Dark and Light

Capitulo 22

Obvio no queda completamente inmovilizado, pero no voy a esperar a que reaccione para que luego él me golpee a mí, por eso tomo un objeto metálico es como un adorno y con este le golpeo en la nunca haciendo que ahora si quede inconsciente.

En otras circunstancias me hubiera preocupado si por mi culpa estuviera muerto o no, pero en estos momentos sólo debo preocuparme por mí y es justo lo que estoy haciendo.

Reviso cada uno de sus bolsillos hasta encontrar la llave del cuarto, además de eso tomo su arma porque hay algo que tengo muy claro y es que dé está no voy a salir tan fácil, pero luche con todas mis fuerzas para lograr mi objetivo, y usar el arma no es un problema para mí, ya que gracias a la misma persona que destruyó mi vida aprendí a usarlas.

Abro la habitación con cautela mirando hacia ambas partes del pasillo y veo que no hay nadie para mi suerte todo se encontraba completamente sólo.

Comienzo a caminar por el mismo lugar donde entramos, me grabe todo el camino cuando llegamos gracias a que no tenía los ojos vendados.

Camino a pasos ligeros porque debo salir de aquí lo más pronto posible, no puedo desperdiciar esta oportunidad.

Me detengo muy nerviosa porque escucho unos pasos de alguien que se dirige hacia esta misma dirección.

Estoy un poco aturdida por la situación, no puedo permitir que me descubran, no.

—Rayos ¿Qué hago? —Pienso.

Miro el arma que tengo en una mano y las llaves en la otra.

Solo tengo dos opciones, o encuentro una forma de esconderme o —hago una pausa de mis pensamientos—, le doy uso a esto. —Aprieto el arma con mi mano.

—Abre por favor, abre. —ruego internamente para que la puerta de la habitación abra, pero no lo puedo conseguir.

Mi pecho sube y baja del desespero porque ya los siento cerca, y no quiero tener que optar por la segunda opción.

Camino muy rápido hacia otra de las habitaciones.

—Sí, Dios sí. —festejo porque esta si la pude abrir.

Ahora solo tengo que esperar un tiempo prudente para salir.

.....

Ok, ya es hora...

Abro la puerta en completo cuidado y observo todo a mi alrededor y me alegra que no haya nadie cerca.

Salgo de inmediato de la habitación y camino hasta llegar a la salida, pero como era de esperarse todo está cerrado.

Con mucho cuidado trato de abrir la puerta, pero me ha resultado inútil, teniendo seguro no será nada fácil abrirla, mejor pienso en que más hacer.

Escucho balbuceos por el pasillo de donde salí. No entiendo muy bien que es lo que dicen, tal vez ya notaron lo que paso.

No quiero hacer esto, pero no tengo más opción.

Miro la ventana que esta frente a mí, por suerte es de vidrio, agarro una silla y la lanzo por esta.

Esto fue más alerta para ellos.

Giro mi cabeza para mirara hacia el pasillo y veo la sombra de sus cuerpos acercarse.

Tomo una bocanada de aire y la dejo salir lentamente, corro y me lanzo por medio de la ventana.

Jadeo por el dolor causado al caer, la ventana estaba un poco más alta de lo que espere, sin embargo, no siento dolor, tal vez la adrenalina que recorre mi cuerpo lo impide. Me apoyo de los brazos y me levanto del suelo.

Otra vez, nuevamente debo correr, la acera no está muy lejos, al menos no estoy en medio del campo.

Mi cuerpo brinca y mis pasos largos y acelerados lo provocan por la forma en la que estoy corriendo.

Parece que ya es tarde porque la calle está solitaria para mi desgracia no hay ninguna persona a quien pueda pedirle ayuda, pero esto no me impide aumentar mis pasos y aunque me está costando un poco, estoy dando todo de mí.

Involuntariamente dejo salir algunas lágrimas.

El temor a que me disparen y se les haga más fácil atraparme me hace doblar por una esquina con la esperanza de encontrar algún lugar abierto.

Subo por la acera y me adentre por un callejón, pero sorpresivamente choco con una persona.

Quedo paralizada, y me es difícil encontrar mi voz.

—Ayuda por favor... —quiero quitar, pero no puedo, mi garganta se ha atragantado.

Mis lagrimas no se detienen, no dejan de correr por mi mejilla y mi pecho sube y baja como si hubiera corrido una maratón, donde solo ha sido una cuadra.

Abro mi boca para hablar, pero mi voz no sale y él solo se me queda observando.