Me acerco al sofá en donde está el celular, pero siento un alivio al ver que la llamada es de Aidan.
Suspiro y contesto la llamada.
—¡Sara! —dice Aidan, en un tono de voz desesperado.
—¿Si, Aidan pasa algo? —pregunto un poco preocupada.
—No, sí, bueno pasó algo.
—Puedes ser más específico que no te estoy entendiendo —respondo.
—Cuando llegué a mi casa encontré la puerta abierta y todas mis cosas están regadas.
—¿Qué... pero tu estas bien?
—Si estoy bien y quería saber si tú lo estabas ¿No has notado algo extraño?
Camino hasta la ventana y me asomo con mucho cuidado para observar un poco el panorama.
—Si, bueno acá todo está bien, todo parece estar normal —respondo.
—Muy bien, nos vemos en media hora, adiós.
Cuelga la llamada.
Si antes me encontraba desesperada, ahora lo estoy más.
De tanto dar vueltas y mover mis brazos me lastimo el brazo y recuerdo que olvidé curarme. Camino hasta el cuarto busco todo lo necesario y comienzo a curar mis heridas.
Sólo espero que toda esta pesadilla termine pronto.
Media hora después...
Escucho abrirse la puerta y salgo inmediatamente de la habitación.
Ahí está Aidan, entrando a la casa con un morral en su espalda.
—¿Cómo estás? —pregunto muy curiosa.
—Estoy bien, es sólo que. —hace una pausa—. Debemos irnos muy pronto de aquí.
—¿Por qué, acaso te han seguido? —cuestiono.
—No, no creo, fui muy cauteloso con eso, pero todas mis cosas las encontré en completo desorden y no quiero arriesgarnos a quedarnos un minuto más aquí, nos podrían encontrar en cualquier momento. —advierte él.
—Yo... lo lamento, mi intención no era meterte en problemas. —digo sintiéndome bastante culpable, pues por mi culpa él ahora está tan metido en esto como yo y eso es algo de lo cual será difícil escapar—. Escucha yo me iré, sí, ellos sólo me están buscando a mí y tú no tienes por qué estar huyendo, ellos sólo me quieren a mí —repito.
—Diablos —suelta con ironía—. Cómo carajo vienes a decirme que esto no es asunto mío cuando ya estoy tan clavado en todo este problema además tu nunca me obligaste a ayudarte, fui yo quien quiso hacerlo, aparte que clase de persona hubiera sido si te dejo hay en ese momento, tal vez ahora ya estarías muerta. —dice haciendo énfasis en esas últimas palabras, después se acerca a mí y me toma de las manos—. Escucha, no sé absolutamente nada de ti y tampoco tengo idea qué tan grave es esta situación, pero desde el momento que te vi tan débil y asustada, sentí que debía protegerte. —Yo tengo la cabeza gacha y algunas lágrimas comienzan a rodar por mi mejilla, sus palabras me han tocado, jamás hubo alguien que se preocupara por mí sin conocerme y más en estas circunstancias.
—Yo... —Quiero hablar, pero él me lo impide poniendo un dedo en mis labios para hacerme callar.
—Tranquila, no tienes que decir nada. —Me toma por el mentón y alza mi cara para que lo mire—. No te dejaré sola, ok.
—Gracias —susurro, él me jala para pegarme a su cuerpo y me da un abrazo, un cálido abrazo, se siente tan bien, no es costumbre para mi hacer esto, pero tampoco se siente incómodo al contrario es confortable y siento que por primera vez en mi vida alguien entiende mi silencio, sí, eso suena raro, pero con él no tengo que decir muchas cosas sólo cruzamos miradas y es como si él entendiera por lo que estoy pasando o comprendiera mi silencio.
Luego de unos minutos de estar abrazados y sin decir una palabra, nos separamos, mis ojos aún no dejan de derramar lágrimas entonces él lleva sus manos a mis mejillas y comienza a secarlas y me regala una sonrisa sincera a la cual yo respondo de la misma forma.
Por primera vez noto un cambio en su expresión, pero ahora que lo estoy mirando fijamente a los ojos por tanto tiempo logro comprender algo.
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Dark and Light
Mister / ThrillerElla es un punto intermedio entre la luz y la oscuridad. Ellos son la perfecta combinación del bien y él mal. ¿Quieres saber que pasará en esta historia? Te invito a que pases a leer la historia de Sara, una chica que a pesar de los golpes que la v...