Capítulo 20

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No sé cómo parar con esta locura ya que mi intención no era que esto comenzará a gustarme.

Mi cordura y razón están desaparecido por completo, ya no quiero pensar, sólo quiero sentir y olvidar, pero no puedo, no puedo olvidar.

Noah, intenta pegar mi cuerpo más hacia él, pero no lo dejo, lo miro a los ojos y mi expresión es simple, no quiero demostrarle que mis ganas de querer estar con él son muchas y no menos que piense que yo puedo caer tan fácilmente a sus pies.

Por lo tanto, separo sus manos de mí cuerpo y me alejo de él levantándome al mismo tiempo que me cubro con la salida de baño.

El juego se acabado ya es hora que vuelva a ser yo, no puedo permitir que mis propósitos cambien.

Noah, al igual que yo se levanta y arregla su camisa, él también cambia su expresión a una fría ocultando cualquier tipo de emoción o deseo hacía mí, porque de algo si estoy segura y es que cuando estamos cerca hay una conexión remotamente extraña a la cual muchas otras personas la llamarían química, sí estúpida química, pero yo no la llamaría de esa forma porque esto no es algo que se da por gusto entre nosotros o por algún sentimiento comparado con el amor, es algo más complejo, es absurdo.

Además, no debo olvidar la razón por la que él me tiene aquí. Es momento de aterrizar y dejar este juego estúpido que hasta el momento sólo me ha llevado a sentir cosas que no debería.

Él no articula ni una sola palabra y yo tampoco, sólo nos hemos quedado viendo por algunos segundos. Ambos tenemos claro que esto no debe estar sucediendo, no lo conozco y él, bueno él no se que tanto sabrá de mi vida.

El punto es que sólo estamos siendo claros con nosotros mismos poniendo cada cosa en su lugar y recordando cuales son nuestros objetivos.

Los míos en este momento son encontrar la forma de irme, sé que aún hay cosas que no están claras para mí, pero por todo lo que ha pasado pienso que no debo continuar más en este sitio.

El problema ahora es ¿cómo?

—¿A quién vas a llamar? —pregunta para romper con el silencio.

—A Carla, mi amiga, hace tres días que desaparecí y al no saber nada de mí se va a preocupar y tal vez se disponga a buscarme —argumento.

—Muy bien, lo harás, pero antes necesito que te cambies y guardes lo necesario viajamos en una hora.

—Al menos puedo saber ¿A dónde vamos?

—No, y ya estas advertida, en una hora te quiero lista o te irás con lo que sea que tengas puesto —amenaza y tira la puerta tras salir de la habitación.

Yo no tengo más opción que hacer todo lo que me ha dicho —gruño en frustración—. Todo esto es una mierda.

La vida ha sido tan injusta conmigo, pero a pesar de todos esos sin sabores que me ha tocado pasar nunca he decaído siempre he tratado de ser fuerte para afrontar las cosas como vengan, aunque muchas veces quise renunciar a todo, a luchar por un mejor futuro, a esta vida de mierda que me ha tocado desde niña, pero aún en el peor momento me levanté y seguí de pie.

Muchas personas han crecido entre amor y lujos, otras entre la pobreza, pero a mí me ha tocado vivir en la completa miseria, no sé lo que es recibir una pizca de amor materno o paterno, mis juguetes siempre fueron los juguetes dañados que otros niños tiraban a la basura.

Y cuando pensé que todo iba a cambiar y que por fin logaría tener una vida llena de paz y que con mi esfuerzo lograría salir adelante y curar así las heridas del pasado, pasó todo lo contrario.

Todo mi mundo se vino al piso, mis ganas de progresar las tiré a la basura debido a aquel hombre, quien me arrebató lo más valioso y puro que tenía en ese momento.

Dark and LightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora