Dark and Light

Capítulo 50

Pensar en lo que le moleste o no, no me va a ayudar a encontrar una solución a esto, además si estoy en estas condiciones es por su culpa así que busco entre sus cosas y lo único que puedo ver que me quedaría es una sudadera y una camiseta. Aunque siendo sincera, creo que me he perdido entre la ropa que traigo puesta.

Después salgo de la habitación y empiezo a realizar una búsqueda desesperada por la cocina, necesito encontrar algo de comida con urgencia, pero antes de llegar a esta, observo algunos platos con algo de comida en la mesa del comedor, al llegar a este miro un papel junto a la comida.

—Come lo que gustes, debes estar hambrienta. —dice el primer renglón de la nota—. Ah, por cierto, lo que no alcances a comer o no te guste lo puedes guardar en el refrigerador, y así no tendrás que desperdiciar comida.

Eso es todo lo que dice la nota. Al ver casi toda la mesa llena de comida, no me es inevitable recordar la vez que bajé a desayunar junto a Noah y lo molesto que fue la situación, pero esta vez algo me hace sonreír.

—¿Por qué estoy sonriendo? —me cuestiono a mí misma—. Tal vez lo haces por el hecho que lo recordará, que recordará lo molesto que fue aquella situación y la conversación que tuvimos. —me respondo.

Ladeo la cabeza hacia los lados y me siento para iniciar a comer.

Después de terminar hago justo lo que decía la nota y no porque él lo dijera sino porque no es grato para mi desperdiciar tanta comida.

Por unos minutos mientras devoraba toda esa comida olvide el resto del mundo, pero ahora que ya estoy llena y puedo pensar claramente, se viene el nombre de una persona en especial a mi cabeza.

—Aidan. —menciono su nombre con algo de angustia.

Entonces aterrizo y todo aspecto de tranquilidad en mí comienza a desaparecer nuevamente.

En un momento de desespero camino hasta llegar a la puerta de la casa y me detengo frente a ella con la mano lista para abrirla.

—Mierda. —grito cuando recuerdo que huir no me serviría de nada, puesto que la única persona que sabe de la vida de él y sus amigos es Noah.

Una sensación de desasosiego comienza a invadir todo mi cuerpo, no saber nada, no tener ni la más mínima idea de que ha pasado con ellos me aterra.

—¡Todo esto es por mi maldita culpa! —pienso.

Estoy aquí con la oportunidad de poder escapar, pero aun así estoy atada de manos sin siquiera poder hacer algo al respecto.

Y así comienzan a pasar los días, no he vuelto a ver a Noah durante un mes, todo ha sido como vivir el mismo día a diario, repito una rutina sin sentido. Cada vez que amanece, el médico viene y él ha sido quien se ha encargado de todo, la ropa limpia, la comida, entre otras cosas de la casa, sí, Noah lo ha vuelto mi niñero en pocas palabras.

Le he preguntado incansables veces por él, pero nunca da una respuesta alguna, cada vez es poco lo que me platica, y por mi parte solo sigo haciendo lo mismo día a día, he llegado a conocer esta casa tanto que puedo caminar en ella a oscuras; tiene otras habitaciones, pero he preferido quedarme en la de él ya que así puedo notar si él viene.

A los días de estar aquí me di cuenta que hay varias cámaras en la casa, las cuales no habían estado aquí anteriormente, el único lugar que no las tiene es el baño, porque hasta en la habitación de él hay una.

El médico que nunca ha querido darme su nombre también me ha traído ropa para que deje de usar la de Noah, y me advirtió que no usará más una de sus prendas. Entonces para llamar su atención, desde el momento que vi las cámaras decidí seguir vistiendo su ropa, o más bien sus camisas, y algunas veces no me he colocado ropa interior para de alguna forma llamar su atención.

Sé que él me observa, aunque eso por un lado lo odio porque puede darse cuenta que cada vez que despierto lo hago de una forma extraña, lo cual se debe a ciertas pesadillas que he tenido cada noche y que me es imposible controlar.