Capítulo 38

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—Pequeño Problema Peludo

—¡Somos unos malditos genios! —Chilló Gus chocando los cinco con Hesper.

—Vamos a probarlo otra vez, para que nos salga más fluido. —Aportó la chica echándose el pelo hacia atrás sin importarle lo más mínimo como estaba.

—Espero que no duela como al principio. —Dijo Gus temeroso.

—Lo dudo, creo que eso solo sucede en el primer cambio. —Reafirmó Hesper.

—¿Para que el cuerpo se acostumbre, no? —Preguntó Gus.

—Supongo que sí. —La chica se encogió de hombros.— ¿Quien empieza?

—¿Tú? —Dijo dubitativo.— ¿Te digo una cosa antes, Hesper?

—Claro. —Asintió la de ojos zarcos.

—Pensaba que ibas a transformarte en una paloma asquerosa. —Se rió levemente de y se mantuvo sonriente.

—¿Y qué pensaste de ti? —Quiso saber ella también sonriéndole.

—Pensaba que iba a ser un conejo gordo. Menos mal, oye por cierto, ¿qué soy? —Preguntó después de darse cuenta de que aún no los sabía.

—Eres un osito Teddy gigante. Bueno, más bien un oso pardo. ¿Y yo que soy? No me digas que una gallina. —Dijo temerosa.

—Nah, eres algo mucho mejor y mucho más guay, Hesp. Eres un águila real americana. —Le dijo emocionadísimo, como llevaba desde que había conseguido transformarse.

—¡Toma ya! ¡Puedo volar! —Gritó asombrada. Luego recordó su lista al momento.— ¡Voy a completar muchas cosas de mi lista! ¡Sí!

—Jolín, no es justo yo también quiero volar. —Se quejó Gus poniendo un mohín.

—¡Jo Gus! Eres un desagradecido. Tú puedes nadar muy bien en el agua, y correr libremente. —Le recordó Hesper.

—¡Es verdad! —Dijo el chico alegre.

—Venga que voy a volver a transformarme. —Le avisó Hesper.

Se alejó un par de metros, y se paró enfrente de su mejor amigo. Cerró los ojos, y puso la mente en blanco, respiró hondo y relajó los músculos. Ahora, más rápido que antes, sintió la trasformación, pero no de forma dolorosa. Sintió como si el aire de repente reptará entre sus dedos hacia arriba, sintió una especie de brisa fresca que le subió desde los pies descalzos y los dedos hasta la cabeza, y en menos de diez milésimas de segundo, se convirtió en un majestuoso águila real.

—¡Wow! —Flipó Gus.— Es... es increíble.

Miró hacia el techo, y volvió a ver las grietas y dentro de ellas. Graznó sobresaltando a Gus, y volvió a imaginar su forma humana. De nuevo, la sensación del agua cayéndole encima, apreció, y luego, sintió los dedos de las manos y de los pies.

—Te toca. Ya no duele, Gus. No te preocupes, y por cierto, que cabelloroso por tu parte mandarme a mí primero sabiendo que podría haber dolido. —Le dijo y el chico se encogió de hombros a la defensiva.

—Todo esto fue idea tuya, así que... —Sonrió malévolo al saber que iba con razón cuando Hesper lo miró muy mal.

Caminó hasta dónde hace unos segundos estuvo Hesper de pie, y cerró los ojos bajo la atenta mirada de su amiga. De repente, los brazos y las piernas de Gus fueron haciéndose más grandes y un montón de bello comenzó a aparecerle de forma frenética. La cabeza se le hizo más grande y comenzó a salirle un hocico.

Oblivion |Época De Los Merodeadores|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora