Oblivion |Época De Los Merodeadores|

Capítulo 89

—Lazos Intactos—

No se lo creyó. Gus no se lo quiso creer. En dos zancadas, alcanzó a Sirius que lo miraba atentamente con sus brillantes ojos grises y le arrebató el expediente de Hesper de las manos para verificarlo él mismo, con sus propios ojos. Pero, Sirius no mentía. Hesper era superdotada y eso era irreversible. En ese momento se sintió traicionado. Tragó grueso respirando por la boca incapaz de aspirar el aire por la nariz. No quería creérselo, Hesper se lo hubiera dicho, ellos se contaban las cosas. Pasó las hojas del expediente frenético, y llegó a las notas de los TIMO de Hesper. Las cogió y fue como haber recibido un guantazo en la cara.

Hesper tenía todas las asignaturas marcadas con una gran E de Extraordinario. La nota más alta que uno podría sacar. Gus se sintió mareado. Hesper nunca había sido alguien que se guardara secretos de especial importancia como esos, pero empezó a ver que de ella no sabía casi nada. Era como haber vivido más de diez años con un fantasma.

—Tiene las mejores de Hogwarts. —Susurró Lily a su lado impresionada. Gus supuso que el golpe les había chocado por igual a ambos.

—No puedo creérmelo, Hesper me lo hubiera dicho. Ella nunca me ocultaba nada. —Se negó Gus.

—Bueno... —Insinuó Remus detrás manteniendo su rostro sereno pese al asombro. Gus se giró hacia él desesperado. Eso le afectaba más de lo creía.— No te anticipes, Gus. Podría ser que ni ella misma sepa que es superdotada.

—Eso es de tontos, Remus, ¿por qué no iba a saberlo? —Replicó el rubio.

—Porque se lo han estado ocultando. —Soltó Lily mirando fijamente el expediente de Hesper.— Por su abuelo. Me atrevería a decir que ven en Hesper a Septimus Kennedy, y prefirieron no arriesgarse. Su abuelo también fue superdotado, Gus, y ya ves a donde lo llevó la sed de poder.

En eso estaba de acuerdo con Lily; el abuelo de Hesper tenía una quiebre mental absoluto. Pero, el sentimiento de traición no desaparecía de ahí. De alguna manera, notaba que jamás llegó a conocer a Hesper, como si su amistad no hubiera llegado a existir en la vida.

—Pero ahora lo sabe. —Afirmó James acercándose y cogiendo su varita de la mano de Gus.

—¿Como? —Cuestionó Gus, pero ya sin la misma determinación con la que había ido. Él sabía que aquello era un error, y aun encima, había seguido adelante.

—Vamos, Sanders. Tonto no eres, ¿desde cuando ha empezado la actitud arrogante de Kennedy en clases? ¿Desde cuando le importa tanto a ella destacar frente a Slughorn o Denaux? —Soltó Sirius mirándolo con atención. Gus jamás se esperó que Sirius, precisamente Sirius Black, hubiera puesto tanta atención a lo que hiciera Hesper.

—Desde que ha empezado este curso... —Murmuró Gus recogiendo en su mente todo el nuevo comportamiento que había adquirido Hesper Kennedy.

Nadie lo contradijo o puso pegas, todos sabían que era cierto. Hesper había empezado a interesarse más en la atención del profesorado, especialmente la de Denaux y la Slughorn, desde el principio de ese curso. Lily nunca había visto a su amiga levantar la mano en una clase, y nunca participaba a menos que la nombraran directamente. En cambio, ese año, para Denaux Hesper era la opción respuesta para todo cuando nadie sabía contestar sus estúpidas preguntas; ella, o Quirinus Quirrell, un adicto a los vampiros y la magia negra, y alguien con quien Hesper se juntaba cada vez más.

—Joder, que ingenio más retorcido. —Habló Remus notándolos con un brillo en los entremezclados ojos—. Hesper se está vengando de cada uno de nosotros a su manera. ¿No os dais cuenta?

—No. —Dijo Peter, abriendo la boca por primera vez.

—¡Venga ya! —Exclamó Remus olvidándose de mantener el tono de voz bajo.— Lily es la alumna más inteligente y participativa de todo nuestro curso, y ahora Hesper está acaparando la atención de los profesores, para que la mantengan sobre ella y se olviden de Lily. —Lily se sonrojó por las palabras, pero la oscuridad y la falta de luz lo disimulaba.— Igual que se está vengando de Gus, demostrándole que nunca llegó a ser su amigo.