos lados en busca de algo que me pueda servir, y sucede que en un descuido de él lo tomo por sorpresa golpeando su cabeza con un florero de vidrio que agarro de una mesita.

Dark and LightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora