Capítulo 31

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Narra Noah

Saco mi celular para responder una llamada.

—Señor ya encontramos la dirección del tipo que se fue con Sara, pero no tengo buenas noticias.

—¿Qué sucede?

—Por medio de la placa logramos obtener la información que aparecía en los datos registrados por la compra de la moto y nosotros de inmediato fuimos a su casa, pero como era de esperarse ellos no estaban ahí e incluso podría asegurar que nunca estuvieron porque revisamos todo el lugar intentando encontrar una pista, sin embargo, no hubo rastro de que alguien como ella estuviera ahí, por sus heridas pensamos que encontraríamos rastros de sangre o algunas cosas para curarse pero no hallamos nada señor.

—Maldición ¿Estás seguro? ¿Si revisaron el lugar muy bien?

—Sí señor, lo lamento todo esto es nuestra culpa.

—¿Cuál es el nombre de él?

—Aidan Weigel.

—¿Qué otros datos tienes?

—Eso es lo que me pareció extraño, no había mucha información aparte de la dirección y el nombre sólo había un número de teléfono al cual obviamente intentamos ubicar, pero aparecía desactivado.

Separó el celular de mi oído y cuelgo la llamada.

Rayos ¿Dónde diablos te habrás metido Sara, y quien será el estúpido que está contigo? No sabe el problema tan grande en el que se ha metido.

Vuelve a sonar el celular y esta vez era la persona con la que menos quiero hablar.

—¿Dónde mierda estás Noah? Dime que es mentira que Sara, se te escapó.

—Sí lo hizo, pero no será por mucho tiempo.

—Eres un completo fracaso, cuando te confíe esto lo hice porque pensé que eras el mejor en todo lo que haces. —A medida que él sigue hablando mi ira va aumentando—. Eres un perfecto inútil jamás debí permitir que tu hicieras este trabajo.

—Estoy harto de que pretenda tratarme como a un estúpido empleado, yo no soy su esclavo y mucho menos tengo porque cumplir sus órdenes y si acepté hacer lo que me pidió no fue porque usted lo ordenara, lo hice porque tengo mis malditas razones y desde este momento quiero dejarle algo bien claro y es que a ella no la volverá a ver.

—¿A qué te refieres Noah, acaso intentas amenazarme?

—Puede tomarlo como quiera sólo quiero que recuerde que usted tiene una deuda pendiente conmigo y ella tendrá que pagar las consecuencias.

—Eres un maldito como te atreves a decir eso ¡te juro que te vas arrepentir!

—No le tengo miedo y eso lo tiene claro, jamás he temido a sus palabras y mucho menos le temo a la muerte y si es posible de vernos en el mismísimo infierno para que pague por todo lo que ha hecho pues allá nos veremos.

Después de decirle todo lo que tenía que decir tiro mi celular del otro lado del escritorio.

Ya es tiempo que termine toda esta farsa y aunque no haya sido en el momento justo pues tuvo que ser así porque no podía seguir soportando más esta estúpida actuación.

Maldita sea Sara, me has complicado todo, pero ahora más que nunca necesito que estés conmigo ya que tú serás quien me ayude a cobrarle una a una todas las cosas que ese imbécil cometió con mi familia.

Me desabotono la camisa y agarro el teléfono del escritorio para llamar a mi secretaria.

—Carola, necesito que canceles todas las citas de hoy, voy a estar muy ocupado.

—Y la Junta que tenía con...

—Te dije que todo.

Me quito la camisa por completo ya que la había sudado un poco y el fastidio que me provoca tener ropa húmeda puesta me hace sentir más molesto es por eso que en la oficina hay como una especie de cuarto donde tengo algunas camisas, pantalones y zapatos extras, el cual obviamente no está a la vista de nadie.

Camino hasta allá y me coloco una camisa color azul turquí, saco otro celular de uno de los cajones de mi escritorio y salgo de la oficina.

—Hoy voy a encontrarte Sara, eso te lo prometo.

Dark and LightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora