Dark and Light

Capítulo 4

Ya estando fuera de la casa, me lleva en dirección a un coche que criticar a simple vista se ve muy lujoso.

—Diablos ¿Qué querrán hacer conmigo? —me pregunto internamente.

Me colocan una venda en los ojos y atan mis manos, luego me adentran al coche, lo áspero de sus manos me hacen notar que quien me ato no es el mismo tipo que me ha estado apuntando con el arma, por lo cual se me ocurre que es el que en las sombras se encontraba y que por alguna razón no pretende mostrar su rostro.

Ya estando en el interior del vehículo lo único que logro escuchar es el ruido del motor del auto cuando se puso en marcha. El silencio cada vez más se hace abrumador pues sé que me encuentro en peligro y el hecho que no me digan que quieren de mí o para donde me llevan me aterra.

Han pasado algunos minutos y siento cuando frenan el carro y luego abren las puertas del mismo.

A lo lejos solo escucho balbuceos de dos personas que al parecer están discutiendo, pero por más que trato de concentrarme para averiguar de qué están hablando, no puedo entenderles nada.

En este momento lo que más deseo es saber qué es lo que quieren hacer conmigo.

El ruido de la puerta al abrirse llama mi atención y me jalan de una manera brusca, yo suelto un quejido, pero este ni siquiera se inmuta ante mi dolor, solo me prieta mi brazo sin compasión alguna, como si por alguna razón algo que lo haya hecho molestar o enfadar tenga que ver mucho conmigo.

Quiero gritarles, patalear y preguntarles el por qué me tienen aquí y qué quieren hacerme, pero soy más inteligente que eso y sé que si hago eso solo puedo empeorar mi situación.

Él tipo me arrastra hasta llevarme a lo que supongo es el baúl del coche, yo aún más confundida sigo sin entender nada.

Minutos después el auto comienza a ponerse en marcha nuevamente.

Trato de buscar algo que me ayude a soltarme, pero se me hace un poco incómodo, puesto que el lugar está lleno de no sé qué cosas y es un poco más difícil por el simple hecho de que tengo los ojos vendados.

—Rayos, Sara, ¿En qué te has metido? —me cuestiono.

Sabía que no podía tener tan mala suerte, pienso, cuando percibo con mis dedos un objeto puntiagudo y de contextura dura, no sé realmente que es, pero creo que me va a servir por el simple hecho de que estoy atada con cinta.

Romper la cinta no se me está haciendo nada fácil, y la incomodidad en la que estoy complica las cosas aún más.

—¡Sí! —susurro alegre porque ya conseguí romper la cinta.

Después que rompo la cinta de las manos me comienzo a quitar la venda de los ojos observo el lugar donde me encuentro y efectivamente es el baúl del coche.

Y hallo una luz de esperanza al mirar algo parecido a una barra de metal.

Aunque sé que no tengo ningún plan y tal vez sea estúpido todo lo que voy a hacer, será es eso o será morir indignamente.

—Es aquí. —Escucho hablar a uno de los tipos, mientras el auto se detiene.

—Ve por ella, yo iré a revisar que el lugar este despejado. —Le responde el otro.

En este momento mi nerviosismo aumenta en segundos y mi respiración se vuelve un poco intensa. Siento el miedo correr por mis venas, pero lo evado cuando pienso que debo luchar por mi vida, aunque mi intento pueda resultar fallido.