Dark and Light

Capítulo 19

Malévola, divertida, no sé muy bien cómo descifrar su sonrisa.

Pasan al menos cinco minutos desde el momento en que nos caímos, el tiempo parece haberse detenido y todo a nuestro alrededor no importa.

Nuestras miradas se cruzan y su sonrisa no se esfuma en ningún momento ¿Qué me sucede? Estoy paralizada, no puedo reaccionar y quiero quitármelo de encima pero no puedo hacerlo.

Bajo la mirada a sus labios y creo que cometí un grave error porque ahora en vez de querer tenerlo lejos lo quiero tener más cerca.

Rosados, carnudos y húmedos ¿Qué sabor tendrán?

Cierro mis ojos y suprimo tales pensamientos, no quiero demostrarle ningún tipo de emoción y mucho menos cometer un error, así que intento levantarme, pero él me detiene.

—¿Qué haces? Quítate para poder levantarme —exijo.

—Puedes hacerlo cuando quieras.

—Eso intento hacer y no me lo permites —acuso.

—Suelta una carcajada. —Vamos sé que tienes más fuerza que eso, porque mejor no aceptas que no quieres que yo me quite.

—Eso quisieras tú —bufo—, además puedes ser tu quién no quiera separarse de mí.

—Tal vez —responde— Aunque he tenido mejores cuerpos cerca. —afirma.

—Habrás tenido muchas mujeres. —Me acerco a sus labios dejando un espacio mínimo de distancia y cabe mencionar que con el movimiento que hice puse al descubierto mis pechos—. Pero jamás me tendrás a mi —aseguro.

Su rostro marco una expresión retadora. —Tenerte a ti no es algo que deseo.

—Tal vez, pero si lo fuera nunca podrías cumplir ese deseo, aunque puedo deducir que eres el tipo de persona que lo que quiere lo obtiene, sin embargo, para ti será un fracaso intentar tenerme. —mantengo mi expresión neutra.

—¿Segura? —pregunta.

—Como no tienes idea.

Él me da una sonrisa de suficiencia y con un movimiento brusco separar mis piernas y luego bajar su cadera lentamente hasta pegarla a mi cuerpo, yo jadeo por el dolor causado en heridas que a veces olvido que las tengo y por la sensación provocada al sentir su cuerpo tan cerca del mío.

Mi ritmo cardíaco aumenta en segundos y mi respiración queda descolocada al igual que la de Noah.

Intenta acercar su torso a mi pecho, pero lo detengo con mis manos.

Sus ojos no se despegan en ningún momento de los míos, aun teniendo parte de mi piel expuesta.

Sinceramente no tengo idea de cómo salir de esta situación y mucho menos comprendo cómo es que llegamos a esto, pero de lo que si estoy segura es que no puedo dejar que algo suceda entre él y yo o al menos eso me dice mi conciencia.

Con una de sus manos se sostuvo para no caer por completo encima de mí, mientras que con la otra mano camina por toda mi cintura hasta llegar a mis piernas y es así como siento su tacto en mi piel.

Esta vez sus ojos bajan a mis labios y después a mis pechos, su respiración va en aumento y la mía igual.

Él continúa deslizando su mano por mi pierna, al tiempo que clava su cabeza en mi cuello para dejar besos húmedos y también apretar su cuerpo más al mío.

Arqueo mi espalda ante tal sensación.

—¿Qué haces, Sara? —me hablo internamente.

Entonces no sé cómo, pero en un movimiento rápido y eficaz me giro dejándolo quedar al él de espalda contra el piso y yo está vez quedo arriba.

Tomo posesión de su cuerpo y de sus brazos llevándolos hacia los lados de su cuerpo, me siento en su pelvis y de esta manera pude sentir su erección.

Su sonrisa ha desaparecido, pero su mirada es intensa y profunda, puedo sentir como me desea, puedo ver en sus ojos lujuria y pasión.

Humedezco mis labios, firmo más mis caderas en su pelvis haciendo un movimiento lento hacia delante para inclinarme y verlo mejor de cerca, suelto una de sus manos y con la mía roso su torso en una leve caricia, siento su piel estremecerse.

La temperatura entre nosotros ha pasado de ser fría a cálida y nuestra respiración de calmada a incontrolada, su cuerpo desea el mío y yo...