Capítulo 8

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—Carta Vociferadora—

Al terminar de comer, Hesper y Gus se dirigieron rápidamente al aula de Encantamientos y llegaron antes que cualquiera. Bueno, no antes que el profesor Flitwick, el cual les saludó con una ademán de mano. Cuando se dispusieron a coger asiento, notaron las plumas colocadas ordenada y linealmente sobre las largas mesas horizontales.

Cuando el aula comenzó a llenarse, el profesor Flitwick se subió sobre un montón de libros para poder estar a una altura considerada medianamente buena para observar a todos sus alumnos. Después del saludo y la presentación, el profesor decidió comenzar con un hechizo simple.

—Empecemos con un hechizo levitador. Fijaros. —Cogió la varita como si fuera un fino lápiz.— ¡Wingardium Leviosa!

La blanca pluma se elevó en el aire y flotó hacia el techo, después se quedó quieta en un punto en el que todos pudieron verla con claridad.

—Muy bien, quiero que intentéis realizar el hechizo. Adelante. —Les dio permiso y Hesper y Gus se concentraron en su pluma.

—¡Wingardium Leviosa! —Se escuchó por ahí.

Pronto toda la clase comenzó a decir el hechizo pero a muy pocos les salía. Lily Evans fue una de las primeras en conseguir hacer levitar su pluma, después se puso a discutir con James Potter porque este le había dedicado un piropo que no le gustó en absoluto.

Gus había intentado hacer que su pluma se elevase, pero no lo consiguió ni cuando este sopló para que se moviese solo dos centímetros. Después de casi diez intentos gritando el hechizo por fin lo consiguió. Entre tanto, Hesper no había dicho o hecho nada, prefería concentrarse para que le saliese a la primera. «No debería se tan difícil si me imagino una pluma flotando.»

—¡Hesp mira! ¡Lo he conseguido! ¡Mi pluma está flotando! —Gritó Gus emocionado por haber logrado hacer algo bien en toda la mañana.

—¡Muy buen Gus! Parece que tu fuerte será Encantamientos. —Alabó Hesper dándole una palmada en el hombro a su amigo.

—Vamos, intentalo tú. —La animó.

—Vamos a ver... —Murmuró Hesper. Se imaginó en su mente una pluma flotando y aún con los ojos cerrados, dijo el hechizo.— Wingardium Leviosa.

Después de decirlo y esperar unos segundos, abrió el ojo derecho para ver que su pluma flotaba a medio metro sobre la mesa. Abrió ambos ojos feliz y miró a Gus que la veía impresionado.

—¡Hala! ¡Lo has conseguido al primer intento! —Gus sonrió ampliamente y se marcaron mucho sus hoyuelos.

—¡Pero que adorable eres al sonreír de esa forma! —Hesper le pellizco con una mano un moflete sonriendo alegre.

—¡Ya es suficiente! Que seas a la única que le deje hacer eso no significa que te tengas que aprovechar. —Le advirtió señalándola con un dedo regordete. Al ver como ella miraba su dedo, lo apartó rápidamente.— Ni se te ocurra, Hesper Kennedy. No.

—¡Oh, vamos! Solo déjame compararlo con el mío. Por favor. —Rogó Hesper poniendo un puchero. Solo se comportaba de esa forma con muy pocas personas en su vida, y una de ellas era Gus. Las otras eran su abuela, sus padres y Jody.

—¿Para que te burles diciendo que tu dedo es más fino que el mío y que tengo que dejar de comer dulces? No, gracias. —Se negó con la cabeza y sus ojos dorados brillaron.— Y tampoco dejaré de comer dulces. ¡Viva el azúcar!

Oblivion |Época De Los Merodeadores|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora